Encontrando a Dios en la playa

Religiosas doroteas promueven una iniciativa de evangelización en el Algarve
Doroteas-Algarve(Texto y fotos: António Marujo) La hermana Arminda Oliveira, de la provincia Portugal Sur de la Congregación de Santa Dorotea, se quedó pasmada de admiración con un comentario de una persona a propósito de la acción de evangelización que estas religiosas han estado desarrollando en la playa durante este mes de agosto: “¡Qué idea tan interesante! Nunca imaginé que la Iglesia Católica viniese a la calle para hacer cosas tan interesantes”.

Doroteas-Algarve-2El escenario es el siguiente: en la playa, hacia las ocho de la mañana, ya hay personas caminando por la arena, pero un grupo ‘desentona’ en este ambiente. Cincuenta personas rezan juntas en pleno arenal de la Quarteira, una de las playas más populares del Algarve (al sur de Portugal). En el lado opuesto al calçadão (el nombre por el que se conoce el paseo marítimo), asomados a los balcones del hotel de enfrente, varios curiosos escudriñan los sonidos que les llegan a través de los altavoces. Y hay incluso quien, al pasar, se detiene intrigado.

“La primera vez fue complicado levantarnos temprano. Después, ellas –y señala a su mujer y su hija– me fueron convenciendo. Vine y me gustó. Es siempre bueno comenzar el día con un mensaje positivo”, dice João Barros, ingeniero de obras que trabaja en el municipio de Sintra (próximo a Lisboa). João subraya que a sus hijos –Joana, de 12 años, y João Pedro, de nueve– les gustaba ir a recoger el mensaje diario y comentar el texto. El ingeniero se está refiriendo a la iniciativa de las hermanas doroteas, implicadas durante dos semanas en una misión de evangelización junto con una decena de jóvenes, con un itinerario que situaba en paralelo las vidas y el mensaje de Jesús y de su fundadora, Paula Frassinetti.

Dos lugares especiales

Han contado también con dos tiendas como lugares especiales con finalidades específicas: la ‘del encuentro’ tiene una pequeña mesa en una esquina y un retrato de Paula Frassinetti, la religiosa italiana que fundó la congregación hace ahora 175 años. Tiene todavía multitud de utensilios desperdigados por el suelo, velas, algunos libros, postales, vasos con flores, una amalgama a modo de cobertura de paños naranjas, amarillos y rojos. Sobre la mesa del rincón, un pequeño cuaderno sirve para registrar ideas o desahogos.

Doroteas-Algarve-3Un muchacho moreno, con camiseta ajustada, próximo a la veintena, escribe y escribe… “Ya ayer estuvo aquí un rato, tal vez como forma de terapia”, explica la hermana Goreti Faneca, una de las tres religiosas que acompañan el grupo de jóvenes. “No quiso hablar con nadie”. Una de las frases que el desconocido allí deja, expresa lo contrario de la soledad: “Todos juntos podemos vivir siempre felices y en unión podemos superar barreras”.

En la tienda ‘del silencio’, el ambiente es el de un pequeño oratorio, oscurecido por las telas azul oscuro. Un ordenador reproduce música, frases cortas y fotos. En el centro, una Biblia, flores y un icono de Jesucristo. A su lado hay una miniatura del farol de Génova, donde nació Paula, que se convirtió en el símbolo de las doroteas. A la entrada, dos carteles presentan la iniciativa en portugués e inglés, y un tercero aclara ocasionales dudas sobre quién promueve la iniciativa: “Iglesia Católica”. Uno de los días un hombre entró, y después de observar, se dirigió a las hermanas: “Soy ateo, pero admiro la valentía que tienen, y eso me interpela. Continúen”.

Doroteas-Algarve-4Armida Sá, profesora de música en Amarante (localidad cercana a Oporto), está a punto de finalizar sus dos semanas de vacaciones con la familia y unos amigos, todos católicos. Cuando pasan por segunda vez, después de haber descubierto las tiendas el día anterior, Arminda comenta: “De la playa apreciamos el mar, el paisaje, las personas… pero hay ruido y barullo. Aquí encontramos el silencio, que es una necesidad”. Tomás Silva, de 13 años, hijo de los amigos de Arminda, explica que, cuando entró en la tienda por primera vez, sintió que estaba “en contacto con Dios” y se quedó “pensando” varios minutos.

