OBITUARIO: Luis María Larrea, la bondad afable

luis-maria-larrea(M. Á. Malavia) El 27 de mayo, a los 91 años, falleció en Bilbao Luis María Larrea, quien fuera cuarto obispo de la diócesis, ejerciendo su magisterio entre 1979-1995. Nacido el 19 de abril de 1918 en Miraballes (Vizcaya), fue ordenado sacerdote en 1943 en Vitoria, tras haberse formado en el seminario alavés. El amplio bagaje de sus estudios universitarios, tanto en centros eclesiásticos como civiles de Salamanca y Madrid -se especializó en Derecho Canónico y Civil-, así como su condición de rector del Seminario de Vitoria (1965-1971), le llevarían a ser presidente de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades (1978-1984).

Obispo de Bilbao

Antes, el 25 de septiembre de 1971, fue consagrado obispo de León, donde ejerció su apostolado hasta abril de 1979, cuando volvió a su tierra natal como pastor diocesano de la misma en sustitución de Antonio Añoveros. Los 16 años de magisterio en Bilbao -en los que fue acompañado en la mayor parte del tiempo por el que entonces era su auxiliar, el actual obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte-, estuvieron marcados por su acción y dinamismo. Uno de sus grandes hitos fue la convocatoria de la Asamblea Diocesana que tuvo lugar entre 1984 y 1987 y en la que se dieron cita más de 20.000 personas provenientes de toda la diócesis. Fruto de aquellos años de intenso trabajo, salieron instituciones entonces innovadoras, tales como el Consejo Pastoral Diocesano, el Servicio de Formación de Laicos o el Plan de Evangelización. También se crearon a lo largo de este periodo el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral, el Consejo de Asuntos Económicos o el Fondo de Atención al Clero.   

Su gran implicación social le llevó a fomentar numerosas iniciativas dirigidas a los colectivos más desfavorecidos. La implantación de Proyecto Hombre, el Servicio de Pastoral Penitenciaria o el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera en Bilbao fueron un germen que ha contribuido a que hoy esta diócesis sea una de las pioneras en estos retos. Larrea también fue partícipe directo del relanzamiento que Cáritas Diocesana vivió aquellos años. 

En 1993, al cumplir los 75 años, presentó la preceptiva dimisión al Papa, que fue aceptada dos años después. Le sustituyó en la sede vizcaína su actual pastor, Ricardo Blázquez. Éste, en una bella homilía por su funeral, dibujó el siguiente semblante de Larrea: “La fisonomía espiritual de Luis María era una permanente invitación a la rectitud, al respeto y a la bondad afable (…). Cuidaba con sumo esmero, en sus escritos e intervenciones públicas en la situación complicada que le tocó vivir, las palabras y las formas expresivas para que fueran siempre precisas y nunca hirientes. Poseía un sentido hondo de la justicia y de la equidad”.  

En el nº 2.663 de Vida Nueva.

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