“Sed valientes para vencer la plaga de la pobreza”

Desde Castelgandolfo y antes de viajar a Australia, el papa apela a la responsabilidad de los países del G-8

(Antonio Pelayo– Roma) “Mañana 7 de julio, los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros del G-8, junto a otros líderes del mundo, se reunirán en Japón para su encuentro anual. En estos días se han alzado numerosas voces -entre ellas, las de los presidentes de las Conferencias Episcopales de las citadas naciones- para pedir que se lleven a cabo los compromisos asumidos en las precedentes citas del G-8 y se adopten con valentía todas las medidas necesarias para vencer las plagas de la extrema pobreza, del hambre, de las enfermedades, del analfabetismo que todavía golpean a una parte tan grande la humanidad”.

“¡Me uno también yo a este apremiante llamamiento a la solidaridad! Me dirijo por lo tanto a los participantes en el encuentro de Hokkaido-Toyako para que pongan como centro de sus deliberaciones las necesidades de las poblaciones más débiles y más pobres cuya vulnerabilidad se ha visto hoy acrecentada a causa de las especulaciones y de las turbulencias financieras y de sus efectos perversos sobre los precios de los alimentos y de la energía. Deseo que la generosidad y la amplitud de miras ayuden a tomar decisiones aptas para relanzar un justo proceso de desarrollo integral para salvaguardia de la dignidad humana”.

He querido recoger textualmente y sin comentarios añadidos las palabras de Benedicto XVI, el pasado 6 de julio en el Angelus, celebrado ya en el Palacio de Castelgandolfo (donde el Papa se preparaba para su largo viaje a Australia), porque creo que son la mejor prueba del papel que quiere y debe desempeñar la Santa Sede en la comunidad internacional: una voz libre de compromisos e intereses y que sólo obedece al  imperativo de ser “voz de los que no tienen voz”.

Pocas horas después, el premier británico, Gordon Brown, expresaba su solidaridad con las palabras del Pontífice: “El G-8, como club de las ­naciones más ricas, tiene la responsabili­dad de mantener las promesas hechas a los pobres del mundo. Su Santidad ha hablado de la necesidad de que el mundo actúe para sacar a la gente de su aplastante pobreza. Yo estoy decidido a que en el G-8 se tomen medidas concretas”.

Ya desde Japón, el presidente italiano del Consejo de Ministros, Silvio Berlusconi, se manifestaba en la misma longitud de onda y apoyaba la propuesta del Papa de tomar decisiones realistas y concretas. Por su parte, la canciller Angela Merkel ya había respondido en términos muy positivos a una carta que le dirigió su compatriota Joseph Ratzinger antes de la reunión del organismo en Heiligenland con un idéntico llamamiento a la responsabilidad de los países opulentos frente a los más desheredados del planeta, con una específica referencia a África.

Otra noticia de la vida internacional que ha tenido amplio eco en el Vaticano ha sido la liberación de Ingrid Betancourt después de seis años de secuestro en la selva colombiana en manos de las FARC. Según una nota de la Sala de Prensa de la Santa Sede, “apenas conocida la noticia, el Santo Padre ha hecho llegar a la señora Betancourt un telegrama de felicitación”, firmado por el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone. El P. Federico Lombardi, por su parte, añadió: “La noticia suscita mucha satisfacción y motivos de esperanza para la persona que ha sufrido tanto, así como para su país, Colombia. ­Esperamos que no sea el único y que se trate de un signo positivo al que seguirán otros acontecimientos de este tipo, porque, por desgracia, son muchas las personas que sufren del mismo modo como consecuencia de la violencia y del secuestro”.

