Los obispos mexicanos exhortan a sus fieles al voto responsable

Documento del Episcopado ante las elecciones del 5 de julio en un clima de creciente abstencionismo

leonardo-valdes(Pablo Romo Cedano– México DF) La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha publicado un mensaje ante las próximas elecciones federales del 5 de julio. El texto, titulado No hay democracia verdadera y estable sin participación ciudadana y justicia social, se hace público en medio de un gran debate suscitado en el país durante las últimas semanas: votar o no votar.

Según recientes encuestas, más del 60% de los electores no irán a las urnas, y el tercer grupo en fuerza y número de votantes acudirá para anular su voto. José Antonio Crespo, especialista en procesos electorales que acaba de publicar un libro sobre las irregularidades en las elecciones federales del 2006, afirma que muchos electores están hartos del “circo que se monta en torno a las elecciones, y a la gente ya no le interesan los discursos de los partidos políticos”. 

Mientras tanto, los obispos recuerdan que los cristianos no pueden eximirse de participar en tareas políticas, pues se trata de un derecho y un deber que debe ejercerse en el marco de una sociedad pluralista. Agregan los prelados que, “cuando se trata de las jornadas electorales, el ejercicio del derecho al voto, la participación como funcionarios de casilla o el apoyo de observador electoral, deben de conducirse con ejemplaridad, con sentido de responsabilidad y siempre con voluntad de servicio”. De hecho, esta última exhortación está dirigida precisamente en este momento a los miles de ciudadanos seleccionados para ser funcionarios en las casillas que rehúsan participar o que simplemente no asisten a los entrenamientos, particularmente los más jóvenes.

Los miembros de la CEM conocen el sentir de su pueblo, por eso contemplan con preocupación la fragilidad del momento y el cansancio de las grandes mayorías ante discursos vacíos y de pocos resultados. Los pastores saben que las campañas de lodo que se desatan entre los partidos políticos llevan al hastío y a la polarización a su grey, por lo que exhortan a quienes “están comprometidos en la actividad política, tanto en la militancia partidista como en puestos de representación y servicio público, a vivirla como caridad social, a impregnar su ambiente de trabajo con una opción decidida por la justicia y por el desarrollo integral de las personas”.

Las elecciones intermedias federales servirán para elegir a los nuevos diputados federales y, en algunas entidades del país, se designarán también gobernadores, representantes en las cámaras locales o autoridades delegacionales. 

Candidatos ‘sospechosos’

Por si no hubiera suficiente con esta desafección hacia los procesos electorales, éstos se han impregnado de todo tipo de sospechas por la infiltración del narcotráfico y los “poderes fácticos” entre los propios candidatos. Las acusaciones que se lanzan entre sí llegan a límites inimaginables, en medio de una guerra de cárteles que se ha cobrado la vida, en lo que va de año, de al menos 2.500 personas. En fechas recientes, el Ejército, en una operación que algunos entendieron como parte de la campaña electoral, detuvo a diez alcaldes del estado de Michoacán, todos ellos de la oposición, acusándoles de pactos con el narcotráfico. La semana pasada, sin ir más lejos, se filtraron en la prensa grabaciones de un candidato a la alcaldía de Nuevo León en las que reconoce haber pactado con uno de los cárteles del crimen organizado para así tener tranquilidad en el municipio que pretende gobernar.

Las ofertas de los diferentes partidos oscilan entre continuar con el combate al narcotráfico en una lucha sin cuartel en las calles, la pena de muerte para los secuestradores o seguridad para los niños en las escuelas, hasta regalar medicamentos y construir escuelas. Promesas todas ellas que pretenden convertirse en distintivo de unas u otras formaciones políticas, cuando muchas de ellas deberían representar la tarea de cualquier autoridad.

Destacados intelectuales mexicanos con diferentes posicionamientos políticos debaten hoy como nunca sobre el sentido de votar o no votar en un país que no acaba de transitar del régimen autoritario a la democracia. En esta coyuntura, los obispos del país concluyen su documento diciendo: “Sabemos que es urgente dar seriedad y credibilidad a la continuidad de nuestras instituciones civiles, defender y promover los derechos humanos, custodiar en especial la libertad religiosa y cooperar para suscitar consensos nacionales en todo lo que sea vital para el bien común de la nación”.

promo@vidanueva.es 

En el nº 2.666 de Vida Nueva.

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