‘La mujer ayuda a que la humanidad no decaiga’

Un congreso analiza el papel femenino en la Iglesia y en la sociedad

(Juan Carlos Díaz– Tenerife) Reflexionar sobre el papel de la mujer en la vida social, su identidad y el genio propio de ella, y todo con el marco de referencia de la carta apostólica Mulieris Dignitatem de Juan Pablo II, ha sido el objetivo prioritario del XIX Encuentro y XVI Congreso Internacional “Diálogo Fe-Cultura” que, bajo el título La mujer, organizó a finales de abril el Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias con sede en Tenerife, en estrecha colaboración con la Universidad de La Laguna.

La ponencia inaugural corrió a cargo de Claire Marie Stubbemann, profesora de la Facultad de Teología del Norte de España, en Burgos. Al hablar sobre El genio femenino; raíces antropológicas y espirituales, subrayó la necesidad de desentrañar el genio femenino desde el misterio trinitario, interpersonal y desde el misterio de Cristo y la Iglesia como nuevo paradigma de la nueva humanidad. Defendió de manera expositiva la idea fundamental de la carta apostólica Mulieris Dignitatem: “Llega la hora, ha llegado la hora –dijo– en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzados hasta ahora. Por eso, en este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no decaiga”.

Por último, en su alocución, la profesora Stubbemann reflexionó sobre la feminidad del Espíritu Santo.

Pistas para el cambio

Otro representante de la Facultad de Teología del Norte de España, en este caso el catedrático Eloy Bueno de la Fuente, analizó el papel de La mujer en la Iglesia y en la sociedad. En su exposición, subrayó la labor de la mujer en la historia y el papel femenino en el cristianismo a partir del siglo XIX, que se centró especialmente en el papel de la caridad, con especial hincapié en las obras sociales.

Eloy Bueno sostuvo que la Iglesia todavía tiene un largo camino que recorrer con respecto al papel de la mujer en su seno, por lo que invitó a retomar con fuerza su vocación. Para ello, apuntó posibles pistas para profundizar, entre ellas, un posible cambio del lenguaje en la liturgia; la eliminación de determinadas normas para el acceso de la mujer, como el acolitado y lectorado. Asimismo, el catedrático apostó por dejar actuar en la Iglesia el genio femenino.

Las jornadas, en las que también intervino el cardenal de Toledo, Antonio Cañizares, contaron con la visita de alumnos de ESO y Bachillerato, quienes pudieron participar en la reflexión que suscitaban talleres como Somos distintos; somos iguales, La mujer y el deporte o La manipulación mediática: entre las pasarelas y las básculas.

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