Cáritas: preguntas y respuestas ante la crisis

El brazo social de la Iglesia ha aumentado un 71,4% las ayudas prestadas entre 2007-2009

Cáritas(Miguel Ángel Malavia) Instalados en plena travesía del desierto, en medio de una muy profunda crisis económica global, son millones de ciudadanos españoles los que, desde el desconcierto, se cuestionan cómo se ha podido alcanzar tan dramática situación en menos de dos años. Según los últimos datos oficiales, en España hay 3.808.353 personas en paro. Esta cifra, la más alta en nuestra historia, dobla en porcentaje la media de la zona euro. Además, según varios indicadores, nuestro país será uno de los Estados miembros de la Unión Europea a los que más les costará remontar. Al desempleo se unen muchos más “desgarros”, interrelacionados entre sí, tales como la precariedad laboral, el difícil acceso a la vivienda o la situación de marginalidad de cada vez más grupos sociales. Las perspectivas de cambio y mejora, a corto y medio plazo, no parecen presentarse demasiado esperanzadoras. Ante ello, resuena cada vez con más fuerza la pregunta: ¿por qué?

Cáritas-2Recuadro-CáritasCáritas, el brazo de la acción social de la Iglesia, en uno de los momentos de mayor responsabilidad desde su creación en 1947, busca dar el máximo de su capacidad para ofrecer a la vez respuestas y preguntas, tratando de señalar la raíz de la crisis a la vez que se lucha contra sus consecuencias. De hecho, ya lo hizo con anterioridad, en clave de denuncia y aviso, en tiempos de vacas gordas. Miembro destacado, junto a otros colectivos eclesiales, de la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada), Cáritas trabajó con denuedo en la preparación del VI Informe –el primero de ellos data de 1966– de la institución que, desde el total reconocimiento y prestigio, se dedica a analizar la realidad social del país, “profundizando en la dinámica misma de esa realidad y en sus causas y efectos”, siendo “el desarrollo social integral la razón de ser de su propio origen”.

Cáritas-3Así, pese a ser presentado el 28 de octubre de 2008, el VI Informe FOESSA –40 investigadores fueron los que formularon esa “radiografía  social” en sus más de 800 páginas– estableció estadísticamente la situación sociológica española entre 1994 y 2007. Es decir, los considerados como los años en que España consolidó el cénit histórico de su situación económica y financiera, justo antes del desplome que comenzó a percibirse con claridad a finales de ese último año. Sin embargo, ya entonces llamó la atención de algunos el título del estudio: Exclusión y Desarrollo Social en España. Y no era para menos, según el alcance de los datos ofrecidos entonces: uno de cada cinco españoles eran pobres (un 19,5% del total, estando entre un 2,6 y un 4% en pobreza extrema); la exclusión social se  sufría en un 17% de los hogares, afectando de un modo severo al 5,3%; la tasa de pobreza infantil se situaba en el 25%, una de las más altas de toda la UE; la situación de los inmigrantes era una de las más graves. Significando un 11% del total de la población (alrededor de 5 millones, de los que 3,5 eran extracomunitarios y 700.000 permanecían en situación irregular), duplicaban y hasta triplicaban en algunas nacionalidades las tasas de pobreza de los ciudadanos autóctonos.

Cuestiones de fondo

Cáritas-4Ésa era  la situación en 2007… justo antes de la caída. ¿Cómo era posible tal desequilibrio en un contexto, en principio, indudablemente boyante? Fernando Vidal, sociólogo y uno de los investigadores que participó en el estudio, ofreció ya entonces una primera causa en Vida Nueva (nº 2.634): “Falla nuestro modelo económico, que es neoliberal, no genera cohesión social y reparte desigualmente los beneficios. Este modelo ha crecido a base de trabajadores precarizados y no ha creado riqueza, sino especulación financiera”. Tras la denuncia, también articuló una propuesta de principios: “Sin una sociedad civil fuerte con comunidades sólidas y un sentido de  la vida consistente que genere solidaridad, no hay desarrollo social. Sin solidaridad de sentido, no hay sentido de solidaridad”.

En esta misma clave de apuesta por una economía centrada en la persona, se desarrollaban los objetivos del desarrollo por los que apostaba el propio Informe FOESSA. Articulados en torno a la triada “necesidades-derechos-participación”, el esquema propuesto se concretaba en tres puntos básicos: “La solidaridad, como valor de interdependencia, que recoloca a la persona en el centro y eje de las opciones y decisiones, para satisfacer sus necesidades de forma integral; la sociabilidad como valor de la vinculación social (reciprocidad, redistribución), que vertebra la sociedad como la fuerza que da consistencia a las relaciones sociales, y promueve la participación de todos sin exclusiones en la responsabilidad compartida de garantizar el ejercicio de los derechos humanos; y la articulación social, como valor de la cohesión    social, en la que la relación individuo-sociedad genera potencialidades y sinergias, que promueven el bien común”.

