Cada año son asesinados cinco mil jóvenes en Brasil

Un informe del Gobierno, UNICEF y una ONE denuncia que la violencia contra ellos comienza desde los 12 años

contra-violencia-brasil(J. L. Celada) Un estudio difundido recientemente en Brasil pone de manifiesto que un total de 5.000 adolescentes y jóvenes son asesinados cada año en el gigante latinoamericano y, de no variar la tendencia, para 2012 ascenderá a 33.000 la cifra de fallecidos por muerte violenta dentro de esas franjas de edad. Según el Índice de Homicidios en la Adolescencia, elaborado por la Secretaría Especial de Derechos Humanos del Gobierno, en colaboración con UNICEF y la ONG Observatorio de las Favelas, dos de cada mil jóvenes de 12 años morirán en alguna de las 267 grandes urbes brasileñas antes de cumplir los 19 años. Esta violencia alcanza su pico entre los 19 y los 24, aunque comienza desde los 12. Si el adolescente en cuestión es negro, tendrá tres veces más posibilidades de morir violentamente que uno blanco. Un trágico matiz a un dato ya de por sí escalofriante.

Se trata, en todo caso, de “un índice 30 veces mayor que el de los países europeos”, denunció la subsecretaria de Promoción de los Derechos del Niño y del Adolescente de la Secretaría Especial de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, Carmen Oliveira.

En las ciudades brasileñas, el 46% de los adolescentes que mueren son víctimas de homicidio. Del 54% restante, un 26% fallece de muerte natural, un 22% en accidentes, el 3% se suicida y el otro 3% pierde la vida por “causas indefinidas”. El estudio evaluó estas variables sólo en ciudades con más de 100.000 habitantes, las que concentran la mayor parte de las casi 200 millones de personas que viven en el país. Foz de Iguazú es la ciudad en la que más vidas de adolescentes quedan truncadas.

Sí resulta preocupante también y “nos llama la atención el escaso interés que la sociedad presta a esa realidad. Seguimos casi una a una las muertes por la gripe porcina, mientras que esas miles de víctimas de la violencia son prácticamente silenciadas, como si la sociedad los considerase irremediablemente perdidos”, denunció Oliveira.

Los datos revelados son devastadores: los adolescentes que pierden la vida son principalmente hombres, negros, que viven en áreas marginales de centros urbanos, el 95% no concluyó la enseñanza básica y sus padres pertenecen al estrato social más bajo en el nivel de ingresos. La mayoría, según confirmó uno de los investigadores, fue amenazada de muerte a causa del uso de drogas (no de su tráfico).

Según un funcionario de UNICEF participante en la investigación, el nivel de muertes entre los jóvenes está socavando los avances que el Gobierno ha venido realizando en la reducción de la mortalidad infantil, hasta el punto de que “los niños que el país había salvado empiezan a morir a partir de los 12 años”.

Todos estos datos y otros muchos recogidos en el informe deberían ser suficientes, a juicio de sus autores, para transmitir la gravedad del fenómeno, sobre todo para recordar que “el homicidio contra adolescentes debería ser, en principio, un hecho extraño en cualquier sociedad”. En este sentido, el estudio pretende ser una herramienta para el diseño de políticas públicas que combatan esa situación, y buscará ser aplicado en otros países de la región, según revelaron los responsables.

UN AÑO DE SENSIBILIZACIÓN

Desde que la tradicional Campaña de la Fraternidad –promovida cada Cuaresma por la Conferencia de los Obispos de Brasil (CNBB)– dedicara su última edición a la Fraternidad y Seguridad Pública, y en apoyo también a su campaña Contra la Violencia y el Exterminio de la Juventud, las pastorales de Juventud de todo el país han invitado a debatir y a profundizar estos temas en actividades de carácter permanente durante todo el año. Así lo hicieron meses atrás, convocando una marcha por la vida, y durante la Semana de la Ciudadanía 2009 (14-21 de abril), cuando –bajo el lema Juventud y Criminalización– se analizaron los diversos factores que contribuyen a que la juventud sea víctima de la delincuencia y el crimen. “La juventud –afirmaban entonces los organizadores– es acechada por la delincuencia, todos los días y en diferentes lugares. La muerte diariamente está presente en Brasil, y es responsabilidad de todos organizarnos con personas que sueñan con un mundo mejor, no hay que permitir que esto ocurra”.

Todas las actividades realizadas posteriormente forman parte de la campaña Juventud en marcha contra la violencia, entre otras, las que tendrán lugar con ocasión de la Semana del Estudiante (9-15 de agosto) o del Día Nacional de la Juventud (25 de octubre).

En el nº 2.671 de Vida Nueva.

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