El episcopado de Ecuador estrena mandato con polémica

(Redacción) El estreno del arzobispo de Guayaquil, el vasco Antonio Arregui, al frente de la Conferencia Episcopal de Ecuador (CEE) se ha visto salpicado por la polémica. Un día después de que el prelado del Opus Dei fuera elegido presidente, en el marco de su CXX Asamblea Plenaria, los obispos difundían una nota recordando que “la moral cristiana considera la práctica homosexual como incompatible con la vida de fe”, equiparándola con el adulterio, y rechazaban el reconocimiento por parte del Estado del matrimonio entre dos personas del mismo sexo.

Ante la preocupación que tales “orientaciones” causaron en “un apreciable número de creyentes, al ser mal interpretadas” –reconoce la Secretaría General de la CEE–, el propio Arregui escribía el 30 de abril una carta aclaratoria a los católicos subrayando que “la moral cristiana considera la práctica homosexual como un grave desorden moral incompatible con la vida de fe, porque contrasta con la ley natural y los mandamientos de la Ley de Dios”. Y añade: “Este juicio moral proclama, al mismo tiempo, el respeto que hemos de tener a los demás, a toda persona y a sus libres decisiones… La Iglesia acoge con respeto, comprensión y delicadeza a los hombres y mujeres que tienen tendencias homosexuales”. El nuevo presidente de la CEE matiza que “la confusión ha nacido al hablar de la regulación de los derechos y obligaciones que puedan originarse en una relación duradera entre dos personas homosexuales, respecto a las cuales no podría darse un vacío jurídico. Pero el cauce jurídico para esos posibles derechos y obligaciones es el general de las leyes, sin necesidad de singularidades específicas”.

Durante la Plenaria se renovó la directiva de la CEE para el período 2008-2011. Junto a Arregui, que sucede al obispo de Machala, Néstor Herrera, fue nombrado vicepresidente Víctor Corral, obispo de Riobamba, y secretario, el obispo de Guaranda, Ángel Polivio Sánchez Loaiza.

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