Educación para la Ciudadanía: razones y reacciones dispares

Especialistas analizan la polémica asignatura en un congreso organizado por la UPSA

(Roberto Ruano– Salamanca) La Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) acogió, del 25 al 27 de noviembre, el Congreso Educación para la Ciudadanía: razones y reacciones, en el marco de la cátedra extraordinaria San José de Calasanz, bajo el patrocinio de los Padres Escolapios y en colaboración con la Facultad de Ciencias de la Educación de la UPSA. En declaraciones previas al acto inaugural, José Manuel Alfonso, decano de Ciencias de la Educación, explicaba los motivos del mismo: “La Facultad ha querido, de una forma valiente y plural, hacer sonar una voz sobre Educación para la Ciudadanía; que nuestros alumnos, futuros educadores, conozcan todas las razones y reacciones que esta polémica asignatura está suscitando, tanto la opinión de sus defensores como la de sus detractores”.

Entre los ponentes estaba Luis Carbonel, presidente de la CONCAPA, quien refiriéndose al escándalo de la retirada de crucifijos de las aulas, lamentó que “un grupo minoritario de padres pretenda imponer un laicismo radical, perjudicando enormemente la convivencia de los españoles”. Además, hizo un claro llamamiento a la tolerancia en contra de cualquier fanatismo. Compartiendo mesa con él, Manuel de Castro, secretario general de FERE-CECA, calificó toda la polémica que ha rodeado a Educación para la Ciudadanía de “jaleo desproporcionado”.

Rafael Díaz Salazar, profesor de la Universidad Complutense, defendió la existencia de la asignatura pero dentro de un modelo de interculturalidad, apelando a la necesidad de un contrato cultural educativo, más allá de un simple pacto o negociación. Contrario a la postura de los que quieren crear ciudadanos decretando la obligatoriedad de Educación para la Ciudadanía y la de quienes, de forma fanática, se están oponiendo a ella, Díaz Salazar reclamó la necesidad de resucitar ideales colectivos altruistas en la educación cívica del alumnado.

Mucho más crítica, Lourdes Ruano, de la Universidad de Salamanca, acusó a la asignatura de haber provocado en España un debate y reacciones sin precedentes: “No estamos ante una materia neutra, sino adoctrinadora, que vulnera derechos fundamentales, instrumento para formar conciencias, que parte de unos postulados ideológicos muy discutibles y que nunca puede ser obligatoria”, afirmó. Por todo ello, hizo un llamamiento a la objeción de conciencia de los padres. Por otro lado, para Jaime Urcelay, presidente de Profesionales por la Ética, la asignatura “es el nombre de una formidable polémica y de un gran malentendido”. Partidario de buscar soluciones, señaló que “ha faltado diálogo y verdaderos deseos de entendimiento”. 

Alfonso de Maruri, de Cristianos socialistas, Juan Pablo García Maestro, Joaquín García Roca, el juez Emilio Calatayud y el obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez, también pasaron por este Congreso para dar sus razones y valorar las reacciones que esta controvertida asignatura de Educación para la Ciudadanía está cosechando en todo nuestro país.

En el nº 2.639 de Vida Nueva.

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