Hay mucha vida en la Iglesia con los jóvenes

El equipo organizador del FPJ desgrana los retos que debe afrontar la pastoral

(Marina de Miguel– Fotos: Luis Medina) “Hay mucha vida en la Iglesia con los jóvenes, aunque a veces está oculta”. El optimismo y la esperanza que impregnan las palabras de Álvaro Chordi, delegado diocesano de Juventud en Vitoria, constituyen el impulso del Fórum de Pastoral con Jóvenes (FPJ), una iniciativa de RPJ-Escolapios con la que el próximo noviembre se celebrará el 50º aniversario de la Revista de Pastoral Juvenil. La posibilidad de asistir a una de las últimas reuniones preparatorias y charlar con los promotores de este evento permite contemplar una panorámica de cómo está la pastoral juvenil en España.

“Está mucho mejor que en años anteriores, pues ha crecido el nivel de preocupación, relación y trabajo con los jóvenes. La Iglesia institucional ha descubierto que debe acercarse más y escucharles”, comenta Víctor Cortizo, director del Departamento de Pastoral Juvenil de la CEE. En su opinión, de esta falta de atención adolece toda la sociedad, pues “cuanto más parece que son importantes, menos tiempo se les dedica”.

Sin embargo, la creación de iniciativas como el Fórum son, a juicio de Víctor, “signo de cambio que hace esperar muchos frutos de la relación de los jóvenes con la Iglesia y de los jóvenes que están en la Iglesia”.

Carles Such, director de la Revista de Pastoral Juvenil y convocante, va más allá y ve en los jóvenes que no comulgan o que no están cercanos al Evangelio “un campo interesante en donde trabajar”. “Es algo que está por hacer y hay ganas, posibilidades, instituciones religiosas, delegaciones diocesanas o movimientos que dedican mucho tiempo y recursos a ello”. Consciente de estos medios, para el escolapio la tarea ahora es la organización, para, “desde la riqueza de todos, ofrecer el Evangelio de Jesús“.

Junto a esta coordinación, otro de los pasos importantes es darse cuenta de los escollos que hay que superar. Rosendo Soler, director del Centro Nacional Salesiano de Pastoral Juvenil, alude a la nefasta imagen de la Iglesia que en ocasiones arrojan los medios de comunicación como algo anticuado y de difícil matiz y digestión. Pero, junto a ésta, aunque menos visible, “está la Iglesia tierna, de base, la Iglesia viva”.

En este sentido, Álvaro llama a ser realistas y reconocer que viven en un mundo distinto: “Estamos haciendo grandes esfuerzos por acercarnos, adaptarnos al lenguaje, transmitir a Jesús con más claridad que antes y, quizás, con más autenticidad. No obstante, no hay que ser ingenuos, ha habido un cambio de paradigma de la juventud no sólo respecto a la Iglesia, sino también en relación a otras instituciones”.

Pese a todo, la propia acogida que ha tenido este proyecto, como señala José María González, miembro de la Fundación SM, otorga un aliciente para seguir adelante: “Que haya 120 personas trabajando en esto es un signo y un síntoma muy esperanzador para pensar en el buen desarrollo del Fórum y de lo que se realice cuando concluya”.

¿Sin fe?

Según el informe Jóvenes Españoles 2005 de la Fundación SM, menos de la mitad de los jóvenes de entre 15 y 24 años (49%) se consideran católicos, mientras que hace una década se definían como tal el 77%. Para Cortizo, estos datos evidencian que faltan los mecanismos, los vehículos o los medios para acercarse a este grupo, con el que sí existen elementos comunes. “La encuesta lo que dice es que la gente está más alejada de la Iglesia, pero a la vez encuentro en ella que la Iglesia tiene mucho que decirles. El problema es que no sabemos hablar su lenguaje, estar más cerca de ellos o comunicar con las herramientas que tenemos hoy”, añade.

Más que buscar soluciones superficiales, Rosendo aboga por “buscar las soldaduras” que permitan transmitir el Evangelio, “establecer unas conexiones vitales con las nuevas generaciones”, las cuales, como recalca, “tienen tantos valores como las antiguas”.

“Cada época tiene sus retos y debemos constatar que estamos en un cambio de época. Lo que ocurre es que siempre nos creemos en el centro de la historia”, reconoce Carles, por lo que llama a la necesidad de “dar respuestas actuales a los problemas actuales”. A juicio de Álvaro, el reto pasa por “estar con ellos, creer en ellos, caminar con ellos, construir con ellos y anunciar más explícitamente y en sus lenguajes a Jesucristo”.

