Crece la celebración de la misa por el rito extraordinario

Algunos liturgistas creen que se está produciendo una vuelta a una situación anterior al Vaticano II

misa-tradicional-cons-p(Miguel Ángel Malavia) El obispo de Málaga, Jesús Catalá, rechazó recientemente la petición de designar a un sacerdote delegado ex profeso para la celebración de la Misa según el rito extraordinario, aceptado hace dos años por Benedicto XVI. Poco después, mediante una nota informativa, aclaró que “no ha denegado” una forma de celebración eucarística que ya es “un derecho para los fieles corroborado por el Santo Padre”. El texto explicaba que, lejos de poner objeciones a la celebración de la Misa Tradicional, remitía la decisión a la potestad de los párrocos, quienes, según lo dispuesto por el Papa, son “los que deben atender estas solicitudes de los fieles”, “no siendo necesario pedir autorización alguna al obispo”. La nota concluía argumentando que no se nombraba a un sacerdote diocesano dedicado exclusivamente a tal fin “al no darse, de momento, las condiciones adecuadas en la diócesis”, en referencia al número de fieles que habían elevado la petición, calificados en la propia nota como “un pequeño grupo” que ascendía a doce personas. Esta controversia coincidió con el segundo aniversario (el 7 de julio) de la publicación, por parte de Benedicto XVI, del Motu Proprio Summorum Pontificum.

Mediante este motu proprio se permitía celebrar la Eucaristía a aquellas comunidades que lo solicitaran previamente por el rito tradicional, promulgado por Pío V en 1570, tras el Concilio de Trento y, en última instancia, por Juan XXIII, a través de su Misal de 1962. El propio Papa, en su escrito, aclaraba que ésta era “la forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia”, siendo la ordinaria la emanada del Concilio Vaticano II y culminada con el Misal promulgado por Pablo VI en 1970.

Cuando se han cumplido dos años, ¿se ha producido en España un incremento significativo del rito tridentino? En las diócesis y parroquias, ¿se percibe un cambio significativo en la aplicación de la liturgia? Algunas claves necesarias para comprender este proceso las ofrece la Federación Internacional Una Voce, principal órgano que aúna a los partidarios de la Misa Tradicional. En un informe, fechado el 14 de septiembre de 2008, recogía los puntos fundamentales desarrollados en ese primer año de aplicación del motu proprio y ofrecía datos referentes al grado de implantación del rito tridentino en los distintos países.misa-tradicional-comunion

Al analizar el caso de España, se destaca el “crecimiento espectacular” en esos doce primeros meses, constatando el nacimiento de nuevas asociaciones en “La Coruña, el Reino de Castilla, Valencia, Pamplona y Zaragoza”. Pese a todo, igual que en el resto de países, aquí también se detectaría la “oposición” de muchos obispos, que no habrían informado a sus fieles de la nueva situación litúrgica, hasta el punto de que el citado informe habla de una “conspiración episcopal del silencio”. “Ése es el duro régimen que imponen muchos obispos contra sus sacerdotes, contra los que quisieran responder favorablemente al motu proprio pero tienen miedo a hacerlo”, sentencian los tradicionalistas.

El texto, que reconoce que casi todas las “mejoras” registradas en el auge del rito extraordinario “se deben al coraje de sacerdotes que de forma individual han aclamado la proclamación del motu propio, así como a la dedicación de determinados laicos”, concluye enumerando los nombres de los obispos que sí favorecerían la implantación de la Misa Tradicional y que “han mostrado una caridad especial”. De España, sólo se cita al cardenal Cañizares, actual prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

Presiones y división

Frente a este incremento, que en cifras globales sigue siendo poco considerable, fuentes consultadas por Vida Nueva señalan que la duplicidad de usos litúrgicos sí está produciendo una división en el seno de la Iglesia, obedeciendo no a una cuestión de formas, sino de fondo, en el sentido de que los grupos que quieren dar cuerpo al motu proprio rechazarían el espíritu del Concilio Vaticano II. Según esta visión, antes, en España no había prácticamente partidarios de recuperar el rito tridentino, debiéndose su incremento a la presión que, desde hace unos años, vienen ejerciendo grupos desde el extranjero –principalmente de Francia, a través del colectivo ‘Una Voce’–. De este modo, aunque los grupos más influyentes, según estas fuentes, estarían situados en Sevilla, Málaga, Cádiz, Madrid, Mallorca y Navarra, ya en cada diócesis española existiría un pequeño grupo que reivindica esta forma de celebración.

