El aborto de una niña violada desata la polémica en Brasil

El arzobispo de Olinda y Recife excomulga a los médicos que lo practicaron, provocando airadas reacciones

polemica-aborto-brasil(Graziela Cruz– Brasil) Una niña de 9 años, pobre y desnutrida, que desde los 6 era violada por el padrastro, se ha convertido en el centro de las discusiones de carácter ético y religioso en las últimas semanas en Brasil. Amparados por la legislación brasileña, que autoriza la práctica del aborto en casos de violación o de riesgo para la vida de la madre -la niña respondía a ambos supuestos-, médicos de un hospital público de Recife, capital del estado de Pernambuco, interrumpieron la gestación de gemelos que entraba ya en la decimoquinta semana, con autorización de la madre de la niña. El padrastro de la menor, de 23 años, fue arrestado, y admitió haber violado a la niña desde que ésta tenía 6 años, y a su hermana, de 14 años, que sufre problemas mentales.

Sin embargo, más que el tema del aborto legalizado y del drama personal de la propia niña, lo que causó una enorme polémica ha sido la decisión del arzobispo de Olinda y Recife, José Cardoso Sobrinho, de declarar públicamente la excomunión de los médicos y de la madre de la niña. El arzobispo manifestó a la prensa que los adultos cometieron un “homicidio contra dos vidas inocentes”, y añadió: “La ley de Dios es superior a cualquier ley humana. Cuando una ley de los hombres es contraria a la ley de Dios, esta ley humana no tiene ningún valor”.

Su postura provocó reacciones de políticos, médicos, periodistas y organizaciones sociales. “La gestación comportaba serios riesgos y ponía la vida de la niña en peligro”, declaró el médico Sergio Cabral, responsable de la intervención abortiva. “Como médicos -aclaró-, no podíamos hacer correr riesgos a una niña de 9 años que no tiene los órganos todavía formados”. El doctor Rivaldo Mendes de Albuquerque, profesor de Ciencias Médicas de la Universidad de Pernambuco y otro de los responsables en la interrupción de la gestación, criticó también la excomunión. “Me da pena nuestro arzobispo, que no ha logrado ser misericordioso con el sufrimiento de una niña inocente, pobre, desnutrida, en riesgo, que sufre violencia desde los 6 años”, lamentó el facultativo, quien se reconoció católico y comentó que no por ello dejará de ir a misa. “Mi tristeza -explicó- es porque la Iglesia podría llevar este tema hacia el lado de la fraternidad, pero lo lleva hacia el del conflicto. No es ésta la Iglesia que la gente busca, que la gente quiere. El pueblo desea una Iglesia del perdón, del amor y de la misericordia”.

Críticas del Gobierno

El ministro de la Salud, José Gomes Temporão, por su parte, declaró que la posición de Cardoso Sobrinho es “extremista e inoportuna”. “La cuestión es legal, la niña ha sido violada, y la ley brasileña es muy clara: la interrupción del embarazo es autorizada en caso de violación o en caso de riesgo de vida para la gestante. Lo demás es opinión de la Iglesia. Ese religioso, equivocadamente, al decir que defiende una vida, coloca en riesgo otra de igual importancia”, sostuvo el ministro ante los micrófonos de una radio gubernamental.

También el titular de Medio Ambiente, Carlos Minc, se pronunció al respecto: “Hablo como ciudadano: estoy muy contrariado. Esa niña ha sido violada, ya ha tenido un gran trauma. La Iglesia, en vez de ayudar, ha creado una cuestión más, la criminalización de la víctima”, criticó el ministro.

El polémico asunto llegó hasta la presidencia de la República, cuyo actual responsable, Luis Inácio ‘Lula’ da Silva, definió la actitud del arzobispo como “conservadora”, mientras elogió el comportamiento de los médicos: “Como cristiano y como católico, lamento profundamente que un obispo de la Iglesia católica tenga un comportamiento conservador como éste. No es posible admitir que una niña violada por el padrastro tenga este hijo, también porque ella ponía en riesgo su propia vida. La medicina, en este caso, ha estado más correcta que la Iglesia, e hizo lo que debería haber hecho: salvar a la niña”, sostuvo el presidente, al tiempo que advirtió que si “eso se admite, sabemos que es un proceso de degradación de la estructura de la sociedad”.

Apoyo vaticano

nina-que-ha-abortadoEl apoyo a la postura de Cardoso Sobrinho llegó desde el Vaticano. “Es un tema muy, muy delicado, pero la Iglesia no puede traicionar su anuncio, que es el de defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural, aunque se enfrente a un drama humano tan fuerte como el de la violencia contra una niña”, ha recordado el padre Gianfranco Grieco, jefe de Oficina del Pontificio Consejo para la Familia.

