Bertone y la apuesta por el diálogo en España

(Juan Rubio) El cardenal Bertone aterriza en España. Para muchos es el primer viaje de un Secretario de Estado a España. No es así. Ya viajó Casaroli en varias ocasiones y también el cardenal Sodano. Siempre vinieron para un acto eclesial y, por cortesía, saludaron a las autoridades civiles y políticas, incluso en momentos difíciles. Es por deferencia. El cardenal no pudo venir para una conferencia a la que había sido invitado y ahora se acerca respondiendo a aquella invitación.

De paso, al Gobierno le viene bien esta visita. Pero también a la Iglesia, que sabe jugar con los tiempos y hacer que los vientos corran a su favor. Lo que podría ser una simple visita se ha convertido por mor de la situación española en un acontecimiento al que se le saca punta, pese al silencio mediático para dar a conocer algo tan normal como que un cardenal se acerque a España y aproveche la visita. Cuando Bertone vuela hacia España, después de haber sido despedido en Roma por el embajador de España cerca de la Santa Sede, la CEE emite un comunicado que a buen seguro ha sido un tira y afloja entre profesionalidad y cerrazón.

Pese a esta supuesta normalidad con la que se quiere vender la visita, no se puede descartar la importancia de la misma que congregará a la casi totalidad del Episcopado en Madrid ofreciendo una muestra de comunión y unidad de la que tan necesitada está hoy la cúpula jerárquica española. La escenificación de la división es más peligrosa hoy en día que la herejía. No es que haya división, pero es tan patente la diversidad que aparece como tal lo que sólo es diferencia de formas de llevar a cabo la tarea evangelizadora. No se deben cargar al mensajero acusando a los medios de contar esa división. El mensajero transmite lo que ve, escucha, aprecia y le cuentan después de contrastarlo.

Otra clave es política. Es bueno que alguien atempere las relaciones entre el Gobierno español y la Conferencia Episcopal después del enfrentamiento del año pasado. Para eso está Roma, para suavizar, y en este aspecto a nadie se le escapa los oficios del Embajador Vázquez por suavizar y hacer comprender al Gobierno de Zapatero que no todas las cosas se pueden hacer tan a las bravas. En esto cuenta de aliados con Fernández de la Vega y Moratinos. No olvidemos aquí que Vázquez mantiene hilo directo con Rouco y con Cañizares. También hay quien está convenciendo a ciertos ámbitos de la Iglesia madrileña para que deje de coquetear en la crisis entre Aguirre y Rajoy, este último tan distante de Rouco con el tema de COPE de por medio. No olvidemos que Bertone se entrevistará con todos los que han sido vilipendiados por Losantos: el Rey, Zapatero, Rajoy, el Nuncio… Muchos temas, pero lo que habrá es sonrisa, talante y una buena obra para restaurar puentes que no han de derrumbarse de nuevo.

Bertone viene a dar una muestra de unidad, pero también a advertir que el diálogo es mejor camino que el enfrentamiento y que la tensión no conduce a nada. Han sido demasiadas tensiones en los últimos años. La Iglesia ha de proponer más que condenar, y en el servicio a la sociedad desde la riqueza de su fe, da una excelsa muestra de su auténtico poder, el poder del Señor Jesús. Otros poderes, además de peligrosos, son antievangélicos.

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