En la misma línea se manifiesta Xabier Basurko, miembro de la Asociación Española de Profesores de Liturgia (AEPL) y que ha sido durante años docente en diversos centros teológicos y facultades de Teología del País Vasco y de Navarra. El veterano liturgista considera que se está produciendo una vuelta a la situación anterior al Concilio Vaticano II: “Hemos dado marcha atrás cincuenta años. Sin apreciarse el tremendo esfuerzo que se hizo entonces, que supuso un hito en la historia de la Iglesia, ahora se están cuestionando puntos de fondo que son esenciales, como el diálogo ecuménico, la sencillez de la Liturgia o el propio sentido comunitario de la misma. Volvemos a una pobreza litúrgica, basada en el verticalismo, en la que se deja a un lado al pueblo”. El autor de, entre otras obras, una Historia de la Liturgia (CPL, 2006) afirma no comprender la razón por la que el rito tradicional “parece tener mejor aceptación entre sacerdotes y laicos jóvenes”. “Si ni siquiera saben latín… No creo que hayan realizado una reflexión profunda sobre el tema. De hecho, tengo la sensación de que lo único que les atrae de este tipo de misa son los oropeles, el boato, el revestirse de dorado… lo externo”.

El presidente de la AEPL, Aurelio García Macías, hace hincapié, por su parte, en el hecho de que el motu proprio del Papa “clarificó que son válidas las dos formas litúrgicas, reconociendo como una realidad al colectivo que celebra por el rito tradicional. Por ello no puede haber controversia, pues ambas son aceptadas. Eso sí, Benedicto XVI también ha dejado claro que el salido del Concilio es el modo ordinario, siendo el otro el extraordinario”. En opinión de García Macías, “en España, como en el resto del área latina, y a diferencia de lo que sucede en Francia, Suiza o Inglaterra, la demanda de la Misa Tradicional no es prioritaria, sino que obedece a grupos minoritarios”. Tampoco considera que haya fricciones: “Los obispos, si comprueban que se cumplen las condiciones, no ponen trabas. Sí hay ciertas prevenciones ante algunas cofradías que puedan elevar sus reclamaciones por pura estética y ostentación”.

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(Fuente mapa: Una Voce Sevilla)


LOS CURAS MAYORES, EN CONTRA; LOS JÓVENES, A FAVOR

Juan Gutiérrez, miembro de ‘Una Voce Sevilla’, reconoce a Vida Nueva que “la evolución en estos dos años ha sido lenta pero muy positiva, congregando cada vez a más fieles” en torno a la Misa Tradicional. Antes del motu proprio, añade, “éramos muy pocos y tratados casi como proscritos”, culpabilizando de ello “a muchos de los curas a partir de los sesenta años de edad”, y concentrando “las esperanzas en los más jóvenes”. Ahora, en la capital hispalense hay cuatro parroquias en las que se celebra ocasionalmente la eucaristía según el rito tradicional, aunque sólo una que la oficia cada domingo.

Uno de estos sacerdotes jóvenes, miembro de la Fraternidad Cristo Sacerdote, en Pontevedra, explica que iniciaron su actividad sólo a partir del Summorum Pontificum: “Antes éramos un grupo con esa sensibilidad, que se apreciaba en gestos como la comunión de rodillas, pero nada más”. Ahora cuentan con tres parroquias y desarrollan un especial trabajo en la pastoral juvenil e infantil. Para él, la existencia de dos usos dentro del único rito romano “es algo positivo, porque aporta más posibilidades y ambos pueden complementarse y enriquecerse mutuamente”. A su juicio, “no hay controversia, ya que la Liturgia jamás puede ser un motivo de división”. Según su experiencia, “la Misa Tradicional es vista con normalidad por sacerdotes y fieles”.

En el nº 2.671 de Vida Nueva.

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