El libro electrónico se multiplica

La oferta de ‘eBooks’ crece en España hasta un 500 por ciento, pero aún está lejos de alcanzar significativas cifras de ventas

(Juan Carlos Rodríguez) En Dublinesca (Seix Barral), la última novela de Enrique Vila-Matas, su protagonista, el editor Samuel Riba, acude a Dublín a “un funeral por la era de la imprenta, por la era dorada de Gutenberg” y para presenciar “el fin, siempre demorado, de la literatura como arte en peligro”. Pero, pasando página, el lector se da cuenta de que estamos ante una ironía: presenciamos una parodia del fin del mundo, algo que, por otro lado, es tan antiguo como el origen mismo del mundo. “Entre la era Gutenberg y la era Google no hay ruptura, sino continuidad”, afirma ante su propio libro Vila-Matas. Esta reflexión fija con bastante exactitud la realidad del mercado editorial: el avance irremediable del libro electrónico y el retroceso del papel.

“Bien, y durante muchos años, puesto que, según previsiones del sector en los Estados Unidos, para el 2015 se espera que un 8% de la venta de libros suceda ya en soporte electrónico, y que ascienda al 15% para 2020. Eso significa que, dentro de 10 años, todavía un 80% del mercado se deberá al soporte papel”, afirma Jesús Badenes, director general de la División de Librerías del Grupo Planeta. Si bien algunas líneas editoriales (libros técnicos, jurídicos, científicos…) ya han migrado de soporte, se cree que la preferencia del lector aún seguirá mucho tiempo asociada al papel.

Para el director ejecutivo de Todoebook, Luis Francisco Rodríguez, el incremento de las ventas de contenidos electrónicos está siendo “muy fuerte” desde hace unos años, pero la comercialización de los dispositivos de lectura en España ha hecho que pase a ser “exponencial”. Sobre todo, si tenemos en cuenta que, según la Federación de Gremios de Editores de España, ya se han vendido, al menos, 100.000 e-readers en nuestro país. Y esos lectores con dispositivos como el Papyre o el Sony Reader quieren contenidos, y ahora los van a tener disponibles.

La venta de los libros electrónicos (eBooks) aumentó un 500% en España en 2009 y se prevé su consolidación “definitiva” en 2010, debido a la “notable” aceptación por parte de editores y consumidores, según Todoebook, la librería electrónica más veterana del sector. Sin embargo, según  un informe del Grupo de Trabajo del Observatorio de la Lectura y del Libro, del Ministerio de Cultura, el crecimiento de la edición electrónica de libros fue en España del 48,2% respecto a 2008, alcanzando ya el 11,4% de la producción editorial, unos 12.000 títulos. El informe pone de manifiesto la necesidad de adaptación del marco legal al entorno digital ante el “imparable” avance de la transformación digital. “La entrada del sector del libro en la edición digital se está produciendo en España con cautela”, afirma el texto. Para 2011, se prevé que un gran número de editoriales dispongan de más de la mitad de su catálogo digitalizado, con una oferta en la que se podrá encontrar un importante número de novedades, algunas de las cuales serán concebidas por las editoriales para su comercialización exclusiva en formato digital. En cualquier caso, ya este año, cerca del 20% de las editoriales españolas comercializará entre un 50% y un 100% de sus novedades en versión digital, además de la versión impresa. Aunque el grado de avance del mercado de libros electrónicos en España (un 1,3% del total) es aún muy bajo (en el Reino Unido representa el 0,6%; en Francia el 0,1%; y en los Estados Unidos, el 1,5%), lo cual permite evolucionar en paralelo. Estamos en un escenario que se reinventa cada día, pero que va mucho más allá de lo que imaginamos.

Del objeto al archivo

La revolución misma del libro electrónico y de los lectores portátiles supone una “circulación infinita sin clausura posible” —si seguimos a Maurice Blanchot—, de ese “libro por venir”, que deja de ser un objeto para transformarse en un archivo. Un nuevo concepto del libro y la lectura que tenemos ante nuestros ojos. Del hipertexto al triunfante ePub, formato que parece haber ganado la batalla del libro digital. Estamos en un nuevo horizonte. El libro no es que esté dando el salto del papel al ordenador, sino que también lo está dando a dispositivos móviles que permiten llevar con nosotros hasta 300 libros. No necesita ni tan siquiera ser “descargable”, sino que, a través de los nuevos formatos como el iPad de Apple, lo podremos consultar on line. En cierto modo, por tanto, se entiende el terror que atenaza a la industria editorial ante la “piratería” que ha asolado a las discográficas con el intercambio de archivos y el temor de ver claudicar el negocio del libro-códice. “Demos la vuelta a los 150 millones de euros perdidos por la piratería del libro [académico fundamentalmente] del año pasado. Pensemos que se trata de una demanda que no estamos atendiendo”, afirma Jordi Doce, socio fundador de la revista dosdoce.com. Y eso que el libro español pasa página, por fin, hacia el futuro, aunque tarde, a juzgar por la explosión en el último año de numerosas webs de intercambio de libros digitalizados con contenidos pirateados, pese a que en su mayoría son autodigitalización con un escáner y un programa de OCR de novelas realizadas de modo casero por lectores, con malas ediciones y nulas correcciones. Los lectores demandan al mercado libros electrónicos.

Importante lanzamiento

Por ello, tres importantes grupos editoriales españoles –Planeta, Random House Mondadori y Santillana–  pondrán en el mercado durante el 2º trimestre de 2010 unos 5.000 libros electrónicos, la mayoría de ellos, novelas de autores contemporáneos e incluso novedades. Lo harán a través de una plataforma de distribución –aún sin nombre comercial– que será completamente operativa a finales de mayo y comienzos de junio, coincidiendo con la Feria del Libro de Madrid, y que tendrá las puertas abiertas al resto de editoriales españolas. A través de ella, los tres grupos abastecerán de contenidos –principalmente, libros en formato ePub– a las librerías digitales, que serán quienes vendan los libros a los lectores. No habrá venta directa, por tanto, de la plataforma, que encarnará el papel correspondiente al distribuidor en el circuito del libro convencional y completará una oferta casi inexistente en el mercado español, al menos en literatura contemporánea y novedades. Según la Encuesta sobre el libro digital 2009, de la Federación de Gremios de Editores y la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, “los precios de la obra digital son y se prevé que sean inferiores a los de la obra impresa. Tan sólo un 8% de las editoriales mantendrá el mismo precio en ambos soportes durante los años 2010 y 2011. En 2010, el precio será un 30% inferior para un tercio de las editoriales encuestadas (el 35%) y un 50% más barato para un 24% más de ellas. Estas cifras se mantienen básicamente iguales en 2010 y en 2011”. Y eso, pese a que España –que es el único país de la UE que aplica el IVA superreducido del 4% a los libros– no podrá extender su singularidad fiscal a los libros electrónicos, como anunció la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. Bruselas distingue entre los libros (o audiolibros o CD), a los que considera productos, y, por lo tanto, en condiciones excepcionales susceptibles de beneficiarse de un trato fiscal de favor, y los libros electrónicos, que pasan por ser puramente servicios y, en consecuencia, deben liquidar el IVA general del 16% (18% en España a partir del 1 de julio). Incluso teniendo en cuenta que la Federación de Gremios de Editores admite que los soportes digitales están contribuyendo al aumento de la lectura en España.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.704 de Vida Nueva.

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