Roma abre las conversaciones con los lefebvristas este mes

El Vaticano replica a un arzobispo sueco y reitera que desconocía las opiniones negacionistas de Williamson

Fellay-en-una-ordenación

Bernard Fellay, en una ordenación "ilegítima" en Suiza

(Antonio Pelayo– Roma) Apenas regresado de su viaje a la República Checa –satisfactorio pero sin echar las campanas al vuelo–, Benedicto XVI se ha concentrado, con sus más inmediatos colaboradores, en la preparación de la II Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para África, que comienza el 4 de octubre. Antes de emprender el viaje a Praga, el Papa hizo públicas las listas de los miembros del Sínodo que él personalmente puede nombrar, así como el elenco de los expertos (llamados “ayudantes del secretario especial”) y de los auditores. Entre éstos se encuentra María Inmaculada García Abrisqueta, presidenta de Manos Unidas, a quien le cabe el honor de ser, junto al cardenal Antonio Cañizares, dado su cargo en la Curia, la única representante de la Iglesia española. No se entiende por qué nuestro episcopado está ausente de un Sínodo que tratará del futuro de la Iglesia en un continente donde muchos de nuestros y nuestras compatriotas están dando lo mejor de sí mismos. A alguien se le ha olvidado este “detalle”.

El Sínodo parece bien encarrilado y el Santo Padre lo ha puesto en las manos de tres ‘presidentes delegados’, que son el cardenal Francis Arinze, prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino (que repite encargo); el arzobispo de Dakar (Senegal), el cardenal Théodore-Adrien Sarr; y el cardenal Wilfrid Fox Napier, arzobispo de Durban (Sudáfrica), que fue el encargado de redactar el mensaje final en la asamblea de 1994. El relator general será el arzobispo de Cape Coast (Ghana), el joven cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, ayudado por el arzobispo de Luanda (Angola), Damião Antonio Franklin, y el obispo chadiano de Sarh, Edmond Djitangar. Si se comparan las listas de las dos asambleas sinodales, sólo separadas por quince años de distancia, se constata la extraordinaria renovación de la Iglesia africana. En ese sentido, parece que queda excluido el peligro de que se desarrolle en éste un sínodo-fotocopia.

Richard Williamson

Richard Williamson

Otro foco de la atención papal se concreta en la apertura de las discusiones con los exponentes de la lefebvrista Fraternidad San Pío X (FSSPX), que deberán comenzar a mediados de mes de octubre. Con el asentimiento del cardenal William J. Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y de monseñor Guido Pozzo, responsable, dentro de ésta, de la Comisión ‘Ecclesia Dei’, Benedicto XVI ha confiado esta delicada misión a tres teólogos de irrefutable experiencia y magisterio: el jesuita Karl Josef Becker, durante muchos años profesor de Teología sacramental en la Universidad Gregoriana de Roma; el dominico Charles Morerod, profesor en el Angélico que ha sustituido a monseñor Ladaria como secretario de la Comisión Teológica Internacional; y monseñor Fernando Ocáriz, vicario general de la Prelatura del Opus Dei y autor de numerosas monografías, algunas de ellas sobre la declaración conciliar Dignitatis Humanae sobre la libertad religiosa, uno de los puntos delicados en las discusiones con los seguidores de Marcel Lefebvre.

El arzobispo Arborelius

El arzobispo Arborelius

Pocos días antes del inicio de estas conversaciones, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, ha tenido que volver a desmentir de la forma más categórica que el Papa estuviese al corriente de las posturas negacionistas de monseñor Richard Williamson antes de suspender la pena de excomunión que pesaba sobre él y los otros tres obispos consagrados por el cismático arzobispo francés. “No tiene fundamento –observó el jesuita– afirmar o incluso sólo insinuar que el Papa hubiese sido informado con antelación de las posturas de Williamson”, desmintiendo unas manifestaciones hechas en un programa de la televisión sueca STV por el arzobispo de Estocolmo, Anders Arborelius. Resulta sorprendente –vino a decir también el portavoz vaticano– que cada vez que se inicia una nueva etapa de diálogo con los lefebvristas salgan a relucir viejas leyendas ya descalificadas, como si alguien tuviese interés en hacer fracasar los esfuerzos de los negociadores.

