Detienen y torturan a un sacerdote en México

La víctima, defensora de sus parroquianos, está en Oaxaca acusada de homicidio

La madre del sacerdote detenido en Oaxaca pide justicia

(Pablo Romo Cedano– México DF) El padre Martín Octavio García, de la arquidiócesis de Oaxaca, se dirigía días atrás, junto con cuatro miembros del coro parroquial, a la comunidad de San José del Progreso para celebrar la Eucaristía. Al llegar al pueblo, varias personas les bloquearon el paso y, pistola en mano, les obligaron a bajar de la camioneta, siendo golpeados con puñetazos, piedras y todo lo que tenían a su alcance. Malheridos, los ocupantes del vehículo fueron trasladados ante el ministerio público local acusados de doble homicidio: el del presidente municipal y el de un regidor del ayuntamiento.

El arzobispo de Oaxaca, José Luis Chávez Botello, ha exigido en una carta la liberación inmediata de los inocentes, en especial del sacerdote, párroco de San Pedro Apóstol, Cuajilote, y firme defensor de los pobladores del lugar frente a quienes quieren construir allí una presa, así como claro opositor a las políticas represivas de Oaxaca. El caso es otra prueba de la arbitrariedad reinante en el actual contexto electoral del Estado, donde decenas de opositores han sufrido cárcel y hostigamiento.

Asimismo, en una carta firmada por más de un centenar de sacerdotes de varias diócesis del sureste del país, se exige la libertad del P. Martín, “un profeta en medio del pueblo”, al tiempo que se pide un castigo para los agresores que han “secuestrado y torturado a fieles de la Iglesia” en Oaxaca por denunciar las fechorías que comete el partido en el poder, y se pide transparencia en las elecciones que se avecinan.

Cabe recordar que el 4 de julio 12 Estados están convocados a las urnas para elegir gobernadores y que, en cuatro entidades federales más, hay también comicios municipales. Otro dato más: en toda la historia democrática de México, en Oaxaca sólo ha gobernado un partido, el PRI, formación a la que pertenecía el candidato a gobernador en Tamaulipas asesinado el 28 de junio.

En medio de esta ola de violencia, las autoridades aprovechan a menudo el contexto de desconcierto para detener y enjuiciar a sus adversarios políticos, reales o potenciales, ejecutar a sus enemigos y encarcelar a los agentes molestos que piden justicia o cambios. Es el caso del P. Martín, cuyo fallo judicial sólo se producirá tras las elecciones, pues la justicia en México tiene su tiempo: el tiempo de la política.

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En el nº 2.714 de Vida Nueva.

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