‘La Iglesia no puede ser propiedad de nadie’

Piris llama a contar con todos en su toma de posesión de la diócesis de Lleida

(Jordi Llisterri- Lleida) El 21 de septiembre, Joan Piris entró en Lleida, la que ya es su nueva diócesis, tras siete años en Menorca. En su primera homilía en la catedral, trazó el perfil con el que se compromete a ejercer de obispo en esta diócesis catalana, vacante desde hace año y medio tras la renuncia de Francesc Xavier Ciuraneta por motivos de salud.

Comentando el Evangelio de Mateo (“los últimos serán los primeros”), Piris remarcó que los esquemas de Dios son muy diferentes a los de los hombres y, por eso, “Dios llama y contrata a todos, activos o desocupados, adelantados o retrógrados, progres y conservadores…”. Y, en ese sentido, afirmó que “la Iglesia no puede ser propiedad de nadie y tiene que estar lo suficientemente abierta para que todos tengan en ella su sitio, incluso a riesgo de incomodar a aquéllos que creían tener alquilada su silla desde generaciones”. Principio que reforzó con la cita del beato mártir de la diócesis, Francesc Castelló: “En el apostolado no os tiente nunca ni la silla cómoda, ni la cosa fácil”. En este proyecto evangelizador, dijo que al obispo se le “pide anunciar el amor de Dios y posiblemente, a veces también, corregir algunas cosas”. Pero añadió que la autoridad del obispo “nace del propio testimonio” pues “si el obispo no trata de vivir lo que enseña… transmite un mensaje contradictorio”.

Piris también citó el reciente documento de los obispos de Cataluña Creer en el Evangelio y anunciarlo con nuevo ardor para insistir en que “evangelizar pide que todos contemos con todos, que todas las sensibilidades de los hermanos en la fe se sientan acogidas y comprendidas”.

‘Perdón si no he sabido serviros’

En el inicio de su nueva misión episcopal, Piris estuvo acompañado por más de 30 prelados, entre ellos, todos los de Cataluña, Aragón, Baleares y Valencia. La catedral la llenaron los fieles de la diócesis, representantes institucionales y compañeros de Valencia -su diócesis natal- y Baleares; y, sobre todo, un nutrido grupo de Menorca, sede que, por otra parte, será regida por el obispo auxiliar de Valencia, Salvador Giménez, como administrador apostólico.

Durante la celebración se recordó la ausencia del auxiliar de Barcelona, Joan Carrera, ingresado dos días antes tras sufrir un derrame cerebral mientras participaba en un retiro con seminaristas. Junto a la oración por Carrera, fue emocionante cuando a Piris se le cortó la voz al agradecer la estima de la gente de Menorca y al pedir perdón por “si no he sabido serviros”. Piris llega a Lleida con 69 años; el domingo también cumplía los 45 de su ordenación sacerdotal.

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