ETA quiere forzar otra negociación

(José Carlos Rodríguez) En apenas una semana, ETA ha vuelto a sembrar el miedo y la destrucción en cuatro ocasiones. La última, con el asesinato, el 22 de septiembre, del brigada del Ejército Luis Conde de la Cruz, en Santoña (Cantabria). Fue la tercera víctima mortal de la banda este año. Un triste suma y sigue que eleva a 825 el número de muertos a manos de ETA desde que, hace 40 años, cometiera su primer asesinato.

Pocos días antes había tenido lugar la sentencia contra las Gestoras pro Amnistía y las ilegalizaciones de ANV y del PCTV, a quienes el Tribunal Supremo considera “ejecutores de una estrategia marcada por el terrorismo”. Esto hizo que diversos analistas se apresuraran a ver en los atentados una acción de represalia contra estos golpes a la izquierda radical vasca. Pero diversos expertos en la lucha antiterrorista han llamado la atención sobre el hecho de que la banda preparó esta siembra de terror varios días antes, en apenas dos semanas, y con 300 kilos de explosivos, robados y preparados en Francia, donde también han robado los coches. [Un día después del asesinato del militar, dos presuntos miembros de ETA fueron detenidos en el país vecino]. 

Ser capaces de preparar varios atentados a la vez muestra que la banda, además de contar con una base logística en Francia, ha rehecho su estructura en Vizcaya, donde se han cometido dos de los atentados (el de Ondárroa y el fallido contra un policía en Bilbao con un coche lapa el día 16). En cualquier caso, y a pesar de los últimos éxitos policiales contra ETA, la banda parece dispuesta a demostrar que aún tiene fuerza para matar a quien sea posible y así elevar la moral de sus bases y forzar otra negociación. 

Lo positivo es que nunca como antes durante los últimos años se había visto tanta unidad de las fuerzas políticas frente al terrorismo.

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