Justo Lacunza: “Denunciemos la apatía institucional”

Ex rector del Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos

(M. A. M.) ¿Qué pueden hacer los gobiernos ante el problema de la persecución por motivos de fe?

Pues todo, porque estamos hablando de un problema fundamental, como es el de garantizar la libertad en todos los sentidos, y lo que aquí denunciamos, la libertad de conciencia, que cada individuo pueda tener la religión que quiera. Los gobiernos deben ser activos en ese sentido, no amparándose en que los aspectos relacionados con lo religioso no son competencia suya. Hemos de denunciar activamente la indiferencia institucional y elevar la discusión a todos los niveles que podamos, denunciando la apatía en el ejercicio de sus funciones. Algo, por cierto, que se produce con más fuerza en Europa que en ningún otro sitio. Aquí se confunde la laicidad con la indiferencia. Pues no, los Estados deben ser activos en la defensa de todos los derechos, aunque no quieran. 

¿Y los medios qué papel juegan en este sentido? 

Tienen una influencia enorme, pues está claro que cuando se habla constantemente de un tema, al final se acaba generando un debate en la sociedad. Pero para eso es necesario que se conciencien ellos mismos, asimilando que la libertad religiosa es un asunto fundamental para todos. Sin embargo, en ellos también se detecta esa apatía, esa inercia que no lleva a la movilización, algo que a mí me sorprende. Es el Día de la Foca y sale en todos los lados, haciendo ver lo importantes que son los derechos de los animales. Yo, por supuesto, también los apoyo, pero… ¿y las personas? Aquí estamos hablando de cientos de miles de personas que sufren por su fe. Y mucha veces no sale en ningún sitio. 

Dado lo compleja que es la realidad, ¿es conveniente utilizar algunos conceptos tan abstractos como alianza o choque de “civilizaciones”?

En la práctica todo se reduce a la necesidad de convivir con el que es diferente, en el día a día. Cada contexto concreto es diferente. De esta manera, en el islam no se puede negar que hay una parte mucho más propicia al entendimiento, pero hay otra de corte radical que ha declarado la guerra a los que no son como ellos. 

¿Hay una doble vara de medir en nuestras sociedades, donde se respeta, tal vez por miedo, mucho más a lo islámico que a lo cristiano? 

Es evidente que sí. En muchos temas, el islam es intocable. Mientras que con los cristianos… ya se sabe.

En el nº 2.634 de Vida Nueva.

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