Juan del Río Martín, nuevo arzobispo castrense

El actual obispo de Jerez asume el cargo, vacante desde julio de 2007

(Vida Nueva) Juan del Río Martín dejará el Obispado de Asidonia-Jerez para convertirse en el nuevo arzobispo castrense. El anuncio lo ha realizado el propio prelado, esta misma mañana, en una comparecencia ante los medios de comunicación en la Casa de la Iglesia de Jerez de la Frontera (Cádiz), tras hacerse pública una nota de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Del Río llegó a la diócesis andaluza en el año 2000 y actualmente ocupa, además, los cargos de obispo delegado de Medios de Comunicación y Nuevas Tecnologías de la Asamblea de los Obispos del Sur de España, así como la presidencia de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social, ambas responsabilidades desde el año 2005. El pasado mes de mayo, ofrecía una entrevista a Vida Nueva en la que hablaba acerca de la situación actual de los medios de comunicación en España y en la que declaraba que “ningún comunicador está exento del ideario de COPE.

Trayectoria

Nacido el 14 de octubre de 1947 en Ayamonte (Huelva), Juan del Río estudió en en Granada, donde obtuvo el Graduado Social y en Sevilla, donde consiguió el título de Bachiller en Teología. Se ordenó como sacerdote en 1974, obteniendo posteriormente la Licenciatura y el Doctorado en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma. Su ministerio sacerdotal lo desarrolló en la diócesis de  Sevilla. Parte de su trayectoria profesional -hasta su nombramiento episcopal en el año 2000 por el papa Juan Pablo II– la ha dedicado a la enseñanza, tanto en seminarios, como en universidades.

Su relación con el mundo de la comunicación y de los medios también ha sido constante, pues, entre otras cosas, ha dirigido diversas oficinas de prensa, ha formado parte del Consejo de Redacción de la revista Isidorianum y ha sido delegado permanente de los obispos andaluces ante la Radio Televisión Andaluza (RTVA) y miembro de la Comisión Mixta Iglesia-Junta Andalucía RTVA, ocupando ambos cargos entre 1990 y el año 2000. Asimismo, cuenta en su currículum con la publicación de varios libros y de multitud de artículos.

Primer mensaje

El nuevo arzobispo ha dirigido sus primeras palabras a la familia castrense en las que expresa su deseo de ser “un obispo de todos y para todos” y de fomentar “la cultura del diálogo y de la paz, y así el Evangelio de Jesucristo sea acogido como Buena Noticia para todos los hombres”. Asimismo, Juan del Río confía en poder ser “instrumento de ayuda y consuelo”, especialmente “para las familias que han sufrido el zarpazo de la violencia y el terror en algún momento de sus vidas al servicio de España”.

Por otra parte, en un mensaje dirigido a la diócesis de Asidonia-Jerez, el nuevo arzobispo castrense asegura que “esta Iglesia particular no entra en período de hibernación. Nuestras comunidades e instituciones están vivas”. También se muestra agradecido a los fieles por su colaboración, apoyo y fortaleza y les pide disculpas “si involuntariamente he ofendido a alguien o he sido ‘piedra de escándalo’”. Del Río aprovecha su carta para anunciar que hasta la llegada del nuevo obispo, -tal y como lo ha decidido la Santa Sede- ejercerá como Administrador Apostólico de Asidonia-Jerez.

QUÉ ES EL ARZOBISPADO CASTRENSE

La sede del Arzobispado castrense de España permanecía vacante desde el 31 de julio de 2007, fecha en la que Francisco Pérez González -que había asumido el cargo en octubre de 2003- fue nombrado arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela por el papa Benedicto XVI. Desde esa fecha y hasta hoy, ha estado al frente como ordinario castrense, el sacerdote Ángel Cordero Cordero, el que era vicario general al cesar el arzobispo.

El Arzobispado castrense de España, del cual el arzobispo castrense es obispo propio, tiene unas raíces históricas tan antiguas como el mismo Ejército y su razón de ser en la solicitud que siempre ha tenido la Iglesia por ofrecer asistencia espiritual a los militares, un grupo social que, por la naturaleza de su estado y por las condiciones peculiares de su vida, necesitan una concreta y específica forma de asistencia espiritual. El Concilio Vaticano II, en la Constitución Christus Dominus, habla de la especial solicitud que se debe tener por el cuidado espiritual de los soldados [C.D., 43].

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