Un manual de educación sexual, objeto de polémica en Argentina

El arzobispo Aguer lo tilda de “neomarxista” y dice que refleja una opción “ideológica” y “totalitaria” del Estado

Cristina-Fdez-con-Sileoni(Washington Uranga– Buenos Aires) Un pronunciamiento del arzobispo católico de La Plata, Héctor Aguer, criticando un manual oficial de educación sexual al que definió como de “inspiración neomarxista”, ha tenido una amplia repercusión a lo largo de las últimas semanas en los medios de comunicación argentinos, recibiendo críticas y observaciones por parte de las autoridades educativas del país. Sin embargo, tanto el ministro de Educación nacional, Alberto Sileoni, como su par de la provincia de Buenos Aires, Mario Oporto, evitaron la polémica pública con el prelado, que contó con el respaldo del padre Alberto Bochatey, director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica, para quien algunos de los contenidos del manual “empujan a la homosexualidad”. No hubo, en cambio, pronunciamientos oficiales de otros obispos o de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) sobre el tema.

En su condición de arzobispo de La Plata –aunque preside también la Comisión de Educación de la CEA–, Aguer reaccionó a un libro distribuido por el Ministerio de Educación titulado Material de formación de formadores en educación sexual y prevención del VIH/SIDA en el ámbito escolar, y que cuenta con el auspicio de ONUSIDA (organismo de Naciones Unidas especializado en la materia).

A su juicio, “el texto es una recopilación de escritos dispares, unificados por una opción claramente ideológica, que no refleja la variedad de posiciones que pueden adoptarse en una materia tan esencial y que ha sido objeto de discusiones en distintos ámbitos”. Asimismo, “por su tenor, parece otra imposición totalitaria del Estado, sobre todo teniendo en cuenta la libertad de conciencia, tanto de los alumnos como de sus padres”.

Género y roles

Héctor-AguerSegún Héctor Aguer, “la ideología de género se expresa en este documento con el máximo rigor” y “es fuerte el acento sociológico-político, ya que en varias de las contribuciones recopiladas se enfoca la sexualidad desde la dialéctica del poder”. El comunicado episcopal, de cuatro páginas, critica “el planteo constructivista”, señalando que “la perspectiva de género se propone modificar los roles sexuales”, que existe “potencialidad destructiva del orden familiar” y que expresa “el planteo habitual del feminismo extremo”.

Más adelante, el arzobispo platense sostiene que “la orientación de ese programa ‘educativo’ a partir de la afirmación de los derechos de los niños y adolescentes conduce a excluir la autoridad de los padres y los derechos y deberes que brotan de la patria potestad, tutelados por la Constitución Nacional, las leyes y las diversas convenciones internacionales”.

El P. Bochatey, por su parte, afirmó que el texto oficial introduce “no ya la dialéctica de clases sociales, sino de clases sexuales, algo de lo que Marx no habló, por lo que es neomarxista”. Y agregó que “como se presenta el tema de la homosexualidad, pareciera que se da un empujón”, porque “dice que la heterosexualidad es alentada por el capitalismo, y que la sexualidad no es natural sino cultural”.

Mientras tanto, el ministro Sileoni dijo “no tener intención de discutir con monseñor Aguer”, aunque sostuvo que se trata de cumplir con una ley que establece la educación sexual en las escuelas, y que el material “es para maestros que forman maestros”. Por lo tanto, “ahí hay una serie de diversos textos que tienen enfoques distintos, para ser discutidos en las capacitaciones docentes”.

Oporto recordó que “la democracia se aprende, se enseña y se debe defender” y que “esta sociedad necesita de formación democrática porque todavía hay muchos pensamientos retrógrados, que prefieren teorías autoritarias”. Y, sobre las manifestaciones de Aguer, añadió: “No me gusta el tono acusatorio con terminología procesista, porque no me parece que esté destinado a construir”.

El ministro de Educación de la ciudad de Buenos Aires, Mariano Naradowski, del opositor PRO, señaló que “en los temas de educación sexual no se puede imponer nada”, para advertir que “hoy estamos aplicando una ley de educación sexual que fue consensuada”, aunque admitió que “la visión de Aguer es la visión de un sector de la sociedad”.

Finalmente, la diputada electa Mª José Libertino, presidenta del oficial INADI (Instituto Nacional Anti Discriminación), anunció que presentará ante el Congreso un pedido de informes para que Aguer “ratifique o rectifique”, porque “es un retroceso importante que haya sectores que se opongan a estos temas que cuentan con un claro consenso democrático”.

wuranga@vidanueva.es

En el nº 2.672 de Vida Nueva.

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