Uriarte alerta contra los prejuicios sobre San Sebastián

Eucaristía de despedida de Uriarte el día 2 de enero

Eucaristía de despedida de Uriarte el día 2 de enero

(J. L.) El pasado día 2, la catedral del Buen Pastor de San Sebastián acogió la eucaristía de despedida de esa diócesis de quien es ya su obispo emérito, Juan María Uriarte, quien el día 9 será sustituido, en ese mismo lugar, por José Ignacio Munilla.

 

Según ha informado su oficina de prensa, el prelado se despidió de sus diocesanos con palabras llenas de emoción, llamando a esa  comunidad cristiana, que está en medio de dificultades, a vivir en el seguimiento a Jesús al servicio del Evangelio ofreciendo los valores evangélicos a esta sociedad por el bien del pueblo. Asimismo, realizó una apología de la Iglesia de Gipuzkoa ante las valoraciones negativas, entre otras, el escaso vigor espiritual y apostólico y el escoramiento socio-político de la Diócesis, difundidas en la sociedad y en algunos círculos eclesiales”. El prelado, con quien concelebraron dos obispos y 200 sacerdotes, afirmó “que hay más de un prejuicio sobre esta Diócesis y que son precisamente los prejuicios lo que más cuesta deshacer”. “Me duelen profundamente determinadas imágenes distorsionadas o interesadas que sobre ella circulan en ámbitos cívicos y en algunos círculos eclesiales”, afirmó. “La describen como una tierra espiritualmente empobrecida, escasa en vigor apostólico, no muy cuidadosa en la formulación de su fe y en la disciplina eclesial, debilitada en su relación con otras iglesias locales, escorada en sus afinidades políticas. No la conocen en su realidad viva. Albergan prejuicios tenaces sobre ella”, señaló.

También fue la hora de la despedida de su sucesor, pero de Palencia, sede que ocupaba desde 2006 el guipuzcoano Munilla. El pasado 3 de enero, en la catedral diocesana, el joven obispo agradeció la acogida dispensada por los palentinos, y también las muestras de apoyo “por lo arropado que me he sentido por vosotros tras hacerse público mi nombramiento como Obispo de San Sebastián”. Aludía a “algunas reacciones negativas” que esa designación había generado en la diócesis vasca, unas “turbulencias” de las que se mostró convencido que si Dios las había permitido, “todo resultará para bien”.

En el nº 2.690 de Vida Nueva.

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