Fratini: expectativas ante la llegada del nuevo nuncio

Persona “tranquila pero muy eficaz en sus misiones”, el diplomático deberá abordar “una tarea difícil”

Renzo-Fratini-2(A. Pelayo– Roma) Como ya anunció Vida Nueva a través de su página web, el jueves 20 de agosto, la Sala de Prensa de la Santa Sede hizo público el nombramiento de monseñor Renzo Fratini –de 65 años– como nuncio apostólico en España y en el Principado de Andorra, así como Observador Permanente ante la Organización Mundial del Turismo. En los ambientes vaticanos más cercanos a nuestro país se abre ahora un período de expectativas ante la llegada del diplomático italiano. “Con un nuevo nuncio en Madrid –nos dice un interlocutor que desea permanecer anónimo–, con su predecesor ocupando un importante puesto en la Congregación de Obispos [de la que es consultor el jesuita español Luis Francisco Ladaria, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe], y con el cardenal Antonio Cañizares formando parte de la Curia romana, la información sobre España va a ser más completa y plural, y también más repartida la capacidad de influencia en las decisiones importantes. Al nuevo nuncio, desde luego, le espera una tarea difícil, pero no es la primera que aborda en su carrera y ha demostrado que sabe conservar los nervios fríos en los momentos de tensión”.

Otra fuente –siempre refugiada en el anonimato– nos dice: “Además de las relaciones con el Gobierno de Zapatero, que ya sabemos que son complejas y difíciles, el nuncio tendrá que trabajar con ‘toda’ la Conferencia Episcopal, favoreciendo el equilibrio entre los diversos sectores que la componen sin privilegiar a ninguno de ellos. Será, tal vez, su compito (cometido) más difícil”.

Consciente de todo esto, el propio Fratini, se mostraba cauto a la hora de pronunciarse sobre su futura misión en España. En declaraciones a Radio Vaticano reconoció que afronta “con mucho entusiasmo y ganas de trabajar una nueva misión importante en un país importante, pero también con algo de preocupación porque no creo que en este momento las relaciones con España sean fáciles, como no lo es la situación en general”.

Amplia experiencia

El Ministerio de Asuntos Exteriores español, realizadas las averiguaciones pertinentes a través de las embajadas españolas en los países donde monseñor Fratni ha sido nuncio (Pakistán, Indonesia, Timor Oriental y Nigeria) no tenía nada que objetar a un diplomático de carrera con larga experiencia profesional y reputación de persona “tranquila pro muy eficaz” en sus misiones.

Fratini ofrece el perfil clásico de los diplomáticos vaticanos “doc”: una biografía de recorrido muy similar que, en su caso, comienza el 25 de abril de 1944 en Urbisaglia, localidad de la diócesis de Macerata-Tolentino. Tras realizar sus estudios filosóficos y teológicos, recibió la ordenación sacerdotal el 6 de septiembre de 1969 de manos del hoy cardenal Ersilio Tonini, que pocos meses antes había sido consagrado obispo de Las Marcas. Después de doctorarse en Derecho Canónico, ingresó en el servicio diplomático de la Santa Sede y comenzó su peregrinaje como secretario y consejero en las nunciaturas de Japón, Nigeria, Etiopía, Ecuador, Jerusalén y Palestina (siendo delegado apostólico Andrea Cordero Lanza di Montezemolo), y Francia, donde trabajó a las órdenes del entonces nuncio y hoy cardenal Lorenzo Antonetti.

El 7 de agosto de 1993 es nombrado nuncio en Pakistán y recibe la consagración episcopal el 2 de octubre de ese año, de manos del secretario de Estado, cardenal Angelo Sodano. Cinco años después –el 8 de agosto de 1998– es trasladado a la Nunciatura de Indonesia, el país del mundo con mayor población de musulmanes, donde permanece otros cinco años (en 2003, al obtener la independencia la isla de Timor Oriental, simultanea sus funciones en Yakarta y Dili).

Un lustro después se encuentra al frente de la Nunciatura Apostólica en Nigeria, donde sucede al filipino Osvaldo Padilla, trasladado a Costa Rica. Nigeria es el tercer país del mundo de mayoritaria religión musulmana donde Fratini representa al Papa y, en ese sentido, se le considera un especialista en el diálogo islamo-cristiano. De su experiencia en el país africano hizo estas confidencias a Radio Vaticano: “Para mí, Nigeria ha sido una sorpresa. He quedado muy impresionado por esta Iglesia tan viva; siempre quieren rezar. Hay una gran vitalidad. Quizás hace falta profundización en la fe, más formación, pero en África la fe está muy viva, las iglesias están llenas, los seminarios superllenos, hay muchas vocaciones. Por eso África representa un poco la esperanza de la Iglesia”.

apelayo@vidanueva.es

En el nº 2.672 de Vida Nueva.

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