Los obispos brasileños toman el pulso a la vida de su país

Durante su Asamblea Plenaria, CNBB aprobó varios documentos sobre aspectos relevantes de la actualidad

(Graziela Cruz– Brasil) Reunida para su 46ª Asamblea Plenaria, entre el 2 y el 11 de abril, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) aprobó las nuevas directrices de su acción evangelizadora para los próximos tres años, al tiempo que divulgó importantes declaraciones de orden político, en defensa de los derechos indígenas y a favor de la vida.

Tras analizar la actual coyuntura sociopolítica y los escenarios de su acción pastoral, para discernir una mejor presencia misionera frente a los distintos desafíos, los obispos trataron otros temas, como la violencia contra los pueblos indígenas (ver recuadro), el proyecto que legaliza las investigaciones con células madre embrionarias, la pastoral afro-brasileña, la amenaza de muerte a algunos obispos del norte del país, el proyecto de ley de iniciativa popular contra la corrupción electoral y los preparativos para el Año Catequético que se celebrará en 2009.

En cuanto a las nuevas directrices de evangelización, el presidente de la comisión de redacción y obispo de Catanduva, Antônio Celso de Queirós, destacó que su novedad reside en que son “una actualización de la preocupación de la Iglesia por transformarse en una Iglesia misionera, un paso nuevo y grande a la luz de la Conferencia de Aparecida”. El documento se estructura en cinco capítulos: una visión pastoral de la realidad brasileña; los desafíos pastorales; una respuesta a esos desafíos, poniendo a la Iglesia en estado permanente de misión; pistas de acción pastoral junto a las personas, comunidades y el conjunto de la sociedad; y la misión continental.

En defensa de la vida

Con respecto a la ley que está para ser votada y que permite el uso de células madre embrionarias para investigaciones científicas, los prelados reafirmaron su posición en defensa de la vida humana, que “no puede ser instrumentalizada, ­violada o destruida” y que debe ser defendida “siempre que sea amenazada o debilitada”. La nota episcopal ratifica también la posición de la Iglesia contraria al aborto e invita a todos sus compatriotas a “unirse a nosotros en defensa de la vida contra todas las tentativas de legalización” del mismo.

Durante su Asamblea, la CNBB lanzó, además, un nuevo proyecto de ley de iniciativa popular contra la corrupción electoral. Junto a organizaciones como la Orden de los Abogados de Brasil (OAB), la Asociación Brasileña de Organizaciones No Gobernamentales (ABONG) y otras 32 entidades que integran el Movimiento de Combate a la Corrupción Electoral (MCCE), el Episcopado intenta impedir la candidatura de personas ya condenadas judicialmente. Según el presidente de la CNBB, Geraldo Lyrio Rocha, el proyecto traduce la necesidad de la política de tener “como fundamento la ética y el servicio al otro”. “Esperamos –añadió el arzobispo de Mariana– crear obstáculos a quienes pretenden llegar al poder movidos por propósitos muchas veces inconfesables”. Una vez lanzado el proyecto, ahora empieza la búsqueda de 1.200.000 firmas (1% del electorado) para que se convierta en ley, conforme a lo previsto en la Constitución.

MÁS VIOLENCIA CONTRA LOS INDÍGENAS

El Consejo Indigenista Misionero (CIMI) presentó a los obispos reunidos en Asamblea el informe bienal Violencia contra los pueblos indígenas en Brasil, según el cual el número de indígenas asesinados aumentó un 61,4% entre 2006 y 2007, ostentando el récord negativo de los últimos 15 años. En 2007, fueron registrados en todo Brasil 92 asesinatos, frente a los 57 de 2006.

El documento, de 184 páginas, recoge también un aumento del 395% en el número de indígenas que padecen desnutrición.

El presidente del CIMI y obispo de la prelatura de Xingu, al norte del país, Erwin Kräutler, destacó que la violencia contra los indígenas somete al patrimonio territorial y al individuo indígena a la discriminación racial, las amenazas y los asesinatos por omisión del poder público, del Gobierno, omisión que se percibe principalmente en el sector de la salud pública y en un genocidio sin precedentes.

La antropóloga de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo y coordinadora de la investigación, Lúcia Helena Rangel, explicó que la situación de los indígenas en Brasil “es un conjunto de violaciones de los derechos, un cuadro dramático en el campo de la salud, de la educación y racial”. “El indio, lamentablemente, es mal querido en Brasil”, denunció.

A propósito de las obras del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), del Gobierno Federal, Rangel reconoció que vienen a degradar más aún la situación indígena con los avances de las hidroeléctricas. Opinión que comparte Kräutler, para quien el PAC “es perverso con los indígenas, porque no tiene en cuenta su existencia, al no formar parte ellos de la visión costo-beneficio presente en la sociedad actual”.

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