Cáritas-5Y tras el diagnóstico y la prevención, la respuesta. Siempre comprometida. Los datos hablan por sí solos. Entre 2008 y un 2009 a punto de finalizar, Cáritas ha multiplicado todos sus efectivos para tratar de paliar las consecuencias de una crisis que cada vez afecta a más ciudadanos de un modo directo. Sólo en lo referente al año pasado, 1.282.167 personas –288.000 más que en 2007– fueron atendidas en nuestro país por la red Cáritas Española, ascendiendo la cifra a 9.102.406 en todo el mundo. Todo ello supuso un gasto total de 217 millones de euros, un 8% más que los fondos invertidos en el curso anterior. Tan significativos datos forman parte de la Memoria 2008, presentada en la madrileña sede de Cáritas el pasado 12 de noviembre, a cargo del presidente de Cáritas Española, Rafael del Río, y el director de Servicios Generales de la entidad, José Luis Pérez Larios. En el acto también estuvo la coordinadora del Área de Análisis Social y Desarrollo, Ana Abril, quien presentó un informe del Observatorio de la Realidad sobre las demandas de ayuda atendidas en el primer semestre del presente año. Como dato significativo, el porcentaje de actuación ha aumentado en 2009 un 40,7%. Teniendo en cuenta que de 2007 a 2008 la media ya subió un 41%… se obtiene la dramática cifra que indica que las solicitudes de ayuda dirigidas a Cáritas han ascendido más de un 80% desde que, a finales de 2007, se inició la crisis. Pero si ya resulta significativa la recepción de peticiones, más aún lo es el alto porcentaje de respuestas que han podido ser afirmativas: aumentaron un 35,2% entre 2007 y 2008, y un 36,2% en el primer semestre de este año. Es decir, las ayudas han subido un 71,4% en poco menos de dos años.

A la hora de establecer un perfil medio de las personas que solicitan ayuda, se apunta que la crisis ha originado la aparición de “nuevas formas de pobreza”. Así, son muchos los que acuden pidiendo ayuda por primera vez; pero también son muy relevantes los numerosos casos de personas que han vuelto después de haber concluido en su día los procesos de inserción social que desarrolla la propia Cáritas.

Cáritas-6De este modo, los perfiles sociodemográficos que están resultando especialmente afectados son muy diversos. Uno de ellos es el de los jóvenes parados en busca de su primer empleo, siendo sus expectativas muy reducidas, incluso para trabajos precarios. Dentro de los desempleados, están sufriendo fuertemente las consecuencias los parados de más de 45 años, muchos de los cuales están en situación de soledad. En el mismo extremo están las familias en las que todos sus miembros se encuentran sin trabajo. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa, hechos públicos a finales de octubre, 1.136.500 familias se encontraban en esta situación. En este sentido, cabe destacar el impacto de la acción de Cáritas, que sólo en 2008 creó directamente 12.000 empleos, integrando en sus itinerarios de inserción laboral a otras 58.000 personas. Otros grupos de riesgo son las familias jóvenes (entre 20-40 años) o los ancianos cuyas pensiones mínimas no llegan a cubrir los gastos diarios. La situación de cientos de miles de inmigrantes resulta especialmente dramática, ya sean regulares o no (ver el recuadro más abajo) .

En la recta final del año, y ante un 2010 que puede resultar decisivo, Cáritas mantendrá su compromiso a través de la combinación de preguntas y respuestas. Eso sí, la apuesta por un cambio de fondo la expresa, en nombre de Cáritas, Ana Abril: “Estamos ante una ruptura del modelo y no ante una crisis coyuntural, pues la crisis también lo es de valores. La solución es cambiar los cimientos del sistema, apostando por la persona”.

LOS INMIGRANTES, SIN SALIDAS

Cáritas-7Cáritas denuncia cómo, en plena crisis, a través de la reforma de la Ley de Extranjería “se han endurecido las condiciones administrativas en los procedimientos de renovación, reagrupación y arraigo social”. Lo que ha llevado, entre otras cosas, a que sean mucho mayores las dificultades para pagar las tasas administrativas de esas tramitaciones. También se registra el hecho de que muchos inmigrantes regulares tiene mayores dificultades para acceder a un empleo, llegando muchos a trabajar sin sueldo, pero manteniendo la cotización para no perder derechos. Así, son muchos los ciudadanos inmigrantes, pendientes de renovar la autorización temporal de residencia y trabajo, que están en grave riesgo de caer en la irregularidad por no encontrar empleo.

PRINCIPALES NECESIDADES DETECTADAS EN 2009

  • Cáritas-8Alimentación. La mayoría en alimentos en especie: leche, galletas, productos en conserva…
  • Vivienda. En gran número obedece a impagos de hipotecas, deudas de alquileres o falta de pago de recibos. Muchos otros piden asesoría legal para renegociar las condiciones de su hipoteca o el modo de titularidad de sus propiedades.
  • Empleo. Aumentan las demandas de ayuda económica por la falta de liquidez, así como las solicitudes para poder conciliar la vida familiar con la laboral. También resulta muy significativo el incremento de peticiones de información, orientación y formación, de cara a acceder con mayores posibilidades al mercado laboral.
  • Asuntos legales y de extranjería. Estas demandas son especialmente ostensibles en trámites para la renovación de las autorizaciones de residencia y trabajo. En la mayoría de los casos, se trata de personas y familias que no han llegado al tiempo mínimo para cotizar a la Seguridad Social; no han encontrado una oferta de trabajo para poder renovar su residencia; o han padecido un endurecimiento en las condiciones administrativas en los procedimientos de extranjería.
  • Demandas de apoyo psicológico. En la red de acogida se están recibiendo un gran número de peticiones de atención, siendo la mayoría por depresiones, ansiedad, sensación de fracaso, pérdida de autoestima, etc. No menos importantes son las que evidencian un aumento de los conflictos familiares en los hogares en los que al menos uno de sus miembros está en situación de paro. También se resalta un mayor número de casos de malos tratos, vinculados a la situación de tensión existente en el ámbito familiar.
  • Otras demandas significativas: La mayoría son de índole material, siendo su alcance muy relevante. Las solicitudes de ropa, medicinas, pañales, leche infantil, libros de texto… han crecido enormemente a lo largo de los dos últimos años.

En el nº 2.684 de Vida Nueva.

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