La diócesis colombiana de Tumaco está siendo objeto de amenazas

La Conferencia Episcopal se suma a la denuncia presentada recientemente por el obispo Gustavo Girón

(Gustavo Vélez– Bogotá) El secretario de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Fabián Marulanda López, ha rechazado en nombre de la Iglesia colombiana las amenazas de las que vienen siendo objeto los agentes de pastoral de la diócesis de Tumaco, en el extremo suroccidental del país latinoamericano. El propio Episcopado ha suscrito en un comunicado la denuncia presentada al respecto por el obispo de esa demarcación eclesiástica, Gustavo Girón Higuita. Según este mismo prelado, se han producido intimidaciones contra los miembros de organizaciones sociales, indígenas, eclesiales, humanitarias y defensoras de los derechos humanos, en particular, de la pastoral social diocesana. La causa de tal animadversión quizás haya que buscarla en que son estos agentes de pastoral quienes mentalizan al pueblo para que no se deje explotar por los grupos armados ni por quienes se dedican a traficar con estupefacientes. 

Los responsables de tales provocaciones se denominan ‘Autodefensas Gaitanistas de Colombia’, un grupo todavía no identificado por las autoridades, pero que al parecer es un resto guerrillero o paramilitar que se mueve por este remoto territorio, una región que por su ubicación ha sido desde hace años un lugar privilegiado para el cultivo y comercialización de la coca. Asimismo, el carácter boscoso del terreno ha hecho que albergara frecuentemente a grupos de las guerrillas colombianas. 

Diálogo y reformas

“En los últimos años -denuncia el obispo de Tumaco-, nuestras actividades pastorales se ven cada vez más afectadas por la realidad del conflicto armado que sacude desde hace varias décadas nuestro país”. “Estamos convencidos de que este conflicto tiene sus raíces en el conflicto social que de siglos atrás ha condicionado la historia de Colombia, y que su solución no se puede lograr con la confrontación armada, sino por la vía del diálogo y con profundas reformas económicas y políticas”, recuerda a continuacion Girón Higuita.

El prelado aprovechó su pronunciamiento para ratificar el objetivo general del Plan Pastoral de su diócesis: “Crecer como Iglesia católica, pueblo de Dios que participa de la misión de Jesús como comunión de comunidades, orgánica, inculturada y encarnada en los pueblos indígenas afronariñenses y mestizos, para construir el Reino de Dios, transformando la realidad al Plan de Dios, a fin que estos pueblos tengan vida plena y sean protagonistas de su historia”. Y, por si alguien tuviera dudas, aclara a continuación: “Somos neutrales fieles al Evangelio, nos oponemos a la guerra y queremos ponernos al servicio del diálogo entre las partes, a favor de la vida y de la autonomía de las comunidades”.

La diócesis tumaqueña, situada al suroeste del país, tiene una superficie de 16.00 kilómetros cuadrados y cuenta con una población de unos 230.000 habitantes, de los cuales la mayoría son católicos. Con Girón Higuita colaboran un total de 15 sacerdotes diocesanos y 10 religiosos carmelitas, orden a la que también pertenece el prelado que preside y pastorea la tarea evangelizadora de esta Iglesia desde 1990. 

PREOCUPACIÓN POR LOS MONOPOLIOS FARMACÉUTICOS

El secretario de la CEC, Fabián Marulanda, ha enviado una carta a los senadores del país en la que manifiesta la preocupación de la Iglesia por el “creciente monopolio de las multinacionales farmacéuticas”, que, bajo la excusa de la propiedad intelectual, impone leyes “en detrimento del derecho a la salud y la vida de nuestros pueblos”.

Actualmente, el Congreso de Colombia está estudiando un proyecto de ley que contemplaría el compromiso de “otorgar, en el marco de su legislación, reglamentaciones y políticas, una protección adecuada y eficaz a los derechos de propiedad intelectual de conformidad con las normas internacionales más estrictas”. Algo que “podría resultar caótico para la salud de los colombianos”, critica la misiva, por lo que debería dejarse constancia expresa de que la aplicación de dicha ley “no implica para Colombia el compromiso de establecer estándares de propiedad intelectual superiores a los de la normativa vigente en el país”.

Marulanda presenta también al Senado un breve repaso de la situación en la salud pública de Colombia, donde “cerca de la mitad de la población no tiene suficiente acceso a las medicinas necesarias”. En cuanto a los enfermos de sida, el obispo reconoce que 21.000 pacientes requieren fármacos, de los cuales sólo 15.000 logran recibirlos, por lo que “los 6.000 restantes -advierte- están condenados a morir en los próximos cinco años”. Por lo que respecta al cáncer, “menos del 40% de los medicamentos existentes en el mercado se encuentran en el Plan Obligatorio de Salud (POS) y menos de la mitad de los enfermos reciben un tratamiento adecuado”, denuncia el prelado.

En el nº 2.638 de Vida Nueva.

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