Un siglo de calidad en la atención y la educación

El colegio “Nuestra Señora del Pilar” de Madrid celebra su centenario

(Victoria Lara) “La verdad os hará libres” es el lema que puede leerse sobre la escalera principal del colegio Nuestra Señora del Pilar, ubicado en la madrileña calle Castelló, en pleno barrio de Salamanca. Esta frase resume el “estilo” pedagógico de este centro marianista. Es también, en opinión de su director, Ignacio Zabala, una de las razones por las que este colegio sigue gozando, después de cien años de historia, de un gran prestigio.

“La familia pilarista es una realidad que, para algunos, ha podido tener un cierto sentido elitista, pero que es, sobre todo, algo que ­surge del recuerdo de unos años escolares en los que el colegio nos ayudó a crecer, y de una comunión de objetivos que nos invitan a estar abiertos a la sociedad y a colaborar en su mejora”, explica Zabala, quien también fue alumno del colegio en el que considera que la calidad de la educación ha sido “una consecuencia ­lógica de su confesionalidad”. “El Evangelio nos ­invita a preparar personas capaces de rendir al máximo en beneficio de la sociedad y de la ­Iglesia y eso supone una formación que abarca las distintas facetas de la persona”, añade el director. 

“El colegio se enorgullece de la cantidad de antiguos alumnos que han querido dar lo mejor de sí mismos en el ámbito en que han prestado sus servicios. Nos satisface haber tenido en nuestras aulas a José María Aznar o Javier Solana. Pero lo que más enorgullece a los que nos identificamos con el ideario educativo marianista son todas las personas que, con una fe sincera y desde distintos ámbitos de la sociedad, han vivido honrada y seriamente una vida al servicio de lo que los demás podían necesitar de ellos, buscando siempre el bien común y la construcción de una sociedad más pacífica y justa”, explica Ignacio Zabala.

El colegio ha querido estar abierto a las personas que apostaban por su estilo educativo. Por este motivo, optó, en cuanto fue posible, por la financiación pública, primero en el régimen de subvenciones y más tarde suscribiendo los conciertos, en una decisión compartida por todos los colegios marianistas de España.

Atención al alumno

El pilarismo es el espíritu que, según Luis Palau, estudiante de 2º de Bachillerato, se transmite a los alumnos desde los primeros cursos y que diferencia a este centro de otros: “Consiste en la unión, el compañerismo, la tolerancia y el respeto”. Este joven, que coordina actualmente junto a otro compañero la veterana revista Soy Pilarista, se siente orgulloso de la “buena educación” que asegura haber recibido en sus aulas desde Primaria, y aunque reconoce que ‘El Pilar’ siempre ha tenido fama de ser un “colegio de pijos”, afirma que en él se puede encontrar gente de todo tipo.

También valora la cercanía que los profesores tienen con los alumnos y el interés que muestran por su desarrollo como personas, aunque “cuando el docente entra en el aula queda muy claro quién es el profesor y quién es el alumno”, añade. Esa atención a los menores es algo que también destaca Javier Anguita, actual coordinador de Primaria e Infantil y un profesional que lleva más de 25 años en el colegio: “Lo que me impresiona es la dedicación que tienen la mayoría de los profesores y la atención que se dispensa a las familias. Es una forma de educar muy comprometida con todo el mundo”.

Unas familias que, al contrario de lo que ocurre en otros centros, Anguita asegura que apoyan al profesor y están atentas a cualquier indicación. Aunque admite que en los años que ha trabajado como profesor en ‘El Pilar’ las cosas han cambiado mucho, afirma que sigue habiendo mucho respeto hacia el profesorado, tanto por parte de los padres, como de los propios alumnos. Otro de los aspectos que ha cambiado en estos años es la transmisión de valores, pues ahora son los centros educativos los que, en muchos casos, asumen esta tarea, tradicionalmente responsabilidad de las familias.

El 2 de octubre de 2007 se cumplieron justo 100 años desde la apertura del colegio Nuestra Señora del Pilar –que en sus orígenes se ubicaba en la calle Goya nº 13– y se inauguraron los actos conmemorativos del centenario. La Eucaristía que reunió a los religiosos y a los representantes de las instituciones vinculadas al colegio, estuvo presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela. El acto público abierto a todos los alumnos, padres, profesores y antiguos alumnos, tuvo lugar diez días después, el 12 de octubre, Festividad de la Virgen del Pilar. Tras la Eucaristía, se ofreció un aperitivo en el patio del colegio.

Los actos –entre los que encontramos exposiciones, conferencias, mesas redondas y presentaciones de libros, entre otros– se prolongarán hasta el próximo 12 de octubre. El 6 de mayo, el arzobispo de Madrid y la presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre, presidirán un acto académico institucional en el que Juan Antonio Ortega Díaz-Ambrona pronunciará una conferencia (las invitaciones son limitadas). También son reseñables los actos de presentación –ya celebrados– de las dos obras que se han editado con motivo del centenario.

Una de ellas es 100 pilaristas hablan del Pilar, un libro que recoge las experiencias de un centenar de alumnos de todas las generaciones, entre los que se encuentran nombres como: Antonio Garrigues Walker, Luis María Ansón, Fernando Sánchez Dragó, Luis Solana, Fernando Schwartz, Javier Rupérez, José María Aznar o Jorge Sanz, entre otros. El Pilar, cien años de historia (1907-2007) es el título de la otra obra destacada del centenario, que en más de cuatrocientas páginas y con dos mil fotografías, recoge lo vivido en este tiempo y muestra lo que ha sido y es ‘El Pilar’.

Retos de futuro

Para la nueva etapa que inicia el centro, Ignacio Zabala señala tres retos: “Vivir en una sociedad más plural”, que exige personas con convicciones y sentido crítico, tolerantes y que acepten las diferencias; “vivir en una sociedad globalizada y más desarrollada económicamente”, que urge el fomento de actitudes solidarias y una educación en la austeridad; y “que los profesores seglares asuman una responsabilidad creciente”, pues de ello depende, asegura, el futuro del centro. 

De “asilo de señoritas” a colegio de prestigio

La primera sede del colegio Nuestra Señora del Pilar estuvo en la calle Goya, número 13, hoy 19. A medida que el centro iba creciendo, fue buscando nuevos locales hasta que se pensó en construir un edificio de nueva planta con la amplitud necesaria para atender las necesidades de sus alumnos. Casualmente, los herederos de la condesa de la Vega del Pozo, propietaria del inmueble que actualmente alberga el colegio –que concibió la construcción en un principio como un “asilo de señoritas pobres”–, lo habían puesto a la venta. Los alumnos se trasladaron al actual edificio de la calle Castelló en 1921.

Compartir