“El diálogo es posible” en Cuba

El director de ‘Palabra Nueva’ analiza para ‘VN’ el momento actual de las relaciones Iglesia-Estado ante la visita de Mamberti

Un preso enfermo recién liberado

(J. L. Celada) Hasta el domingo 20 de junio, el secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, Dominique Mamberti, está de visita en Cuba para celebrar los 75 años de relaciones entre el Vaticano y la República caribeña y participar en la X Semana Social Católica, que inaugura con una conferencia sobre Estado y laicidad en el mundo moderno. Allí se ha encontrado con “una Iglesia pequeña pero activa y comprometida con la sociedad cubana, especialmente en un momento tan singular como el que vivimos hoy”, afirma el portavoz del Arzobispado de La Habana y director de Palabra Nueva, Orlando Márquez.

En declaraciones a Vida Nueva, Márquez reconoce que uno de los temas que marcan la actualidad de su país es el de los presos políticos, que “marcha”, aunque “no es posible adelantar los acontecimientos”, aclara. Y describe en estos términos la situación: “Si hubo un diálogo entre las máximas autoridades del país y la Iglesia para tratar este asunto, fue porque las autoridades aceptaron escuchar lo que la Iglesia quería decir al respecto y accedieron a responder a ese reclamo estrictamente humanitario a favor de los presos y sus familias, pero nunca se habló de fijar un calendario o una hoja de ruta sobre las decisiones que se tomen, sea el traslado de prisioneros hacia centros más cercanos a su lugar de residencia, sea el internamiento de los enfermos o la liberación de otros”. Por ello, “una vez que han tomado la decisión –prosigue–, las autoridades comunican a la Iglesia el paso que darán”. Es el procedimiento seguido desde el principio, siempre presidido por “una comunicación fluida”. Claro está que “el deseo de la Iglesia es que sean puestos todos en libertad, no sólo los enfermos”, defiende el portavoz episcopal, secundando las palabras del cardenal Jaime Ortega en una reciente entrevista. “Pero hay plazos que la Iglesia no puede planificar ni forzar”, apostilla Márquez.

Servicio a la sociedad

Así las cosas, el director de Palabra Nueva cree que las relaciones de la Iglesia con el Gobierno de Raúl Castro “van tomando el camino que corresponde”: que la Iglesia “no es percibida como competidora, sino como una institución con una misión concreta de servicio en la sociedad”. En este sentido, el proceso iniciado “refleja el tipo de diálogo que la Iglesia ha deseado siempre sostener, en el que lo fundamental no sean los problemas de la Iglesia, sino las necesidades y aspiraciones de los cubanos…”. Y lo que ocurre hoy día “indica que ese diálogo es posible”, concluye Márquez.

En el nº 2.712 de Vida Nueva.

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