Mario Iceta agradece su acogida en Bilbao

El nuevo obispo auxiliar asegura que quiere ser “servidor de todos”

(Vicente L. García– Bilbao) Bilbao, con un hermoso día, y unas 3.000 personas presentes en la catedral de Santiago con una fuerte ovación, recibieron al nuevo obispo auxiliar de esa diócesis vasca en la ceremonia de su ordenación episcopal. Mario Iceta Gavicagogeascoa, natural de Gernika, y hasta el 5 de febrero vicario general de Córdoba, recibía el día 12 de abril de manos de Ricardo Blázquez, titular de Bilbao, el sacramento del ministerio episcopal.

En una ceremonia llena de gestos, y en la que le acompañaron una veintena de obispos, recibía el anillo, la mitra y el báculo, símbolos de su nueva labor pastoral que desarrollará bajo el lema Omnius servus (Servidor de todos). Y así lo expresó al final de la ceremonia: “Servidor de todos, pero sobre todo, el amigo querido que necesitéis”.

Tuvo palabras de agradecimiento a los presentes y a quienes habían seguido la celebración a través de los medios de comunicación, con especial referencia a los enfermos. Agradeció a los sacerdotes de la Diócesis la “acogida y afecto” recibidos a su llegada a Bilbao; evocó sus orígenes en esta tierra “donde nací a la vida y a la fe, donde vive mi familia, donde está mi casa, donde están mis amigos de la infancia”; emotivas fueron también sus palabras a los obispos que le acompañaban, a Ricardo Blázquez, a quien expresó su deseo de ser “una ayuda eficaz, humilde y discreta”; y a su antecesor, Carmelo Echenagusía, a quien dijo “cuente siempre conmigo, como si de un hermano pequeño se tratara”.

Iceta hizo una llamada a la unidad y a la paz: “Pedimos juntos al Señor que nos conceda el Don de la Paz que tanto deseamos”, continuando en euskera afirmando que “nuestro pueblo quiere la paz, necesita la paz desde hace mucho tiempo, y Jesucristo es la fuente de la paz”. Y añadió: “La paz se construye desde dentro del corazón hacia fuera, y por eso pedimos al Señor que nos de ese bihotz barria, ese corazón nuevo capaz de construir la paz.”.

Previamente, en la homilía, Blázquez tuvo palabras para su nuevo auxiliar, señalando que “el mejor sentido que podemos dar a nuestra vida es entregarla al Señor para que la convierta en generoso servicio a los demás”. “Debemos –añadió– ser administradores fieles de los sacramentos y de los misterios del Reino de Dios; y somos también servidores de la Iglesia presente en cada comunidad cristiana para proclamar como mensajeros y maestros el Evangelio”.

La homilía culminaba pidiendo que Dios otorgue al nuevo obispo “los dones de discernimiento y gobierno pastoral, de libertad y valentía, de gozo y de paz”.

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