El cardenal Giovanni Battista Re, presidente de la Congregación para los Obispos y de la Comisión Pontificia para América Latina, también apoyó la decisión del prelado brasileño y declaró al periódico italiano La Stampa que los gemelos “tenían derecho de vivir” y que los ataques contra la Iglesia católica eran injustos. Para el purpurado, el arzobispo Sobrinho estaba en lo cierto al excomulgar a la madre y a los médicos, porque “es un caso triste, pero el problema real es que los gemelos concebidos eran personas inocentes que tenían el derecho de vivir y no podrían ser eliminados”.

Mientras tanto, la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB, por sus siglas en portugués) no se ha pronunciado sobre la decisión del arzobispo de Olinda y Recife de excomulgar a los médicos y a la madre de la pequeña. Contactada por Vida Nueva, la oficina de prensa de la CNBB afirmó que este organismo no se manifestará a propósito de las palabras de Cardoso Sobrinho. Sin embargo, el conjunto del Episcopado brasileño sí se pronunció públicamente para denunciar la violencia ejercida por el padrastro contra la niña y reiterar su defensa de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural.

En una nota oficial hecha pública el viernes 6 de marzo, la presidencia de la CNBB afirma que asistió perpleja a la noticia y que repudia el acto insano producido. “Defendemos la rigurosa aclaración de los hechos, y que el culpable sea debidamente castigado, de acuerdo con la justicia”. El texto episcopal lamenta a continuación que éste no sea un caso aislado, y se muestra preocupado por “el creciente número de atentados a la vida de niños, víctimas del abuso sexual. En este contexto, la Iglesia se hace solidaria con ésta y con todos los niños y niñas víctimas de esta brutalidad, así como con sus familias”.

Finalmente, la presidencia asume la declaración oficial de los obispos de la Regional Noreste 2 de la CNBB, en la que afirman que, “frente a la complejidad del caso, lamentamos que no haya sido enfrentado con serenidad, tranquilidad y el tiempo necesario que la situación exigía. Además, no estamos de acuerdo con el decisión final de eliminar la vida de seres humanos indefensos”. Firman la nota Geraldo Lyrio Rocha, Luiz Soares Vieira y Dimas Lara Barbosa, presidente, vicepresidente y secretario general de la CNBB, respectivamente.

LAS LEYES Y EL CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO

jose-cardosoEn Brasil, la interrupción del embarazo está permitida en casos de violación o de riesgo para la vida de la madre, presupuestos ambos que se daban en la niña a la que le ha sido practicado el aborto. Otra posibilidad para abortar legalmente en el país latinoamericano son los casos de anencefalia (ausencia de una gran parte del cerebro y del cráneo del feto), que dependen de una autorización judicial especial. 

Sin embargo, la legislación actual no impide que cerca de un millón de brasileñas aborten clandestinamente todos los años. Esta práctica ilegal puede condenar a la mujer a penas de prisión. O peor todavía: miles de ellas mueren por abortar en condiciones inadecuadas de higiene y por falta de acompañamiento médico.

En 2008, dos comisiones de la Cámara de los Diputados rechazaron un proyecto de ley que legalizaría el aborto en el país. En mayo, el Proyecto de Ley 1135/91, que objetiva la extinción de los artículos del Código Penal que criminalizan el aborto con consentimiento de la gestante, fue rechazado por unanimidad en la Comisión de Seguridad Social y Familia. Enseguida, pasó a la Comisión de Ciudadanía y Justicia, donde también fue rechazado por 57 votos contra cuatro.

Según el arzobispo de Olinda y Recife, José Cardoso Sobrinho, su actitud ante el polémico caso de la pequeña está amparada por el Derecho Canónico, que prevé la excomunión automática a personas que practican el aborto. “No hice otra cosa que declararla”, afirmó a la prensa. El Derecho Canónico contempla que “quien provoca el aborto incurre en excomunión automática, no pudiendo recibir sacramentos hasta que la sanción sea cerrada”. Los obispos tienen autoridad para poner fin a la excomunión. En algunas diócesis, los padres también pueden remover la decisión. La Iglesia incluye el aborto provocado dentro de los pecados que implican una excomunión automática, por entender que es un crimen contra la vida especialmente grave, pues ocurre contra un ser humano indefenso.

En el nº 2.652 de Vida Nueva (especial 50º aniversario).

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