“Necesitamos que la Iglesia acoja nuestro humilde servicio”

La Jornada Pro Orantibus, el 7 de junio, pretende dar a conocer la riqueza de los consagrados a la oración

san-salvador-de-leyre(Marina de Miguel) El domingo 7 de junio, la Iglesia invita a sus fieles a recordar el Misterio de la Santísima Trinidad y encomienda a orar en favor de quienes, en los monasterios y eremitorios, consagran su vida a rezar por todos los hombres. “Esta celebración implica acordarse de estas personas que están íntegramente dedicadas a la oración por una vocación y un designio de Dios”, explica a Vida Nueva el abad del monasterio de Santa María la Real de Oseira (Orense), Juan Javier Martínez Hernández, añadiendo que contribuye a recordar cómo la oración es “una necesidad vital de lo mejor y más íntimo que tiene el hombre: su capacidad de relación con Dios”.

También Juan Manuel Apesteguía, abad de San Salvador de Leyre (Navarra), ve en la celebración de la Jornada Pro Orantibus una buena oportunidad para ser conscientes de que la Iglesia es un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo: “Un cuerpo que tiene muchos miembros y en el que no todos desempeñamos la misma función, aunque todos somos necesarios para el bien común”. Por esa razón, considera que la jornada debe servir para que los fieles conozcan y valoren la vocación de los monjes y monjas y, al mismo tiempo, ayude a los contemplativos, “que nos reconocemos necesitados de que la Iglesia entera (pastores, consagrados y Pueblo de Dios) confirme nuestra vocación y acoja nuestro humilde servicio, y nos sostenga con su oración en la misión que Dios nos ha encomendado en bien de todos”.

Para el abad del monasterio navarro, la gran riqueza que la vida contemplativa aporta a la Iglesia es “la primacía absoluta que damos a Cristo en nuestra vida, la fidelidad en escuchar, acoger y celebrar su Palabra, el renovado empeño en convertir el corazón para no anteponer nada a su amor y seguirle lo más cerca posible por las sendas del Evangelio”. Por eso matiza a esta revista que esta respuesta personal a la llamada de Dios debe vivirse como “servicio a la Iglesia, como memoria de lo más esencial del cristianismo, como ofrenda permanente por todos”.

El lema escogido este año es El Espíritu de Cristo clama en nosotros: ¡Abba! Padre (Gal 4, 6) y se refiere a la carta de san Pablo a los Romanos, donde habla de los tres gemidos: el de la creación, el de quienes han recibido las primicias de la fe y el del Espíritu Santo que clama: ‘¡Abba! Padre’. Según afirma el obispo de Huesca y de Jaca, Jesús Sanz Montes, en una carta como presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, “los contemplativos son los custodios de estos tres gemidos, haciendo suyo el de la historia, el de cada corazón, en una incesante plegaria, y haciendo especialmente suyo el gemido de Dios con el que dar a la Iglesia y a la entera humanidad la filiación y su cobijo”. 

oseiraLa reflexión elegida -asegura el abad de Oseira- nos unifica a todos en lo profundo y esencial de nuestra vida, que es esa capacidad de recogimiento. Somos profundamente hermanos y tenemos la misma misión: dejar que en las entrañas del corazón el Espíritu hable”. Así, sostiene que “quien ha recibido la gracia de silenciarse en lo profundo de su ser para dejar que el Espíritu clame y hable, a la vez que alaba al Señor, evangeliza con la sencillez de la oración”.

Esta Jornada ha sido objeto de reflexión por parte de los obispos. Uno de ellos, Antonio Ceballos Atienza, titular de Cádiz y Ceuta, pide oraciones por las vocaciones de clausura y ayudas económicas. En su texto redunda en la importancia de esta vocación, al indicar que “el servicio que la vida contemplativa presta a la Iglesia en orden a la evangelización es insustituible” y cita a Juan Pablo II para mostrar cómo “sin la oración nuestro esfuerzo sería vano y nuestra esperanza (…) podría quedar sin fundamento”.

DIMITE EL SECRETARIO GENERAL DE CONFER

Enrique Losada presentó el 29 de mayo su dimisión como secretario general de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) por problemas de salud. El religioso de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María (SS.CC.) ocupaba el cargo desde el 19 de diciembre de 2008, cuando sustituyó a Leonor García. Aunque no ha podido asistir a ninguna Asamblea General  durante este período, tuvo una presencia destacada en el reciente X Encuentro de Responsables de Comunicación de Congregaciones Religiosas, celebrado en mayo, según informa Ivicon. Losada fue superior provincial durante seis años (1987-1993) y durante doce (1994-2006) estuvo al frente de su congregación como superior general, residiendo en Roma. También ha sido presidente de la CONFER Regional Centro y miembro de la comunidad interprovincial de su congregación en Manila, tras su servicio como superior general.

En el nº 2.663 de Vida Nueva.

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