Demetrio Fernández ya es obispo de Córdoba

(M. A. Malavia) El pasado 18 de febrero, la Nunciatura en España dió a conocer la noticia del nombramiento de Demetrio Fernández, hasta ahora titular de Tarazona, como nuevo obispo de Córdoba, en donde sustituirá a Juan José Asenjo, actual arzobispo de Sevilla. A sus 60 años, este prelado toledano tomará posesión de su nuevo destino pastoral el 20 de marzo.

El primer contacto con sus feligreses surgió de una carta que Fernández publicó a las pocas horas del anuncio oficial,  y en el que les explica sus primeras sensaciones: “He comenzado a quereros con toda mi alma, estoy deseando encontrarme con vosotros. (…) Por lo que ya conozco de vosotros y de lo que Dios hace en medio de vosotros, voy lleno de esperanza a una diócesis viva”.

A continuación, se refirió a la historia diocesana: “Córdoba tiene una larga historia de santos y de mártires, testigos de un amor que vence todas las dificultades, en la época visigótica, en la época musulmana, en el medioevo, en la época contemporánea y reciente. Que con todos ellos (…) podamos presentar al mundo de hoy la belleza de la vida cristiana”.

Finalmente, tras enviar su saludo a los sacerdotes, seminaristas, consagrados y laicos, el nuevo obispo cordobés quiso tener un recuerdo especial con “todos los que sufren por cualquier causa, por la enfermedad, por el paro, por el desamor, por la carencia de Dios. El Espíritu del Señor me ha ungido y me ha enviado para sanar los corazones afligidos”.

Juan José Asenjo, hasta ahora administrador apostólico de la diócesis, también quiso saludar la llegada de su sucesor a través de una carta pública. Tras enumerar los cargos de relevancia que éste ocupó en Toledo –consiliario de Acción Católica, vicario general con el cardenal Marcelo González y rector del seminario de Santa Leocadia–, se felicitó por la elección: “Lo conozco desde hace muchos años, me honro con su amistad y os aseguro con toda sinceridad que me alegra grandemente su nombramiento, pues tengo la conciencia de que nuestra querida diócesis de Córdoba, los sacerdotes, consagrados y laicos, y nuestros seminarios, quedan en buenas manos”.

En el nº 2.697 de Vida Nueva.

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