El mar está tranquilo, pero hay quien se siente en ‘marejada’ tras la experiencia: “Estos jóvenes nos han transmitido una gran fuerza interior”, aseguran José Carlos y Maria Manuela Teixeira, jubilados procedentes de los alrededores de Lisboa. Elsa Machado y Pedro Arsénio, que viven también cerca de la capital portuguesa, añaden: “Ésta es una forma de hacer presente la palabra de Dios en nuestra vida, incluso en vacaciones”. Su hija Mariana, de 10 años, lee el mensaje que se ha distribuido ese día, un sábado, el último de la iniciativa de las religiosas doroteas: “Tened los ojos puestos en la brújula para que no os perdáis en el camino. La brújula es la voluntad de Dios”.

Gran acogida

Doroteas-Algarve-5Cada día han escrito una frase en pequeñas tiras de papel que los jóvenes repartían a los viandantes del calçadão. El primer día llevaron 400; no fueron suficientes y tuvieron que cuadriplicar el número de papeles y copiar 1.600 casi todos los días. Incluso había gente que se pasaba sólo para pedir la frase del día.

Joana Santos, de 16 años y natural de Moura (en Alentejo), es la más joven del grupo. Conoció la iniciativa en 2008, invitó a las hermanas doroteas a ir a su ciudad y este año decidió unirse al grupo. Trajo con ella a algunos chicos más del grupo parroquial: “Es bueno divertirnos en la playa, pero aquí tenemos algo además profundo, es un momento que es sólo nuestro. Por la noche, éste es un recinto mágico donde podemos reflexionar”. Joana está satisfecha con la experiencia, sobre todo por la “actitud de las personas y por la atención” con que la gente que se ha dirigido a ellos.

Doroteas-Algarve-6También viene de Moura Joel Alvarinho, de 25 años, que está finalizando un curso de Contabilidad. Él explica que “ya hace mucho” que se sentía llamado a participar en una de estas misiones. Lo mejor de la experiencia, confiesa, eran las personas que no quería la hoja con el mensaje, sino que querían hablar: “Presentar argumentos hace aumentar mi fe”. Para Joel ha sido “gratificante” ver cómo todos los días se incrementaba el número de personas que rezaban en la playa (el primer día eran cinco). Y por la noche, cuando miles de personas pasea­ban por el calçadão, el grupo de jóvenes tocaba y cantaba a modo de invitación.

En el cuaderno de la tienda ‘del encuentro’, una mujer llamada Ana Cristina ha escrito: “Hacemos una pausa en nuestra vida para las vacaciones. Pero a veces la agitación continúa. Estos días, sin embargo, han sido de pausa”.

En fase de renovación

La misión de evangelización en la playa, realizada por tercera vez por las hermanas doroteas portuguesas, es una de las nuevas tareas a las que la congregación se está dedicando, en esta fase de renovación por la que atraviesan: el año que viene, las cerca de 350 religiosas pasarán a constituir una única provincia, en vez de las dos actualmente existentes. “Hay menos gente, pero queremos concentrar energías y responder al todo que es el país”, explica la hermana Lúcía Soares, actual responsable de la provincia Portugal Sur de las Hermanas Doroteas. En diez años, la congregación ha pasado, en Portugal, de poco más de 400 religiosas a 350, repartidas en 34 comunidades. En el mundo, son 1.200 (cien menos que hace una década), en 180 comunidades presentes en 17 países.

“Hoy puede parecer más evidente el radicalismo de una vida de clausura, pero nosotras queremos hacer visible la vida comunitaria y espiritual en un mundo de relaciones heridas”, dice Lúcía Soares. Aunque actualmente estas religiosas son conocidas sobre todos por sus escuelas privadas de Lisboa y Oporto y por la Escuela Superior de Educación en esta última ciudad, las doroteas están desarrollando otras actividades que traducen el objetivo enunciado por la provincial: una asociación de apoyo a los sin techo cerca de Lisboa, un hogar para niños y jóvenes en riesgo de exclusión en Braganza, una institución de ayuda a inmigrantes en Oporto y un proyecto de erradicación de la pobreza en las islas Azores.

Fundada el 12 de agosto de 1834 (hace justo ahora 175 años) por Paula Frassinetti, una joven italiana de 25 años preocupada por el desamparo de muchos niños, la congregación ha ido congregando en sus colegios otras iniciativas –como el voluntariado misionero o diversos proyectos de solidaridad– que traducen a los tiempos actuales la preocupación inicial: “Ayudar a las personas a organizarse y a crecer”.

En el nº 2.672 de Vida Nueva.

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