El Vaticano investiga a las religiosas de los Estados Unidos

Son dos estudios independientes que han causado sorpresa, preocupación y hasta enfado entre las monjas

eva-maria-ackerman(María Gómez) Las religiosas estadounidenses asisten en los últimos meses a dos ‘investigaciones’ por parte del Vaticano: una Visita Apostólica encargada por la Congregación para la Vida Consagrada y los Institutos de Vida Apostólica, y una “evaluación doctrinal” de la Congregación para Doctrina de la Fe. Son dos estudios independientes pero coincidentes en el espacio y en el tiempo, que han sembrado ciertas dudas entre las congregaciones femeninas del país, manifestadas sobre todo hacia al primero.

El 30 de enero, en una rueda de prensa en Washington, Eva-Maria Ackerman, FSGM, anunció la Visita Apostólica ordenada por el cardenal Franc Rodé, quien acababa de remitir una carta a la Conferencia de Líderes de Religiosas (LCWR, en sus siglas en inglés) y al Consejo de Superioras Mayores (CMSWR). En la misiva, con fecha de 22 de diciembre de 2008, se indica que la Visita se realiza para “examinar la calidad de vida” de las miembros de los institutos religiosos femeninos de vida activa (se excluye a las monjas contemplativas) y para averiguar por qué ha descendido el número de religiosas en EE.UU. en las últimas décadas. Según el Centro para la Investigación aplicada al Apostolado de la Universidad Georgetown, en 2008 había 59.208 religiosas en más de 400 congregaciones, frente a las 179.954 que había en 1965, mientras que la media de edad va en aumento.

Al ser preguntada sobre por qué el Vaticano ha decidido hacer ahora este estudio y por qué sólo en los Estados Unidos, Ackerman prefirió “no especular todavía”, y luego aclaró que ésta no tiene relación con la Visita Apostólica de 2005-2006 a más de 200 seminarios y casas de formación después del escándalo de los abusos sexuales en la Iglesia católica estadounidense, informa The Pilot, periódico oficial de la Archidiócesis de Boston.

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El cardenal Rodé ha designado como visitadora apostólica a Mary Clare Millea, superiora de las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús y con residencia en Roma, quien explicó que el objeto de la Visita es “animar y reforzar las comunidades apostólicas de religiosas, por la simple razón de que esas comunidades pertenecen a la vida de la Iglesia católica, en los Estados Unidos y más allá”.

El proceso durará, previsiblemente, hasta 2011. La primera fase comenzó con un llamamiento de Rodé a las superioras generales para que hagan llegar a Millea sus “observaciones, esperanzas y preocupaciones”. Posteriormente, habrán de aportar información sobre cifras y actividades, y luego se harán algunas visitas a sitios concretos. Al finalizar, Millea enviará al dicasterio vaticano un informe confidencial cuyas conclusiones, en principio, no serán hechas públicas.

La Visita, sin estar fuera de las competencias del Vaticano, ha causado preocupación y hasta cierto enfado en las religiosas. Principalmente, por las formas. Muchas consideran que hubiera sido apropiado informar antes a la LCWR y abogan por la “transparencia”. Tampoco entienden por qué el Vaticano se preocupa por “la calidad de vida” de las congregaciones femeninas y no por la de las congregaciones de hombres: “Este doble rasero nos confunde y nos causa perplejidad”, dicen desde la Coalición Nacional de Monjas Americanas. Para esta organización, la Visita es “confusa, cuestionable y parcial”, y sospechan que lo que hay detrás es la inquietud que el propio Rodé expresó en septiembre de 2008 en una conferencia en Massachusetts, donde habló de un “pseudo-aggiornamento” en la vida religiosa.

‘Evaluación doctrinal’

cardenal-levadaPor su parte, es la LCWR la que será sometida a una “evaluación doctrinal” por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe. La LCWR (que representan el 95% del total de religiosas del país) asegura a National Catholic Reporter que no conoce ni el proceso ni los plazos, pero que “afronta este proceso con confianza, segura de que la Conferencia ha permanecido fiel a su misión al servicio de las líderes de las congregaciones de religiosas, así como al servicio de la misión de Cristo en el mundo actual”.

En una carta del 20 de febrero, que la LCWR recibió el 10 de marzo -sigue informando NCR-, el prefecto William J. Levada explica que en 2001 hubo un encuentro entre la LCWR y Doctrina de la Fe para que las religiosas informaran “de las iniciativas realizadas o planeadas” para promover la recepción de tres áreas relativas a doctrina vaticana: la carta apostólica Ordinatio Sacerdotalis de 1994, la declaración Dominus Iesus del año 2000 y “el problema de la homosexualidad”. Levada dice que las preocupaciones de entonces “siguen presentes”.

En el nº 2.657 de Vida Nueva.

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