Loreto Ballester: “Debemos trabajar en no hacer de la diversidad conflicto”

Directora general de la Institución Teresiana

loreto-ballester(Texto y fotos: Darío Menor) Con el deseo de continuar la espiritualidad de santa Teresa de Jesús, el linarense Pedro Poveda (canonizado en 2003 por Juan Pablo II) fundó en 1911 la Institución Teresiana (IT), ágora donde confluían instituciones y centros educativos dedicados a la evangelización a través de la enseñanza. Radicada primero en España, está hoy presente en 30 países. Su primera directora general fue Josefa Segovia, reconocida por la Congregación para las Causas de los Santos como Venerable Sierva de Dios. Su actual sucesora es Loreto Ballester, catedrática de Química Inorgánica de la Universidad Complutense de Madrid.

¿Cómo se vive hoy el legado de Pedro Poveda y Josefa Segovia?

Con las circunstancias tan distintas de las diversas áreas de nuestro planeta, y cerca ya de los cien años de los comienzos de la IT, hay algunas constataciones que me corroboran la necesidad de “vidas plenamente humanas y todas de Dios”. Vidas que necesitan y, a su vez, son capaces de generar modos de organización de la sociedad que lo hagan posible. Y construyan así sociedades nuevas. La actualidad de la “intuición profética” de Pedro Poveda y Josefa Segovia confirma el valor para la sociedad de un cristianismo comprometido en la promoción humana y en la transformación social en la dirección del Reino de Dios. Confirma este camino dentro de la misión que la Iglesia entrega a los laicos, en su gran diversidad de vocaciones. Mujeres y hombres, adultos y jóvenes, vinculados hoy a la IT de diversas maneras, encuentran en las mediaciones culturales y educativas -desde la familia hasta las posibilidades formativas de los ámbitos profesionales-, inspiración, estilo de ser, compromiso de una vida donde la oración y el estudio sostienen e impulsan. La palabra escrita de Poveda y de Segovia, sus orientaciones y enseñanzas, son referencia compartida e inspiración siempre renovada, pero el mejor legado son ellos mismos, sus trayectorias vitales, su fe, su testimonio de vida y santidad.

Dignidad de la persona

La IT tiene una importante impronta educativa. ¿Cuáles son los mayores retos en este campo?

El trabajo por la dignidad de las personas y de los pueblos es un gran reto. Todas las situaciones humanas que generan exclusión atentan contra la dignidad. Y no sólo afectan al presente, sino que condicionan el futuro. Y sin la experiencia de la dignidad, es bastante difícil poder comprender y encontrarnos con el Dios en el que creemos. Y en la vida concreta, comprometerse en esta línea supone aportar los instrumentos necesarios, comenzando por desarrollar los hábitos para ver. Uno de los mayores riesgos hoy, unido a la abundante información y a la fragmentación de la vida, tanto en horizontes de sentido como en hábitos vitales, es el de la “invisibilización” de muchas realidades de exclusión, tanto a escala de persona humana como de colectividades amplias. Por ello, debemos trabajar en la solidaridad, en la amplitud de miras, en no hacer de la diversidad conflicto. De modo que podamos descubrir vitalmente que una vida así plenifica. Y hablo de “crear hábitos” porque no se trata de acciones aisladas, o de algunos programas, sino de un modo de entender la vida. En la IT la formación de educadores es un objetivo prioritario.

¿Cuál es su diagnóstico de la situación de la Iglesia occidental?

En Europa vivimos una etapa en la que la religión se ha considerado como algo propio de gentes que se aferran a atavismos del pasado. Sin embargo, y pese a que en este momento la laicidad de algunas de nuestras sociedades se transforma a veces en un laicismo militante, yo diría que la fuerza humanizadora de la fe se impondrá por sí misma. El número creciente de asociaciones y movimientos eclesiales en los que jóvenes y adultos buscan cada vez más comunidades donde compartir la fe y contrastar su compromiso en la profesión, en la vida política, en la familia, en proyectos de cooperación internacional, es un exponente de que la experiencia religiosa sigue moviendo energías positivas en la construcción de un mundo más justo y solidario.

¿Cree que la mujer tiene suficiente representación en la Iglesia?

loreto-ballester-2La IT nació del sueño de un sacerdote que supo ver cómo la mujer era un sujeto emergente en los comienzos del siglo XX, y orientó a su formación un proyecto educativo basado en un humanismo cristiano, que hundía sus raíces en el misterio de la Encarnación. Y las mujeres, en el proyecto de Poveda, no sólo han sido el primer destinatario, sino también sus responsables y dirigentes. Los procesos históricos son lentos, se ha avanzado mucho y estoy segura de que el avance continuará porque el lugar de la mujer en la sociedad ha cambiado decisivamente desde que Pedro Poveda iniciara la IT. En varios países, por ejemplo, hay miembros de la Institución en puestos de responsabilidad en las iglesias locales.

¿Qué retos de futuro tiene la IT?

La IT celebrará su primer centenario en  2011. Simbólicamente, esto nos lleva a contemplar el futuro muy ligado con aquellos momentos originarios, sus sueños, sus proyectos educativos, su manera de hacer dialogar la fe con la ciencia y la cultura de su tiempo, su manera de estar en la sociedad al modo de los primeros cristianos.  Actualizar eso es nuestro desafío. Hoy, el diálogo de la fe con la ciencia pasa por apostar por una investigación al servicio de la vida; el diálogo de la fe con la cultura incluye la justicia y las culturas en plural. Este mundo globalizado nos está llevando a buscar nuevos modos de contribuir a la educación en sociedades multiculturales. La educación que ofrecemos quiere formar personas conscientes de su responsabilidad de transformar las condiciones de vida de sus semejantes, personas que se abran a la trascendencia y que conozcan el mensaje de Jesús como un camino de Vida y de felicidad. La familia es un lugar privilegiado para la formación de las nuevas generaciones, y las asociaciones ACIT de la Institución están especialmente ocupadas en esto. Tenemos también desafíos en los modos de hacer. Las nuevas tecnologías nos han abierto posibilidades inmensas que queremos utilizar para promover una educación de calidad en contextos desfavorecidos. Asimismo, tenemos desafíos en la presencia en los países no cristianos, o donde la Iglesia está con fuertes amenazas, o en los que están dejando de serlo. Visibilizar los “invisibles” con todos estos medios, con la presencia en organismos nacionales e internacionales,  trabajar por revertir la exclusión a través de la educación y hacer presente al Dios que vive entre nosotros, puede sintetizar el reto.

La IT tiene un centro de formación en la R. D. del Congo, ¿cómo se está viviendo el actual conflicto en este país?

Ese “genocidio silencioso” tiene tremendas repercusiones que se viven aún en aquellas zonas donde no se desarrolla esta guerra. Sus consecuencias las detectamos en los tres programas de formación de educadores, en la educación no formal, en las bibliotecas, en la Residencia para chicas estudiantes, en el proyecto para los niños de la calle. Son todas ellas acciones en Kinshasa y en Kikwit donde podemos acompañar la situación de violencia y de pauperización creciente que vive la gente, a la vez que ofrecemos programas formativos a los maestros que acuden, recorriendo a pie en muchos casos bastantes kilómetros. Son unas personas excepcionales con gran deseo de formarse y de formar a sus niños y jóvenes, aunque la mayoría de las veces no reciben ningún salario. Su coraje me lleva a expresar con estas palabras la capacidad y el talante de esperanza del pueblo congolés: la vida puede más, sólo hace falta apoyarla.

dmenor@vidanueva.es

En el nº 2.664 de Vida Nueva.

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