El obispo de Plasencia anima a que los jóvenes vayan a Misa

Rodríguez Magro reconoce que a veces el tono de la Eucaristía produce ‘poco interés’ y aboga por un clima más alegre

jovenes-en-la-calle(M. Á. Malavia) El obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro, ha publicado una carta pastoral dirigida “a los jóvenes de cualquier edad”. Bajo el título La Iglesia, mi Madre, su estilo es directo, cercano e interpelante.Así, pone especial énfasis en animar a la juventud a acudir con asiduidad al Sacramento de la Reconciliación -“por él, la Iglesia os dice que, en la marcha difícil y a veces con recaídas de vuestra vida, siempre merece la pena levantarse, porque el amor de Dios está a la espera”- y al de la Eucaristía. 

Sobre la Misa adquiere, tal vez, el tono más cercano: “Sé que a los jóvenes no os va mucho, que os equivale a ‘aburrimiento’. (…) Cuando lo escucho, además de entristecerme, os confieso que también pienso que quizás no os falte razón. En efecto, en ocasiones el tono de la misa dominical produce poco entusiasmo e interés. Desde luego, queda mucho por hacer en formación, creatividad y espiritualidad para que la Eucaristía sea ‘fuente y cumbre de la vida cristiana’. (…) ¿Qué hacer para que valoréis la Misa y participéis en ella? (…) Lo voy a intentar con el argumento, a mi juicio, más convincente: es un regalo del Señor. (…) Y es que lo que sucedió en la cruz se renueva cada vez que celebramos la Eucaristía en ‘memoria’ de Jesús“. Finalmente, el obispo pide hacer un esfuerzo para conocer el significado íntimo de la Misa. A lo que ayuda “cuidar el estilo celebrativo”, debiendo fomentar entre todos la formación de un “clima de alegría y fraternidad”, paralelo al de la fe y el fervor. Amadeo Rodríguez Magro también se maravilla de cómo Jesús quiso que su misión “la continuaran seres humanos mortales y débiles”, siendo los hombres de hoy el eje sobre el que se vertebra la Iglesia. Ésta es “algo más que el conjunto de personas que viven en torno a unas creencias”. La Iglesia es, en definitiva, “una obra de Dios”, existiendo para ser “el ámbito en el que Dios encuentra al hombre y se da a él”: “Es en la Iglesia donde Dios ama y se deja amar”.

El prelado de Plasencia termina animando a cada joven a escuchar la llamada de Dios a su particular vocación -propone a los dubitativos que acudan a un consejero, dando la opción de ser él mismo el que lo busque; para ello ofrece la dirección de su propio correo electrónico: obispoplasencia@planalfa.es-, y les pide que no crean a los que hablan de una Iglesia dividida: “No os dejéis engañar por los que intentan haceros ver que hay dos Iglesias: la de los fieles y la de los misioneros, que sería la buena, y la de la jerarquía y los obispos, que según algunos, sería la mala”.

En el nº 2.661 de Vida Nueva.

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