Los obispos peruanos, contra el narcotráfico y la violencia

Carta Pastoral de los prelados de la Sierra Central

(J. L. C.) Los obispos de la denominada Región de la Sierra Central de Perú han hecho un llamamiento a las autoridades del país y a la sociedad en general para que se preste una especial atención a sus compatriotas más necesitados, que con frecuencia son utilizados en el negocio ilícito del narcotráfico, informa la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP).

En una carta pastoral, los prelados de las diócesis que comprende esta zona del país (Luis Sebastiani Aguirre, arzobispo de Ayacucho; Richard Alarcón Urrutia, obispo de Tarma; Juan Carlos Vera, titular de la prelatura territorial de Caravelí; Jaime Rodríguez Salazar, obispo de Huánuco; Gerardo Zerdín, a la cabeza del vicariato apostólico de San Ramón; y el jesuita Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo) manifiestan abiertamente su rechazo a la presencia del narcotráfico y la violencia que genera, y se solidarizan con los habitantes de los pueblos y ciudades de sus respectivas iglesias, que viven un ambiente de tensión, inseguridad, temor y desconfianza.

Grave flagelo

En su misiva, los firmantes denuncian que la producción y tráfico de drogas es un “grave flagelo para la humanidad”, porque, además de destruir la vida de millones de personas, provoca la “destrucción progresiva del mayor pulmón del planeta y reserva de biodiversidad: la selva amazónica”, y contamina gravemente las aguas de los ríos.

Los pastores expresan su malestar y preocupación ante una situación que amenaza la vida y la dignidad de las personas, el trabajo, la economía local y nacional y la legalidad de las instituciones, especialmente cuando las leyes son quebrantadas por los narcotraficantes y cuantos, desde diversas instancias, se hacen colaboradores, cómplices y protectores de ese negocio corrupto. En este sentido, a la luz de la fe, la jerarquía católica reitera su llamamiento a políticos, empresarios, familias, sociedad, Iglesia y comunicadores sociales, para que tomen conciencia de este grave problema y atiendan las necesidades de quienes son las principales víctimas de él, los más pobres.

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