Geovanny Cardoso Ruiz: “Dedico todos mis esfuerzos a los marginados”

Gerente de ‘Codesarrollo’

(Marina de Miguel– Foto: Luis Medina) El anhelo por contribuir a la construcción de un mundo  justo y equitativo es lo que llevó a Geovanny Cardoso Ruiz a aceptar, en octubre de 2005, la gerencia de la Cooperativa Desarro­llo de los Pueblos LTDA., ‘Codesarrollo’, entidad microfinanciera de ahorro y crédito dirigida a los sectores populares de Ecuador.

“Desde muy pequeño, decidí dedicar mis esfuerzos al desarrollo de la población más marginada del país, como los indígenas, afroecuatorianos, mestizos y montubios de las áreas rurales y urbano populares”, remarca de manera firme. Su proyección vital termina de confirmar este deseo: realizó las carreras de Economía y Administración, estudios que luego completó con varios postgrados, tanto en su país como en el extranjero. Pero, consciente de que la formación nunca es suficiente, ahora cursa un máster en finanzas populares.

Su espíritu optimista y ánimo emprendedor es lo que le impulsa a realizar, desde la ‘CODE’, como de forma coloquial se conoce a esta entidad fundada 1997, numerosas iniciativas. “Ecuador es un país muy rico, pero poco equitativo. Hay una gran pobreza y una concentración de la riqueza muy grande. Esto genera un desarrollo desigual”, afirma con la esperanza puesta en “crear estructuras solidarias de mercados alternativos, que permitan una mayor retribución de los ingresos y, por tanto, mayor beneficio para todos”.

Confianza y compromiso son, junto a la solidaridad, los valores más importantes para Cardoso, pues en ellos ve las semillas que pueden derrocar a la pobreza. Este sueño, que aún reconoce alejado de la mano, lo comparte con la microfinanciera. “Pretendemos que la población de los sectores más humildes sean los actores que administren los recursos, que capten los excedentes y remesas del exterior, con objeto de que se vuelvan a invertir en la propia localidad. Esto facilitará el desarrollo de las actividades productivas, lo que generará empleo e ingresos”, señala atisbando “una sociedad donde los pobres tengan condiciones más humanas”, explica.

Estrecha colaboración

Para ello, la población inmigrante está llamada a jugar un papel crucial a través del concepto de codesarrollo: “La población que tiene que salir en busca de nuevas oportunidades es reconocida como sujetos económicos sociales con potencial que pueden aportar al desarrollo de los países de acogida y, de esa manera, los ingresos que generan allí son enviados a sus países de origen, donde contribuyen al desarrollo productivo”.

Para que se obtenga este beneficio mutuo, apuesta por una estrecha colaboración entre Ecuador y los países de acogida, tal es el caso de España, que ocupa el tercer puesto en emisión de remesas del mundo y el primero de la Unión Europea. Desgraciadamente, existe el riesgo de que se aprovechen de los recién llegados.“Sin quererme meter en el ámbito político del país –alerta–, creo que hay algún rebrote de posiciones que van en contra de la movilidad humana y buscan frenar el hecho migratorio. A ello se une la pretensión de bajar los costos de la mano de obra migratoria para favorecer el desarrollo económico”.

Desde su propia experiencia como migrante interno –nació en la pequeña Cuenca, provincia de Azuay, pero por trabajo se trasladó a la capital, Quito– le gustaría que la libertad estuviera más presente en la maleta de quienes emprenden el viaje buscando nuevos horizontes. “La pobreza es uno de los factores que detonan la migración. Es necesario trabajar para que disminuya y, de ese modo, la población que desee probar suerte en otros países, tome la decisión de forma más libre y sin tanta presión”.

En esencia

Una película: Lo que el viento se llevó, Víctor Fleming.

Un libro: cualquiera sobre la realidad migratoria de Ecuador.

Una canción: la canción protesta ecuatoriana.

Un rincón del mundo: un lugar donde tomar café.

Un deporte: el fútbol.

Un recuerdo de la infancia: el primer día de escuela.

Un deseo frustrado: no haber desarrollado otros estudios más tras la universidad.

Una aspiración: la igualdad mundial.

La última alegría: compartir la experiencia de ‘Codesarrollo’ en España.

La mayor tristeza: no he tenido muchas.

Un sueño: que todos los jóvenes vivan en paz.

Un regalo: la felicidad.

Un valor: la solidaridad.

Me gustaría que me recordasen por: aportar algo al desarrollo de los sectores populares.

Compartir