Los jesuitas latinoamericanos condenan el golpe en Honduras

Tras el fracaso de las negociaciones entre las partes en conflicto, Arias teme una guerra civil en el país

Micheletti-y-Zelaya(Victoria Lara) Los jesuitas de América Latina, a través de un reciente comunicado, han expresado su condena del “golpe de Estado que tuvo lugar el 28 de junio en contra del pueblo hondureño y de su presidente constitucional Manuel Zelaya”, así como de “las violaciones a los derechos humanos en contra de ciudadanas y ciudadanos hondureños que se han venido dando en los días anteriores y posteriores al golpe de Estado, que ya se contabilizan en muchos desaparecidos, allanamientos irregulares de hogares, amenazas diversas, personas heridas por la fuerzas de seguridad del Estado y la muerte de un joven durante la manifestación pacífica en las inmediaciones del aeropuerto de Tegucigalpa, el domingo 5 de julio”.

Ésta ha sido la reacción de los Coordinadores del Apostolado Social y Directores de Centros Sociales de la Compañía de Jesús de América Latina y El Caribe, reunidos en Cochabamba (Bolivia) del 6 al 11 de julio, ante los acontecimientos vividos durante la jornada del golpe en Honduras. La propia Compañía de Jesús sufrió directamente las consecuencias del quebrantamiento del orden constitucional, cuando, en la mañana del mismo 28 de junio, Radio Progreso, una emisora propiedad de los jesuitas, fue obligada a suspender su programación por un grupo de 25 militares (VN, nº 2.667). La actividad se reanudó a la mañana siguiente, una vez que los militares se retiraron, pero bajo la amenaza de una posible clausura.

Por esto último, el comunicado condena la militarización y cierre de dicha emisora y manifiesta su acuerdo “con las valoraciones y análisis de Radio Progreso, que considera que la libertad política y democrática sólo se puede garantizar si las diversas fuentes de opinión pública pueden hacer su aporte en la búsqueda de la verdad”. Asimismo, los jesuitas se solidarizan “con el pueblo hondureño y las víctimas de la represión que se suceden en estos momentos históricos en la defensa de la democracia y el Estado de Derecho”. Hacen suya la opinión de Radio Progreso de que, “más allá de las disputas entre dos facciones del gobierno, ‘la sociedad tiene derecho a salir a la calle y hacer sentir su voz, no porque el gobierno del Presidente Manuel Zelaya Rosales haya sido un buen gobierno, sino porque el remedio de un golpe de Estado nos trae una enfermedad política y social mucho peor que la que se tenía con la improvisada administración del presidente Zelaya y su grupo’”.

La Compañía de Jesús exhorta, a través del comunicado, “a la vuelta a la institucionalidad democrática mediante el diálogo honesto y transparente” y, por último, se solidariza “con Radio Progreso, con el ERIC, con los trabajadores y trabajadoras y su director, P. Ismael Moreno, sj. Respaldamos su postura como un aporte valioso a la democracia y a la instauración de la institucionalidad democrática y del Estado de Derecho”.

Los obispos de los Estados Unidos, por su parte, han mostrado su apoyo a la Iglesia hondureña. Y lo han hecho en una carta enviada por Howard J. Hubbard, obispo de Albany, a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en la que los prelados la apremian a continuar los esfuerzos para ayudar al pueblo de Honduras a resolver pacíficamente la crisis política. Haciendo referencia a declaraciones del papa Benedicto XVI y de los mismos obispos hondureños, Hubbard hace una llamada “al diálogo y a la reconciliación del pueblo hondureño” y al apoyo internacional para lograr una resolución “justa y pacífica”. El prelado, presidente del Comité de Obispos sobre Justicia y Paz Internacional, informa sobre la misiva de solidaridad enviada también por el cardenal Francis George, presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Chicago, al cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga y a la Conferencia Episcopal de Honduras, de la que es presidente.

Incertidumbre

Finalmente, el pasado 22 de julio se dieron por concluidas las negociaciones tras el plazo de 72 horas solicitado por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, para reanudar las conversaciones entre el Gobierno interino de Roberto Micheletti y el depuesto presidente Zelaya. Pese a la nueva propuesta de acuerdo del costarricense, la llamada Declaración de San José, basada en la creación de un “Gobierno de unidad y reconciliación nacional” y que se fundamenta en la restitución de Zelaya en el poder, la delegación que representa a éste último, dió por frustradas las negociaciones. Se trata de un nuevo fracaso que se suma al de la segunda ronda de conversaciones, celebrada durante el pasado fin de semana, y tras el cual el propio Arias manifestó su temor de que la crisis política desemboque en un enfrentamiento armado: “Puede haber una guerra civil y un derramamiento de sangre que el pueblo hondureño no se merece”, declaró el Nobel de la Paz tras romperse las negociaciones por la negativa del Gobierno de facto a aceptar que Zelaya regrese al poder.

Ésta era la primera de las siete condiciones que el presidente costarricense había puesto sobre la mesa para llegar a un acuerdo entre ambas partes: “La delegación del presidente Zelaya aceptó mi propuesta íntegramente, mas no así la  delegación de Roberto Micheletti”, explicó Óscar Arias tras la interrupción de las conversaciones.

El Gobierno interino dijo que la propuesta de que Manuel Zelaya regrese al poder es “inaceptable” y significaba “una abierta intromisión en los asuntos internos de Honduras y una lamentable desnaturalización de la mediación”. Por su parte, representantes de Zelaya en las negociaciones describieron a la otra parte como “intransigente” y dieron por finalizado el diálogo, a la vez que pidieron que se retome “este hilo constitucional, que ha sido roto” en el país. El pasado 20 de julio, la Comisión Europea congeló ayudas por un importe de 65,5 millones de euros para el Gobierno hondureño tras el fracaso de las gestiones de Arias. 

CON LOS PUEBLOS INDÍGENAS DEL PERÚ AMAZÓNICO

De la reunión de los jesuitas de América Latina en Cochabamba también ha salido una nota en la que la Compañía de Jesús se solidariza “con las reivindicaciones de los pueblos indígenas amazónicos” de Perú y condena “los hechos de violencia ocurridos el día 5 de junio del presente año en la zona de Bagua, que han tenido como resultado trágico la muerte de varias personas”, así como “las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el Gobierno peruano contra los indígenas amazónicos”. Asimismo, exigen “que termine la criminalización y persecución a los dirigentes indígenas” y piden “la presencia y participación real de dirigentes y autoridades indígenas representativos en la mesa de diálogo”.
De igual modo, los Dominicos de la Provincia de España se han pronunciado sobre estos acontecimientos, mostrando en un comunicado su “apuesta decidida a favor de la vida, siempre en riesgo para los más débiles, de la justicia, la paz y la integridad de la creación” y su solidaridad “con todos los misioneros que trabajan en este escenario amazónico de comunidades nativas y que, de forma responsable y comunitaria, afrontan la actual situación de conflicto”. Por último, piden a los medios de comunicación “que pongan al servicio de la población mundial una información veraz sobre los hechos”, y alientan a las personas e instituciones de carácter humanitario para que “respeten los derechos ancestrales de las comunidades amazónicas”.En el nº 2.670 de Vida Nueva.

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