Los obispos de Irak quieren un Sínodo para Oriente Medio

Creen que daría esperanza a las comunidades cristianas, especialmente castigadas por la guerra

(M. Gómez) Casi seis años después de iniciarse la guerra de Irak, la comunidad cristiana se constata como una de las más perjudicadas por la violencia. No sólo por los secuestros o los asesinatos (se cuentan unos 500 cristianos muertos, incluidos el arzobispo caldeo de Mosul, Faraj Rahho, cuatro sacerdotes y un diácono), sino por el éxodo masivo: actualmente hay en Irak unos 400.000 cristianos, más o menos la mitad de los que había en 2003. Ésta es la máxima urgencia para una Iglesia que clama: si no hay cristianos, no habrá cristianismo.

Por eso el arzobispo de Kirkuk, Louis Sako, reflexiona: “Los tiempos son propicios para que la Iglesia universal piense en un Sínodo General para los cristianos en Irak y Oriente Medio”, para darle esperanza a una población que, sin una “visión clara sobre su futuro, dejará esta tierra”. Sako expresó esta petición en Roma el pasado 22 de enero, informa la agencia SIR, durante la presentación del documental Irak-SOS refugiados, sobre la actual situación de los refugiados iraquíes. Allí, los obispos de Irak denunciaron el “ensordecedor silencio” del mundo ante la dramática situación de estas comunidades.

Tenemos mucha necesidad de la ayuda del Papa -siguió Sako-. Nosotros ya no estamos en situación de planificar el futuro de Irak. La Santa Sede seguramente podría ayudarnos. Los cristianos de Irak tienen mucha confianza y debemos seguir dándoles respuestas para impedir que les domine el miedo. Necesitamos a los demás”.

Posibilidades de mejora

“El futuro del cristianismo en Irak depende del futuro del país, que se muestra difícil, pero hay todas las posibilidades para una mejora”, señaló, por su parte, Shlemon Warduni, obispo auxiliar de Bagdad. El prelado se refirió a las tropas norteamericanas en la región, a las que pidió “responsabilidad para llevar primero la paz y la seguridad”. Y añadió: “La democracia no se impone, se enseña”. Para Georges Casmoussa, arzobispo sirocatólico de Mosul, las dificultades en el país, después de la llegada de los estadounidenses, se han “centuplicado, pero los americanos no son el problema, antes o después dejarán el país. El auténtico problema de las distintas comunidades en Irak es la negación del otro”. 

Los obispos iraquíes participaron, junto con el resto de obispos de la Iglesia caldea, en la visita ad limina que tuvo lugar a finales de enero, encabezados por el patriarca Emmanuel III Delly. Benedicto XVI les recibía el sábado 24 con un mensaje de ánimo específico para las comunidades cristianas del país: “Me descubro ante su coraje y su perseverancia frente a las pruebas y frente a las amenazas de que son objeto. El testimonio que están dando del Evangelio es un signo elocuente de la vivacidad de su fe y de la fuerza de su esperanza”. 

En el nº 2.649 de Vida Nueva.

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