Habrá audiencia

En cuanto al “comprensible y noble” deseo manifestado por Ingrid Betancourt de ser recibida por el Papa, el portavoz de la Santa Sede -en esta ocasión, el subdirector de la Sala de Prensa, el padre Ciro Benedettini– se limitó a decir que “podrá realizarse apenas lo permitan los compromisos de Su Santidad”. En el momento de redactar esta crónica no se ha hecho pública fecha alguna y, al parecer, tampoco ha llegado al Vaticano la petición formal, por lo que se supone que, dada la inminencia del viaje del Papa a Sydney y sus inmediatamente posteriores vacaciones en el seminario de Bressanone -del 28 de julio al 11 de agosto-, la audiencia se fije para más adelante. En todo caso, nadie debe deducir que los responsables vaticanos no hayan valorado muy positivamente las numerosas manifestaciones de profunda fe que ha dado la rehén franco-colombiana, cuya madre, Yolanda Pulecio, ya fue recibida por el Papa el 17 de febrero pasado. Es más, como Ingrid Betancourt ha atribuido su libertad a “un milagro de la Virgen” y manifestado su deseo de peregrinar al santuario de Lourdes, hay quien piensa que será durante el viaje papal al santuario mariano el mes de septiembre próximo cuando se produzca el encuentro. Pero tampoco puede descartarse que tenga lugar antes.

Feliz coincidencia: el 1 de julio se hacía público el texto de un mensaje televisado hecho llegar por Benedicto XVI a la Conferencia Episcopal Colombiana (que está celebrando sus cien años de existencia): “No puedo olvidar tampoco el esmero que ponen en ser hombres de concordia ni sus continuas exhortaciones para que cese la violencia, el secuestro y la extorsión que padecen muchos de los hijos de esa amada tierra. Pido ardientemente a Dios que acaben cuanto antes estas situaciones, que tanto dolor han causado, y que en Colombia reine una paz estable y justa, en un clima de esperanza y prosperidad”.

La primera audiencia “política” de este verano en el Palacio de Castelgandolfo ha sido la concedida al Gobernador de las lejanas Islas Salomón, Sir Nathaniel Rahumaea Waena, quien manifestó al Papa el agradecimiento de su país por la “significativa contribución” de la Iglesia a sectores tan importantes como la promoción humana, la salud y la educación de los jóvenes. Detalle curioso: el Estado del Océano Pacífico está ayudando “generosamente” a jóvenes del país para que puedan asistir a la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney.

Con la debida antelación se ha hecho público el tema de la próxima Jornada Mundial de la Paz, el 1 de enero de 2009, que hace la número 42 desde que Pablo VI tuviera la feliz idea de unir el comienzo del año civil con el anhelo universal de los hombres de una convivencia pacífica y armoniosa. Combatir la pobreza, construir la paz es el lema elegido para subrayar la necesidad de dar respuesta al problema de la pobreza tanto material como espiritual de tantos millones de hombres y mujeres.

MARÍA VOCE, EN LA HUELLA DE CHIARA LUBICH

Para la gran familia del Movimiento de los Focolares, será tarea muy ardua -por no decir imposible- llenar el hueco dejado por la muerte de su fundadora y guía durante tantos años, Chiara Lubich, fallecida hace ahora algo más de tres meses. Medio millar largo de dirigentes han llegado desde los más remotos confines de la tierra a Rocca di Papa, la localidad vecina a Castelgandolfo donde tiene su sede el movimiento, para celebrar su Asamblea General (hasta el 31 de julio) y para elegir al nuevo equipo dirigente. El día 7 de julio, tal y como informábamos a través de nuestra web, resultaba elegida María Voce (de 71 años y estrecha colaboradora de Lubich) como nueva presidenta, y Giancarlo Faletti (hasta ahora co-responsable del movimiento en Roma) como co-presidente.

“Estamos llamados a vivir un momento histórico, un tiempo nuevo e inesperado”, había declarado el hasta ahora co-presidente, Oreste Basso. Una vez elegidos los consejeros que completan el nuevo equipo, “se afrontarán argumentos fundamentales para la vida del movimiento en su conjunto”, afirma una nota de prensa facilitada por su servicio de información. En un telegrama, el Papa les anima a “proseguir el fecundo testimonio evangélico según el carisma de la inolvidable y llorada Chiara Lubich”.

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