Una mirada crítica sobre el uso de los lenguajes de la fe

Expertos señalan en Vitoria que a veces lo que dice la Iglesia está lejos de lo que preocupa a la gente

(Vicente L. García– Vitoria) El 9 y 10 de mayo se celebraron las VIII Jornadas de Teología y Pastoral organizadas por la Facultad de Teología de Vitoria y el Instituto Teológico de Vida Religiosa de Euskal Herria, que bajo el lema Lenguajes y fe/Mintzaira eta fedea han pretendido ser una mirada crítica al uso de los diversos tipos de lenguaje de la fe en distintas áreas y entornos.

El profesor Juan José Sánchez, de la UNED, abrió las jornadas presentando al Homo Loquens y la trascendencia del lenguaje y el silencio en la condición humana. José Luis Corzo, del Instituto de Pastoral de Madrid, transmitió la importancia del lenguaje religioso ­resaltando que “la Iglesia es antes discípula que maestra, por lo tanto, el lenguaje ­religioso no es algo propio, es algo que previamente hemos escuchado y luego transmitimos”.

Felicísimo Martínez, profesor del citado Instituto, se centró en la ­homilía: “El problema no sólo está en el lenguaje que usamos, que tiene que ser comprensible, sino en el mensaje, que tiene que conectar con las cuestiones más profundas de quien lo escucha, con sus realidades y circunstancias: a veces lo que decimos está muy lejos de lo que preocupa realmente a quien nos escucha”.

En la mesa redonda organizada, Juan Sebastián, delegado de Catequesis de Zaragoza, recalcó la importancia del testimonio del catequista y se refirió a la trascendencia del uso de un lenguaje autobiográfico y a la oración como instrumen- to en esa transmisión de la fe a ellos encomendada. Precisó la importancia de una buena formación teológica.

El profesor de la Facultad de Teología de Vitoria, Javier Querejazu, abordó la cuestión del lenguaje de la fe en la moral y señaló, entre otros, tres tipos de lenguaje inadecuado y tres de adecuado: el de la acomodación moral, quien se apunta a una moral de mínimos y cambiante según las modas y circunstancias del momento; otro sería el lenguaje patético, el de quien pretende imponer normas morales y llega a ser incluso agresivo; un tercer tipo sería el del silencio de aquel que no tiene ninguna seguridad y trata con su actitud de evitar la confrontación.

Del otro lado estarían el lenguaje de la respuesta moral que sale al paso de los desafíos de cada momento; el de la propuesta que no va contra nada ni contra nadie, que es amor, compasión, misericordia, regalo; y el del silencio, pero elocuente, el del testimonio de vida.

El matrimonio formado por Juan José Alcorta y Maite Elorza presentó las expresiones de la fe que se desenvuelven en el entorno familiar, destacando los beneficios experimentados en la catequesis familiar y la importancia del arropo de la comunidad a las familias. La religiosa pasionista Marije Calvo, por su parte, presentó el lenguaje de la fe desde el compromiso. Por último, y bajo la batuta del profesor de la Facultad de Teología, Gaspar Martínez, los participantes tuvieron una sesión experimental, de oración apoyada en la música y en diversas imágenes de la iconografía religiosa, ­pasando por los sentimientos de alabanza, gratitud, perdón, desolación y confianza-entrega, ayudados por los compases del gregoriano, el canto ortodoxo o de clásicos como Bach, entre otros.

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