Inundaciones sufridas por el país en 2007
(Victoria Lara) La Comisión Nacional para la Pastoral de Ecología y Medio Ambiente de la Conferencia del Episcopado Dominicano emitió un mensaje para el Día Mundial de la Tierra (22 de abril), en el que recuerda la responsabilidad del hombre de “buscar la mejor manera de que no se deteriore y que perdure para las futuras generaciones” El bien común –según reza el lema de su nota– de la creación. En este sentido, el comunicado episcopal pone de manifiesto cómo “la riqueza natural de América Latina y El Caribe experimenta hoy una explotación irracional que va dejando una estela de dilapidación, e incluso de muerte, por toda nuestra región”.
Por ello, destacan como “ejes transversales en el cuidado de la Tierra” tres elementos, que son: “El respeto a la persona”; el “bienestar social y desarrollo del grupo”, entendiendo que los ingresos generados por la explotación de recursos “deben invertirse de tal manera que los mismos también se conviertan en soluciones permanentes para la pobreza extrema y que produzcan riquezas para las generaciones venideras”; y “la paz”, a la que contribuye “la seguridad de tener un orden justo, hombres y mujeres probos que no se vendan por dinero, con conciencia clara y que utilicen los conocimientos para impartir una verdadera justicia”.
Como ejemplo de todo ello, los prelados citan el caso del contrato de la mina de Pueblo Viejo en Cotuí, provincia de Sánchez Ramírez, propiedad del Estado y vendida a una multinacional para que explotara el oro y otros minerales. Según ellos, el proceso “debió tratarse con más rigurosidad”, procurando que se cumpliera la ley que establece que el Estado “garantizará la participación de las comunidades y los habitantes del país de la conservación, gestión y uso sostenible de los recursos naturales y el medio ambiente”.
Por otro lado, y aprovechando la cercanía de las elecciones congresuales y municipales, la Comisión que preside el obispo Fabio A. Mamerto Rivas, SDB, llama al pueblo a elegir propuestas de candidatos que “tengan en su contenido acciones que protejan el Ambiente y los Recursos Naturales”.
En el nº 2.706 de Vida Nueva.
