“Un convento ha de ser algo más que un museo”

Ávila acogió el I Encuentro Europeo de Carmelitas Descalzas

monjas-carmelitas(Miguel Ángel Malavia) Recientemente, tuvo lugar en Ávila el I Encuentro Europeo de Carmelitas Descalzas. Organizadas por la Universidad de la Mística, estas jornadas adquieren el rango de hito histórico, pues desde que santa Teresa de Jesús fundara en la ciudad de la muralla el Carmelo Teresiano, nunca hasta ahora se había producido una reunión internacional de este tipo. 

En declaraciones a Vida Nueva, el subdirector organizador del encuentro, Rómulo Cuartas Londoño, ha confirmado la participación de 40 carmelitas procedentes de diferentes países europeos, así como de Tierra Santa. Entre los puntos abordados, destaca el de la reestructuración de presencias. Para él, “es evidente que muchos monasterios son muy grandes y cuentan con un rico patrimonio, aunque las comunidades que los pueblan son cada vez más pequeñas. Por ello, el reto ha de ser potenciar su presencia, explotando sus posibilidades y lograr ser más significativas dentro del contexto social que las rodea”. “Lo principal -continúa- es mostrar la vigencia y dinamismo de nuestro carisma. Para ello es necesario mostrar nuestro mundo y evidenciar que es algo más que un museo o un monumento. La gente debe de entrar en nuestros conventos y sentir que en ellos hay una profunda e interpelante espiritualidad. Debemos de ser un testimonio vivo, yendo más allá de la idea del patrimonio”. Para ello, “Internet es otro de los instrumentos que debemos aprovechar para abrirnos al mundo. Hoy ya casi todos los conventos cuentan con su propia página web, incluso los de clausura”. 

Calidad frente a cantidad

Rómulo Cuartas apunta que otro de los temas tratados fue el de la crisis de vocaciones, aunque resalta que se diferenció entre el “desierto espiritual” que atraviesa Europa con la mejor situación de la vida religiosa en el resto de continentes. Eso sí, aclara, “son menos numéricamente, pero ahora prima la calidad de los consagrados”. Relacionado con esto, se abordó en otro punto de las jornadas la integración en comunidades europeas de consagrados provenientes de otras latitudes, especialmente la latinoamericana. “Es cierto, y así lo hemos constatado, que en ocasiones ha sido fuente de problemas; bien por falta de comunicación, por ciertos recelos en los receptores o falta de experiencia en los integrados. Lo que se necesita es un análisis profundo de la situación y ver si ésta será transitoria o si estamos ante un nuevo modelo. Sea como sea, se deben buscar motivaciones, criterios y propósitos concretos para aquéllos que vienen de fuera de Europa a integrarse en nuestras comunidades”, dice.

En el nº 2.650 de Vida Nueva.

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