La crisis tiene rostro de mujer joven e inmigrante

Aumentan un 28% las peticiones de empleo a Cáritas con respecto a 2008

(Marina de Miguel) La crisis económica tiene el rostro de una mujer joven, inmigrante y con estudios básicos. Por lo menos éste es el perfil mayoritario de los usuarios del Programa de Empleo de Cáritas, uno de los baremos más fiables para conocer las graves repercusiones de estos tiempos aciagos, pero también de encontrar alternativas y estrategias para generar oportunidades laborales. Como se recoge en la Memoria de Empleo 2009, presentada la pasada semana en Madrid, durante el pasado año atendió en toda España a más de 95.500 personas, de las que 14.576 consiguieron acceder a un puesto de trabajo.

Dentro de los demandantes, que suponen un incremento del 28% con respecto a 2008, la gran mayoría (el 75%) son inmigrantes, procediendo el 63% de países extracomunitarios. Aunque en general acuden mujeres, según explica Rubén Requena, técnico del Equipo de Empleo, “resulta muy significativo cómo se está incrementando el número de hombres solicitantes pues, desde 2007, ha subido doce puntos”. El 76% de las personas que se acercan tienen entre 25 y 45 años y, en cuanto a niveles formativos, el 75% posee estudios básicos, frente al 1,3% que son universitarios.

“Cáritas no sólo da de comer al que tiene hambre, sino que acompaña a estas personas y genera itinerarios formativos para abrirles horizontes de dignidad”, afirmó el secretario general, Sebastián Mora, durante la rueda de prensa, en la que estuvo acompañado por Ana López Iniesta, coordinadora de Acción Social de Cáritas Albacete. A lo largo de esos doce meses, se impartieron casi 900 cursos y talleres para 16.000 personas, y se pusieron en marcha 21 empresas de economía social, que han generado cerca de 500 empleos directos. Para mantener esta actividad, que en muchas ocasiones se ha convertido en el último rayo de esperanza, se destinaron unos recursos por valor de 24 millones de euros. Actualmente, los fondos del programa proceden, prácticamente en porcentajes similares, tanto de subvenciones públicas como de donaciones particulares.

El trabajador, centro de todo

“En nuestro modelo de inserción sociolaboral importa el trabajador, la persona es el centro de toda la atención. Cada uno es el protagonista de su vida y, de alguna manera, buscamos adaptar todos los objetivos que planteamos a sus necesidades”, afirma Requena a Vida Nueva.

Son ya casi 30 años los que tiene de andadura esta iniciativa y, como asegura este técnico de la organización caritativa de la Iglesia, debido a esa experiencia “se ha ido acumulando un bagaje gracias a la prueba de estrategias novedosas y al trabajo conjunto de todos. Este programa es muy importante para Cáritas; ha supuesto un paso adelante en estructura, metodologías y demás ámbitos”. El cuaderno Cáritas y el empleo. Experiencias significativas, editado junto a la Memoria y en el que se recogen con detalle 60 buenas prácticas de formación, orientación laboral y generación de empresas de economía social, da sobradas muestras de los logros alcanzados.

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PROPUESTAS A LAS ADMINISTRACIONES


La Memoria de Empleo 2009 incorpora un capítulo final en el que se dirigen diversas propuestas a las Administraciones Públicas para favorecer la incorporación al mercado laboral de personas más desfavorecidas y menos cualificadas. Estas medidas se pueden clasificar en cuatro apartados: la puesta en marcha de programas reales y efectivos para estimular el empleo juvenil, encaminados a atajar la sangría de destrucción de empleo que les está afectando; el desarrollo de cláusulas sociales para apoyar proyectos de inserción laboral; la derogación del decreto 1424/85 sobre trabajo doméstico para avanzar en la dignificación del empleo en este sector; y el apoyo a procesos de inclusión laboral para los colectivos en situación social más precaria.

Propuestas que adquieren una mayor urgencia teniendo en cuenta que, como adelanta Rubén Requena, en 2010 continuará la desaceleración económica. “La tendencia es la misma que la de los últimos años, no ha cambiado nada. Según creemos, esto va más allá de la crisis: es una cuestión del modelo que tenemos instaurado. Sostenemos que otro mundo es posible, pero para ello tenemos que esforzarnos todos, no sólo las organizaciones sociales y de índole similar”.

En el nº 2.706 de Vida Nueva.

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