Valencia recupera el “esplendor del Barroco”

La Fundación ‘La luz de las imágenes’ inaugura en la ciudad su octava muestra

Barroco-Valencia(Juan Carlos Rodríguez) Valencia regresa al Barroco. Al esplendor. A la gloria. La exposición consagra los templos que surgieron alrededor de la catedral de Valencia, primitivas arquitecturas de devoción y de arte cristiano erigidas sobre las antiguas mezquitas. La Fundación ‘La Luz de las Imágenes’ ha restaurado para la ocasión tres templos; los tres son, además, el escenario de la muestra: las iglesias de San Juan de la Cruz, de San Esteban Protomártir y de San Martín Obispo. Las tres sedes exponen 307 obras, entre pinturas, esculturas, orfebrería y documentos representativos del arte religioso del patrimonio valenciano a partir del siglo XVII. Casi la mitad de ellas, 144, han sido sometidas a una ambiciosa restauración, presupuestada por la Generalitat Valenciana en diez millones de euros. Los comisarios, Felipe Garín y Vicente Pons –historiador y archivero de la Catedral de Valencia respectivamente–, proponen un itinerario expositivo en torno a las iglesias de la Reconquista, las primeras parroquias cristianas que se consagraron intramuros tras la conquista de Valencia en el año 1245.
Barroco-Valencia-2Es, ante todo, un homenaje a las distintas manifestaciones artísticas del Barroco “como estilo artístico más representativo de la historia valenciana y el que mejor define el carácter mediterráneo de sus gentes”, según Garín, ex director del Museo del Prado. Ahí están obras de artistas de la talla de Pedro Pablo Rubens, Francisco Ribalta, Jerónimo Jacinto de Espinosa, José Ribera, Antonio Villanueva, José Camarón o José Vergara. Además, con el objetivo de diferenciar esta muestra de todas las anteriores de ‘La Luz de las Imágenes’, no es cronológica, sino que el discurso expositivo se estructura en torno a tres temáticas: la figura de la Virgen María, el Barroco valenciano “constreñido entre la fuerza del Gótico y el poder del Academicismo”, a juicio de Garín, y la escultura valenciana, esta última desde los siglos medievales hasta la Edad Moderna, con especial mención a la orfebrería. La exposición se completa en un cuarto escenario: las salas del Almudín, edificio construido sobre el alcázar musulmán a principios del siglo XIV y ampliado a lo largo de los siglos XV y XVI, en donde se muestran piezas de cada una de las siete exposiciones que han dado brillo a los diez años de ‘La Luz de las Imágenes’ y donde se recorre su trayectoria desde 1999, con más de 2.500 obras de arte sacro restauradas de 90 municipios valencianos y 48 intervenciones arquitectónicas. Todas ellas reivindican el esplendor a los edificios eclesiásticos más importantes de la región, entre ellos las catedrales de Valencia, Segorbe, Orihuela y la concatedral de Alicante. Todo un ejemplo de puesta en valor del patrimonio religioso.

Barroco-Valencia-3Como habitúa a hacer la Fundación valenciana, el primer hito de la muestra –que estará abierta hasta agosto de 2010– lo componen sus propios escenarios, restaurados durante el último año. En este caso, los tres templos de origen gótico, consagrados inmediatamente después de la conquista de Jaume I, aunque rematados muchos siglos después, sobre todo en el XVII y el XVIII. Su rehabilitación ha supuesto “encender tres lámparas” para “acercarse a Jesús, a la belleza y a la verdad”, según afirmó el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro. Las columnas, ventanas, arcos y presbiterio de San Martín han recuperado, precisamente, luz y brillo con los dorados y estucos originales, en este caso, del siglo XVIII. Para conseguirlo, se han utilizado 120.000 hojas de pan de oro de 24 quilates. Destaca, sobre ellos, la bóveda renacentista, en donde, según la documentación de la Fundación ‘La Luz de Las Imágenes’, se han eliminado cinco capas superpuestas de pintura hasta dejar a la vista los 164 casetones originales que representan diferentes escenas bíblicas sobre 230 metros cuadrados. En la capilla lateral, dedicada a la Virgen de la Salud, se ha descubierto, además, oculta por un repinte que mostraba una ornamentación vegetal, un san Gabriel atribuido a José Vergara (1726-1799).

