Camino Cañón: “El reto es que lo cristiano sea más relevante en la sociedad”

Presidenta del Foro de Laicos

(Miguel Ángel Malavia. Foto: Luis Medina) Los días 29 y 30 de noviembre tuvo lugar en Las Matas (Madrid) la XVI Asamblea General del Foro de Laicos. En ella fue elegida como nueva presidenta Camino Cañón, que sustituye en el cargo a Juan José Rodríguez. Miembro de la Institución Teresiana y catedrática en la Universidad Pontificia Comillas, fue fundadora y presidenta de la Asociación Norte Joven de Madrid.  

¿Cuáles son los retos principales que se marca al comienzo de su mandato?

Tenemos dos grandes líneas de actuación. El primer desafío es potenciar la comunión y los puntos de encuentro entre las 55 sociedades integrantes del Foro. La segunda línea, de cara al exterior, es fomentar la relevancia del Foro en nuestra sociedad, mostrándonos como un espacio de verdadero y profundo diálogo.  

El Foro, en su actual modo de estructurarse, surgió en 1992. ¿En qué momento histórico se encuentra hoy? 

Hasta ahora ha habido tres presidentes. Cada uno de ellos ha conducido el Foro con su modo característico y todos han tenido en común su excelente trabajo en pos de la comunión interior del Foro. Creo que ahora el gran desafío ha de ser aumentar la relevancia de lo cristiano en la sociedad, dirigiéndonos a todos, incluidos los no cristianos. En este sentido, defendemos que de la laicidad no se acabe virando hacia el laicismo. Tal y como han recordado recientemente el Papa y Sarkozy, la laicidad puede ser sana y positiva. Por contra, el laicismo supone negar a la religión su dimensión pública. Y eso es muy negativo para todos. 

Menudean las críticas a la Iglesia, la mayoría dirigidas a su jerarquía. ¿Qué papel ha de desempeñar el laico ante esta situación? 

Nosotros defendemos una postura más propositiva que reactiva. Estamos convencidos de que es mejor proponer y argumentar en positivo, debiendo ser ésa la actitud preponderante. Eso no quiere decir que no debamos reaccionar ante ciertos aspectos negativos, pero con un sentido lúcido y sosegado.  

La Constitución cumple 30 años. Tres décadas después, ¿no hay una excesiva tensión social y política? 

Mi generación fue muy activa en el avance hacia la democracia, viviéndola como una etapa apasionante. Por ello, creo que nuestra obligación ahora es expresar lo que fue el horizonte de la Transición, sin dejar de escuchar las nuevas aspiraciones y deseos, pues las nuevas generaciones están en su derecho de anhelar cambios. Eso sí, teniendo claro que lo que no construye es el revanchismo y el odio. 

¿Peligra la reconciliación? 

No es bueno tener la Guerra Civil como un tema preferente. Debemos mirar con unos ojos muy diferentes a los de entonces. En una sociedad globalizada, no podemos cerrarnos, y mucho menos, retrotraernos a los años 30. Hay problemas sociales mucho más importantes, como la inmigración, el desarrollo de las nuevas tecnologías en la comunicación y en la biotecnología… Debemos mirar al presente y construir el futuro. 

¿Qué le podemos pedir a los políticos que se confiesan católicos? 

Cada cual tiene sus circunstancias y nada es blanco o negro, por lo que es muy difícil enjuiciar a nadie. Eso sí, hay temas en los que deben de mirar a su conciencia al desarrollar ciertas iniciativas legislativas. Uno de ellos, muy claro, es el del aborto, reflejo de una sociedad moralmente enferma. Y otro es el de mantener el compromiso de crear las condiciones de vida dignas para los más débiles.  

¿El laico tiene mayor importancia en el seno de la Iglesia por necesidad -ante el descenso de vocaciones al sacerdocio, por ejemplo- o por una maduración de los frutos del Vaticano II? 

Hay un deseo de desarrollar el brote de las nuevas formas de evangelización surgidas con el Vaticano II. En España, ya a principios del siglo XX, surgieron organizaciones laicales significativas, como la ACdP, la Institución Teresiana o Acción Católica. El Concilio situó al laico en el lugar que le es propio. En esta gran comunidad que es la Iglesia, los laicos somos clara mayoría. Por ello, debemos fomentar más su iniciativa en temas que les son propios, aunque no exclusivos, como la familia, el trabajo o la investigación. Debemos acercarnos a realidades concretas con lenguajes actuales. Aún queda mucho camino por hacer en esto, y desde el Foro nos ofrecemos a unir nuestras manos con otros para andarlo juntos. 

En el nº 2.639 de Vida Nueva.

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