El cardenal Hummes reitera la importancia de la formación continua de los sacerdotes

“Lo pide la sociedad post-moderna contraria a la religión”, dijo en el cierre del Congreso Internacional ‘El Ser Sacerdotal’

(Francisco Otero) “Formación” fue una de las palabras más pronunciadas durante el Congreso sobre El Ser Sacerdotal que organizó la semana pasada la Universidad Pontificia Comillas en Madrid. Comenzaba este foro en pleno Año Sacerdotal con un llamamiento del general de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás, a centrar esfuerzos en la formación de los sacerdotes y de los candidatos al mismo, y así también lo reiteró el prefecto de la Congregación para el Clero, el cardenal Claudio Hummes, en la clausura. En concreto, el purpurado señaló que el presbítero debe tener siempre “una actualizada formación exegética y teológica”. “La formación intelectual en los seminarios y la formación permanente de los presbíteros no puede debilitarse. Es más, la sociedad post-moderna contraria a la religión pide siempre una más profunda formación de los presbíteros”, añadió.

En este sentido, dijo que el sacerdote debe alcanzar una mayor profundidad exegética-teológica de la fe, un conocimiento de la cultura actual y de sus aperturas posibles hacia un diálogo entre fe y razón, entre fe y ciencia, o acerca de la metodología misionera-pastoral”. Además, Hummes recordó la importancia de la Eucaristía y de la Palabra en la vida sacerdotal y alertó de que el sacerdote encontrará “grandes dificultades para su vocación y misión” si no vive una experiencia viva y profunda de Dios. Con todo, reconoció que la Iglesia vive una crisis difícil y que camina en la penumbra de la fe y, por ello, animó a los sacerdotes y a los fieles a sustentarse en la Eucaristía.

Universal y cósmica

Así, dijo que en la Eucaristía, momento supremo de la Iglesia, se fortalece el sacerdote. Pero, en su opinión, la eficacia de la celebración por excelencia “no se limita al grupo de los presentes”, sino que “es universal y cósmica”. Por ello, apuntó que “no pierde nada” aunque sea una celebración “más humilde e ignorada”.

También se refirió a la predicación para afirmar que es “primaria, insustituible y siempre urgente en el ministerio del presbítero”. En este punto, pidió que los métodos se abran a las nuevas tecnologías de la comunicación, pero que, en cualquier caso, lo verdaderamente importante es “la necesidad de predicar”.

Para el cardenal brasileño, el sacerdote debe ser un buen ministro de la Palabra de Dios, evangelizador y misionero. “Los sacerdotes deben anunciar el Evangelio, pero es necesario que antes sean discípulos que escuchen”, dijo.

Finalmente, quiso reconocer el valor de ese Congreso, organizado por los jesuitas, y afirmó que fue “una iniciativa oportuna”.

En el acto estuvieron presentes, además, el obispo de Huelva y presidente de la Comisión Episcopal del Clero, José Vilaplana, el obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte, que también participó con una ponencia; el presidente de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Elías Royón, y el decano de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, Gabino Uríbarri, quien ha llevado el peso organizativo del Congreso.

Precisamente, Uríbarri señaló que este evento, además de iluminar el trabajo de la Facultad, “nos estimula a continuar y reforzar el estilo de trabajo, al que la implantación de Bolonia nos obliga, y continuar con un nuevo impulso y fervor nuestra tarea ministerial al servicio de aquéllos a quienes los obispos, superiores y superioras nos confían”. “Nuestra labor –añadió– consiste en contribuir a formar a nuestros alumnos en la inteligencia y la apropiación personal de la fe de la Iglesia, que es una forma de ministerio de la Palabra peculiar, a través del estudio, la reflexión y la puesta en diálogo de las Escrituras y la tradición con el pensamiento y la cultura actual”, concluyó.

Tras las últimas intervenciones, el congreso se clausuró con una Eucaristía presidida por el cardenal Hummes y concelebrada con los prelados Vilaplana y Uriarte, el provincial de Castilla de la Compañía de Jesús y vice gran canciller de la universidad, Juan Antonio Guerrero Alves, y el vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación, Julio Martínez.

En el nº 2.705 de Vida Nueva.

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