Barroco-Valencia-4También relucen, y mucho, los esgrafíados en el muro de San Esteban, en grises y azules, con una decoración con predominio de florones, tarjas, hojas de acanto y angelotes de bulto redondo, ejemplo máximo del Barroco valenciano. En la bóveda del altar mayor se ha realizado, precisamente, uno de los trabajos más destacados de restauración: la recuperación de los frescos de Vicente López (1772-1850), que representan la glorificación de san Esteban. Esplendor, en este caso, rococó, con estucos que cubren más de 600 metros cuadrados, es el rescatado en San Juan de la Cruz. El conjunto de zócalos de azulejos cerámicos, considerado uno de los mejores valencianos de esta disciplina, fue elaborado en torno a 1750 y se han restaurado 4.300 piezas de las alrededor de 6.000 que decoran las doce capillas laterales. Obra de Hipólito Rovira, el escultor del palacio del marqués de Dos Aguas, los bajorrelieves y dorados trabajados en plata corlada, remiten al Barroco del norte de Europa.

Catequesis intensa

Barroco-Valencia-5El arzobispo Osoro destacó durante esa misma inauguración “la amistad de la Iglesia con el mundo del arte para comunicar el mensaje de la salvación”. Lo dijo en otras palabras el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, en la apertura de la exposición el pasado 15 de diciembre: “No es sólo un itinerario museográfico, histórico y patrimonial, sino que hay una catequesis intensa vivida y vibrante de lo que durante tantos siglos los valencianos han construido”. Y eso es, por supuesto, lo que exalta la Gloria del Barroco. La iglesia de San Esteban acoge el esplendor artístico y la exaltación del Barroco a través de algunas de las pinturas valencianas más representativas de la época. San Juan de la Cruz muestra la devoción a la Virgen María, en donde destaca la Inmaculada de Manuel Álvarez, talla cedida por Patrimonio Nacional desde la capilla del Palacio Real de Madrid; mientras que en la iglesia de San Martín se dedica un protagonismo especial a la escultura y orfebrería de la Comunitat desde la Edad Media hasta el siglo XX. Evidentemente, las colecciones expuestas no pertenecen a las iglesias que las exhiben transformadas en museos, sino que proceden de una veintena de centros artísticos (Museo San Pío V, Palacio Real de Madrid, Museo Lladró, Biblioteca Històrica de la Universitat de València, Museo del Corpus Christi, Academia de San Carlos, Archivo de la Catedral de Valencia, Biblioteca Valenciana, Fundación Bancaja, entre otros) y de varios coleccionistas privados. Aunque, pictóricamente, la octava exposición de ‘La luz de las Imágenes’ ha supuesto, por ejemplo, la catalogación de 11 obras de la iglesia de San Juan de la Cruz que hasta ahora se consideraban anónimas: siete han sido atribuidas a José Camarón y cuatro a Antonio Villanueva, dos importantes pintores del siglo XVIII. Pero también se ha rescatado alguna joya del patrimonio de la Iglesia valenciana, como La Anunciación, de Antonio Planes, dañada en la Guerra Civil y que permanecía custodiada en el despacho del Archivero Mayor de la Catedral guardada con un plástico protector para evitar que se desprendiera la pintura.

Todo ello ha contribuido a devolverle al Barroco valenciano la belleza y colorido originales, rescatando espacios de magnificencia y solemnidad. Una tarea excelente, que lo mismo ha afectado a las renovadas campanas de San Esteban, como a esculturas como el San Joaquín de Ignacio Vergara o libros como el Sermonario de san Vicente Ferrer, de 1496, del Archivo Catedralicio de Valencia.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.689 de Vida Nueva.

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