Las religiosas apuestan por el trabajo conjunto entre congregaciones

La española Soledad Galerón, nueva vicepresidenta de la UISG

(Darío Menor– Roma) Terminados los cinco días de diálogo y comunión de la Asamblea Plenaria (7-11 de mayo), la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) celebró a continuación en Roma el Consejo de Delegadas, del que salió elegido, para los próximos tres años, el comité directivo de este ágora en el que se reúnen las congregaciones religiosas católicas femeninas de todo el mundo. La estadounidense Mary Lou Wirtz, de las Hermanas Franciscanas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María, fue elegida nueva presidenta de la UISG. Sustituye a Maureen Cusick, superiora general de las Religiosas de Nuestra Señora de Sión.

Soledad Galerón

Mary Lou Wirtz tendrá a su lado a la española María Soledad Galerón, de las Hermanas de María Inmaculada (Claretianas Misioneras), quien fue nombrada vicepresidenta. También hay otra religiosa de origen español en el comité directivo: Amelia Kawaji, de las Hermanas Mercedarias Misioneras de Bérriz (quien nació en Bilbao, pero tras una larga estancia en Japón adoptó la nacionalidad y un apellido de este país). Tanto Galerón como Kawaji formaban parte del anterior equipo directivo de la UISG.

La declaración final de la Asamblea Plenaria incluye el compromiso de las religiosas de “beber sin cesar de la fuente de nuestro carisma para reencontrar el dinamismo de nuestra primera llamada”; “promover un diálogo constante entre la Palabra de Dios y los acontecimientos del mundo”; “crear un estilo de vida místico y profético, abierto a la hospitalidad y la acogida sin exclusividad”; “abrir los ojos para descubrir los nuevos caminos de luz en las tinieblas de nuestro mundo, como la situación precaria de las mujeres, la angustia existencial de muchos jóvenes, las consecuencias de guerras y catástrofes naturales, la pobreza extrema que genera la violencia…”.

Además de otros compromisos, la declaración final también incluye un llamamiento al trabajo unido entre las distintas congregaciones. “Nos comprometemos a trabajar en redes locales y globales, en inter-congregación y con los laicos, para la puesta en marcha de diferentes proyectos y la transformación de estructuras injustas”. Y continúa la declaración de la UISG con el compromiso de “traspasar las fronteras de nuestros respectivos carismas y unirnos para ofrecer al mundo una palabra mística y profética”, y “dialogar con todos los niveles jerárquicos de la Iglesia para lograr un mayor reconocimiento del papel de la mujer”.

La flamante vicepresidenta de la UISG, María Soledad Galerón, destacó la importancia de la “interculturalidad y de la sensibilidad” que se va creando entre las religiosas con encuentros como el vivido estos días en Roma. “Conocemos distintas opiniones y vivencias e impulsamos el trabajo conjunto entre las diferentes congregaciones, lo cual es algo muy importante”.

Amelia Kawaji, por su parte, señaló que había sido muy acertada la elección de “la mística y la profecía” como tema principal de debate. “Es lo que necesita nuestra Iglesia de hoy, nuestra vida religiosa y cada una de nosotras mismas. Volver a descubrir esta dimensión mística y profética en todos los aspectos puede darnos vida y hacer que volvamos a las raíces de la vida religiosa. Ha sido una asamblea estupenda, en la que se ve la utilidad del trabajo que realizamos en la UISG”, contaba Kawaji en un intervalo de las sesiones.

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EL TRIUNFO DE LA INTERCULTURALIDAD ECLESIAL


“Ha sido una maravilla el ambiente de cordialidad que se ha vivido entre las 800 Superioras Generales que han participado en la Asamblea Plenaria. Es de agradecer lo bien que se han relacionado entre ellas, pese a venir de 80 países diferentes y hablar distintas lenguas. No ha habido ni una tensión, todo ha fluido. El tema de esta reunión –Qué bien sé yo la fuente que mana y corre… aunque es de noche, inspirado en san Juan de la Cruz– ha propiciado mucho la reflexión”, contaba a Vida Nueva Victoria González de Castejón, secretaria general de la UISG. “Es el triunfo de la interculturalidad eclesial. ¿Quién puede tener una experiencia con tantísimas nacionalidades? Es complejo, son muchas teologías, ideas y culturas, algunas incluso en contradicción, pero en el fondo se trata del encuentro de la vida religiosa femenina”, decía entusiasmada en un descanso del último día de sesiones del Consejo de Delegadas.

En el nº 2.708 de Vida Nueva.

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