De igual modo que enfatiza la divergencia entre los lenguajes de la Iglesia y la juventud, Chema hace hincapié en la urgencia de transmitir lo esencial del Evangelio, y olvidarse de las parafernalias y cuestiones que, pese a ser accesorias, adquieren demasiada importancia.

“La oportunidad viene porque no hay un rechazo a Jesucristo, sino a la Iglesia como institución. Lo que hace falta es saber cómo presentar a Jesús hoy”, apunta Sonia Fernández, presidenta de la JEC hasta el pasado julio y secretaria técnica del Fórum. Por ello, sostiene que el primer paso es asumir sus peculiaridades -“ahora no tienen tantos conocimientos como antes”- y salir a su encuentro: “Que ellos se sientan los protagonistas de todo, del Evangelio, de ser Noticia y de ser cristiano”. El FPJ nace con ese propósito pues, como dice Rosendo, “queremos poner en el centro de nuestra atención a los propios jóvenes, en cuyas manos recae la tarea de construir la Iglesia del próximo siglo”.

A pocos meses de que sus ilusiones se cristalicen en esta multitudinaria iniciativa, el equipo coordinador no duda en señalar que “la comunión” será el principal valor que aportará a la pastoral juvenil. “Se va a establecer un punto de encuentro y adaptación entre todos los que trabajamos en la pastoral, aunque pensemos diferente o tengamos experiencias distintas de vida cristiana”, adelanta Carles.

“Si yo soñara con el después del Fórum, resaltaría que ha propiciado la comunión eclesial y el relevo generacional. Dos factores que han supuesto una inyección de ánimo y esperanza”, atisba Álvaro. En este sentido, destaca que los implicados en la pastoral juvenil son de los pocos que “verdaderamente” están con los jóvenes de manera fiel y gratuita.

La experiencia que se obtenga de este encuentro servirá, afirma Víctor, para afrontar la Jornada Mundial de la Juventud del 2011, que se celebrará en Madrid. “Los jóvenes de España van a ser capaces de compartir una experiencia de fe muy honesta, sincera y esperanzada. Formarán una Iglesia unida que no entienda de políticas y otras diferencias”.

“Debemos poner el acento en que dentro de tres años los jóvenes que vayan a encontrarse con el Papa no sean un grupo adiestrado de majorettes y abanderados con unas consignas ensayadas unas semanas antes, sino la presencia de jóvenes que testimonian con su presencia la alegría y valentía de estar siguiendo un proceso de profundización en el Evangelio y que siguen apostando desde sus contextos por seguir a Jesucristo y violentar por la presencia del Reino”, completa Carles.

Preparativos para el encuentro

La piedra que Carles Such y los escolapios tiraron al estanque de la pastoral, según dice José María González, de la Fundación SM, ha causado numerosas ondas que poco a poco van dejando huella en el futuro de la Iglesia. No en vano, 120 personas distribuidas en equipos han aunado sus esfuerzos e ilusión de forma voluntaria para tender un puente a las nuevas generaciones. A su trabajo hay que añadir la colaboración de los patrocinadores: la Fundación SM -la primera que se sumó-, ICCE-RPJ, CONFER, FERE-CECA, CEAS-Dpto. Jóvenes, PPC y CCS.

El encuentro, que lleva como lema ‘Kminar x ls las alturas’, se celebrará del 7 al 9 de noviembre en el madrileño Palacio Municipal de Congresos, un espacio que cuenta con cabida para 1.900 asistentes. El presidente de la CEE, Antonio María Rouco Varela, será el encargado de inaugurarlo, y se podrá seguir en la web www.forumpj.org.

Aunque será presentado al público en septiembre, sí que se ha transmitido ya el espíritu plural que lo va a inspirar. También está proyectado el lanzamiento de varias publicaciones: el libro ‘10 palabras clave en pastoral con jóvenes’ (Verbo Divino, así como el pliego en Vida Nueva, para el octubre próximo, ‘50 jóvenes y Dios’ y un ‘Imágenes de la fe’ en 2009.

Las inscripciones se pueden realizar en las delegaciones diocesanas del 1 al 30 de septiembre. Aportaciones en la cuenta de La Caixa: 2100 2415 44 0200111283.

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