La Ley Europea de Inmigración es contraria a los derechos humanos

Las Cáritas de América Latina y El Caribe rechazan la Directiva sobre Retorno aprobada por la UE

(J. L. C.) Los integrantes de la Red de Cáritas de América Latina y el Caribe han difundido un comunicado conjunto en el que rechazan categóricamente la Directiva Europea sobre Retorno aprobada por el Parlamento Europeo el 18 de junio, por considerarla “contraria a un sistema migratorio global, seguro, humano y coherente con los Derechos fundamentales de la persona humana”.

El texto -que lleva la firma del presidente de este organismo y obispo de Merlo-Moreno (Argentina), Fernando Bargalló, y del sacerdote mexicano José Antonio Sandoval, secretario ejecutivo del Secretariado Latinoamericano de Cáritas (SELACC)- hace un llamamiento a los parlamentarios europeos y a sus representantes en los gobiernos de la Unión Europea (UE), a que “desistan de la tendencia a la criminalización de las migraciones y a la expulsión de las personas en situación irregular, que desde la política migratoria común vienen impulsando” y que, en su opinión, se ha concretado ahora en la citada Directiva.

Cáritas denuncia “que se considere a los migrantes en situación irregular como delincuentes, promoviendo su expulsión, medidas privativas de libertad y la prohibición de entrada”; y se oponen, sobre todo, a que se apliquen tales medidas a los menores de edad, lo que supondría una violación de los derechos básicos de este colectivo. “No estamos de acuerdo -añaden- con el blindaje de economías y de sistemas de protección social que durante años se han beneficiado del esfuerzo de una población trabajadora, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus familias”.

Acogida y dolor

Más adelante, el comunicado apela a las tradiciones religiosas, que “nos enseñan a acoger a nuestros hermanos y hermanas con amor”, y recuerda cómo asisten al sufrimiento de familias inmigrantes que han perdido a sus seres queridos en el mar, o de inmigrantes explotados laboralmente o “en manos de traficantes de personas y gente inescrupulosa”. Son testigos también del “dolor de los que quedan”, niños y ancianos “obligados a asumir responsabilidades que no les corresponden para cuidar de los hogares”.

A su juicio, resulta “alarmante y doloroso” que la Europa “culta, tradicional tierra de asilo y muy rica”, apruebe una Directiva “inhumana”, y que países como Francia, Italia, España, Alemania, Holanda, Inglaterra…, “cuyas migraciones en tiempos coloniales hacia América, Asia y África representaron una inmensa apertura de horizontes… y la concreta posibilidad de crecimiento económico, hayan olvidado esa historia reciente”. “De no abordarse el fenómeno en su globalidad -advierten-, los migrantes latinoamericanos, africanos y asiáticos expulsados ahora retornarán en los siguientes años, si las condiciones para vivir dignamente en sus países de origen no cambian y mejoran sustancialmente”.

Por ello, en el comunicado se solicita al Parlamento Europeo que contemple la aplicación de medidas encaminadas a:

  • “Promover, junto a los países de origen de las personas migrantes, el desarrollo justo y equitativo, la creación de fuentes de empleo con inversiones, cooperación y transferencia de tecnología en los países de origen de la migración.
  • Generar oportunidades para que los inmigrantes que ya están contribuyendo con su esforzado trabajo al continente europeo, salgan de las sombras y regularicen su situación migratoria satisfaciendo criterios razonables, y con el tiempo puedan optar por convertirse en residentes permanentes legítimos o, dado el caso, en ciudadanos europeos.
  • Reducir significativamente, gracias a adecuadas reformas en el sistema migratorio europeo, el tiempo que las familias deben esperar para volver a reunirse como tales.
  • Arbitrar canales jurídicos y legales para que los trabajadores, y sus familias, que migran a Europa, puedan ingresar y trabajar de manera segura, legal y ordenada, con sus derechos sociales plenamente protegidos.
  • Implementar políticas de seguridad fronteriza que sean coherentes con los derechos humanos, de manera que la tarea crucial de identificar y prevenir la violencia y el terrorismo pueda realizarse sin que por ello se falte el respeto a la dignidad de cada individuo”.

Cáritas, como red “religiosa, de solidaridad y de caridad”, concluye su mensaje llamando la atención sobre “la dimensión ética” de la Directiva, deseando que sus palabras alienten “un sistema justo que facilite la regularización migratoria en el respeto y valoración de la dignidad de cada persona y de su familia”.

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