Ettore Gotti Tedeschi, nuevo presidente del IOR

Gotti Tedeschi

Gotti Tedeschi

Dando continuidad a una crónica anterior (VN, nº 2.675), el 23 de septiembre se hizo público el nombramiento del banquero italiano Ettore Gotti Tedeschi como presidente del Instituto para las Obras de Religión (el IOR) y de su nuevo consiglio di sovrintendenza, del que ahora forman parte Carl A. Anderson, caballero supremo de los Caballeros de Colón (Estados Unidos); Giovanni de Censi, presidente del Credito Valtellinese (Italia); Ronaldo Hermann Schmitz (Alemania) y Manuel Soto Serrano (España).

Gotti Tedeschi, que tiene 64 años de edad y es padre de cinco hijos, lleva a sus espaldas una larga experiencia en el mundo de los negocios bancarios. Desde 1992 está al frente de los intereses del Banco Santander en Italia a través de su filial Santander Consumer Bank y está ligado con una sólida amistad a Emilio Botín. Es, además, profesor de Ética de las Finanzas en la Universidad Católica de Milán, editorialista de L’Osservatore Romano y se asegura que figuró entre los consultores más escuchados por el Papa durante la larga gestación de la encíclica Caritas in veritate.

La Comisión de Vigilancia del IOR, que está presidida por el secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, y que integran los cardenales curiales Attilio Nicora (presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, APSA) y Jean-Louis Tauran (ex secretario para las Relaciones con los Estados y actual presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso), así como por los arzobispos de São Paulo y Ranchi, los cardenales Odilo P. Scherer y Telesphore P. Toppo, confirmó en sus cargos al director general, Paolo Cipriani, y al prelado del Instituto, Piero Pioppo.

Éste, en su momento secretario personal del cardenal Angelo Sodano, fue nombrado para este puesto poco antes de que el entonces secretario de Estado cesase en sus funciones. Una decisión que llamó entonces la atención, porque el cargo había estado vacante varios años después de la discutible gestión de monseñor De Bonis y, antes, del arzobispo Paul C. Marcinkus.

Larga transición

Como destacaba en un editorial Il Sole 24 Ore de Milán –el diario de los medios financieros italianos–, estos “reajustes” son “el acto conclusivo de una larguísima transición de la que Angelo Caloia ha sido el paciente y reservado artífice. A un banquero laico “ambrosiano” –que ha resaneado un banco gravemente comprometido por un arzobispo– le sucede un banquero internacional, en cuyo moderno catolicismo está la ‘conyugabilidad’ entre excelencia y fe, entre mercado y subsidiariedad, entre servicio al Pontífice y a la empresa. A él le toca reinventar las “obras de religión” y confirmar que el más pequeño Estado del mundo no es un offshore (o paraíso fiscal).

En el capítulo de nombramientos, hay que señalar el del nuevo nuncio apostólico en Francia, que ha recaído en la persona de monseñor Luigi Ventura, que ejercía desde junio de 2001 las mismas funciones en Canadá. Tiene 64 años, y después de ser secretario del cardenal Casaroli en 1995, fue nombrado nuncio en Costa de Marfil, Burkina Faso y Níger.

También ha sido nombrado delegado para las Representaciones Pontificias monseñor Luciano Suriani.

CONGRESO DE LOS ARCHIVEROS ESPAÑOLES

Del 21 al 25 de septiembre ha celebrado su XXV Congreso, en Roma, la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España, que preside Agustín Hevia, archivero de la archidiócesis de Oviedo. Sedes del congreso fueron el Salesiano (casa generalicia de la orden fundada por Don Bosco); la Embajada de España cerca de la Santa Sede, donde los congresistas fueron recibidos por el embajador, Francisco Vázquez; y la iglesia española de Santiago y Monserrat, cuyo rector, monseñor José Luis González Novalín, pronunció la ponencia final después de asistir a una Eucaristía presidida por el cardenal Raffaele Farina, archivero y bibliotecario de la Santa Romana Iglesia. En el curso de las sesiones de trabajo fueron presentadas diversas ponencias sobre Los archivos eclesiásticos y la memoria del Pueblo de Dios (por el benedictino Michael John Zielinski, vicepresidente de la Pontificia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia), Los archivos de la Iglesia, ‘lugar teológico’ de la Nueva Evangelización (por el archivero diocesano de Jaén, Francisco Juan Martínez Rojas) e Investigación histórica de españoles en el Archivo Secreto Vaticano y otros archivos romanos, del ya citado González Novalín. Los congresistas también tuvieron ocasión de visitar el Archivo Secreto Vaticano, acompañados por el prefecto del mismo, monseñor Sergio Pagano.

apelayo@vidanueva.es

En el nº 2.677 de Vida Nueva.

Compartir