Joseph Ratzinger, un papa con alma de teólogo

Comillas analiza en unas jornadas el pensamiento de Benedicto XVI

(Marina de Miguel) Cualquiera que desee orientarse en la vida, el sentir y los problemas de la Iglesia católica hoy, debe conocer la opinión de este hombre que, desde los tiempos del Concilio Vaticano II, tiene un peso decisivo en la historia de la Institución”. Así justifica el jesuita Santiago Madrigal, decano de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid, la razón de dedicar la quinta edición de las jornadas que convocan anualmente al “pensamiento de Joseph Ratzinger, teólogo y Papa”.

Hemos tratado de establecer un recorrido, lo más completo posible, por los temas fundamentales de su teología y pensamiento, a través de sus obras y juicios”, añade. Más de 120 personas asistieron a este encuentro que, desarrollado durante los días 29, 30 y 31 de octubre, contó con la participación de destacados ponentes, como Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao y vicepresidente de la CEE, Gabino Uríbarri (ICAI-ICADE), José Vidal Taléns (Facultad de Teología de Valencia), Santiago del Cura (Facultad de Teología Burgos y Comisión Teológica Internacional), Pedro Rodríguez Panizo (ICAI-ICADE) y Pawel Kapusta (P. U. Gregoriana).

En su intervención, el rector de la Universidad, José Ramón Busto, aseguró que, si analizar el pensamiento de un teólogo es interesante, lo es más aún cuando ha sido Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y, ahora, es Papa. Del mismo modo, Madrigal ve en esta característica la principal diferencia que guarda este pontífice con sus antecesores más inmediatos.

Sin embargo, el haber sido elegido como sucesor de Pedro no ha supuesto una ruptura, a juicio del decano, en su pensamiento teológico.”Creo que hay una línea bastante coherente desde sus primeros trabajos, allá en el Concilio Vaticano II. Es verdad que ha pasado por distintas etapas y que ha experimentado una evolución interna, pero esto no ha marcado un antes y un después”. 

Riqueza teológica

Prueba de esta preocupación continuada y de la riqueza de aspectos teológicos de los que se ha ocupado son los 16 volúmenes de sus obras completas, actualmente en proceso de elaboración, y la publicación, en 2007, de su libro Jesús de Nazaret, iniciado en su época de cardenal, terminado como Papa y publicado como teólogo.

También se puede apreciar en su alocución, en Roma, a la Congregación General XXXV de la Compañía de Jesús, el pasado 21 de febrero, en donde Benedicto XVI llamaba a hacerse “lealmente cargo del deber fundamental de la Iglesia de mantenerse fiel a su mandato de adherirse totalmente a la Palabra de Dios, así como de la misión del Magisterio de conservar la verdad y la unidad de la doctrina católica en su plenitud”.

En el nº 2.635 de Vida Nueva.

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