Duras críticas de la CEE a la reforma de la Ley del aborto

La Comisión Permanente estudia una extensa declaración de rechazo a las medidas impulsadas por el PSOE

permanene-de-la-cee(José Lorenzo) Al cierre del número 2.665 de la revista Vida Nueva, los miembros de la Comisión Permanente, reunidos en la sede de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en Madrid, estudiaban una declaración sobre el anteproyecto de Ley del aborto aprobado por el Gobierno en reunión del Consejo de Ministros el 14 de mayo.

Ya con anterioridad, y por petición expresa del Comité Ejecutivo, la Secretaría General del Episcopado recordó la abundante doctrina emanada al respecto tanto desde la Asamblea Plenaria como de la propia Permanente a la espera de un nuevo pronunciamiento que analizase más a fondo las nuevas implicaciones del anteproyecto que baraja el controvertido Ministerio de Igualdad que dirige Bibiana Aído. “Las sorprendentes medidas que permiten la venta sin prescripción médica de fármacos con posibles efectos abortivos y eventuales secuelas negativas para la salud de las mujeres o niñas que los utilicen” así parecían aconse- jarlo hace poco más de un mes.

Ahora, éstos han pasado a ser aspectos secundarios en la nueva declaración, para centrarse en una inequívoca reivindicación del derecho a la vida, a la defensa de los no nacidos y a denunciar también lo que se considera como algo de suma gravedad y que es la aceptación social del aborto, según ha podido saber Vida Nueva. Se estima que algo no funciona bien en una sociedad cuando se acaba por considerar que practicar abortos no es en sí mismo algo reprobable.

El texto asumido por la Permanente (que podía ser retocado en algunos aspectos, pues cuando escribimos estas líneas los obispos aún no han votado su aprobación, aunque se daba casi por segura) cuestionaría de una forma muy seria el hecho de que lo que se considera que es un delito pueda convertirse en un derecho. Y es que la CEE, como ya ha dejado claro su presidente, el cardenal Rouco Varela, considera que desde la legislación despenalizadora del año 1983, la situación ha ido empeorando.

Esta declaración, cuya basamento ha salido de los miembros de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida, muy probablemente servirá de nueva munición para cerrar filas en el PSOE (y en los grupos de la izquierda radical, que en el Congreso han advertido al partido en el Gobierno que se cuide ante los “ruidos de sotanas”). Parece evidente el empeño de José Luis Rodríguez Zapatero por mantener el anteproyecto en sus actuales términos, a pesar de las críticas cosechadas, sobre todo con el polémico tema de si las jóvenes menores de 16 años han de informar o no a sus padres ante un posible caso de aborto. Así al menos lo ha manifestado, con su habitual desparpajo, la ministra Aído, con lo cual se echa un jarro de agua fría a ese pretendido debate interno en el PSOE propiciado por algunos diputados católicos. Su silencio, en esta ocasión, resulta estrepitoso.

Bolonia y Manos Unidas

Por otra parte, en la reunión de esta Permanente, cuyos trabajos comenzaron el día 16 y se prolongaron hasta el 18, los obispos reflexionaron sobre la aplicación del llamado Plan Bolonia a los centros eclesiásticos y de estudios superiores, gracias a la información que presentó Agustín Cortés, obispo de Sant Feliu de Llobregat y presidente de la Subcomisión Episcopal de Universidades. Según información recogida por Europa Press, la CEE ha pedido una moratoria a la Santa Sede para adaptar sus institutos. “Según las exigencias del Vaticano, estos centros deberían estar adaptados al nuevo plan y a las normas establecidas por la congregación vaticana para el próximo curso. Sin embargo, retrasos y la dificultad en la adaptación han propiciado que el Episcopado haya tenido que pedir un año más para hacer efectivo el cambio”. Al parecer, y según la misma agencia, el Vaticano accederá a esta petición, aunque aún no se ha recibido la confirmación oficial de la misma. De esta manera, los centros eclesiásticos de estudios superiores deberán estar adaptados y renovados para el curso 2010-2011.

Asimismo, los obispos estudiaron para su posible aprobación un texto con motivo del cincuentenario de Manos Unidas, efeméride que está celebrando a lo largo de este año. Es la tercera vez que el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, presenta el borrador, lo cual no deja de ser sorprendente para un texto que quiere ser un homenaje. Pero en este tema se hila muy fino. El reciente pasado todavía escuece. En todo caso, se da por seguro que cuando los dirigentes de Manos Unidas viajen en octubre a Roma, irán con su documento debajo del abrazo.

En el nº 2.665 de Vida Nueva.

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