Formación y corresponsabilidad, retos pendientes para el laicado

Balance de los últimos 20 años en la evolución y misión del apostolado seglar

(Marina de Miguel) El próximo mes de diciembre se cumplen 20 años de la Christifideles Laici, exhortación apostólica de Juan Pablo II que, a partir de las conclusiones del Sínodo de Obispos y Laicos celebrado en Roma en 1987, tiene como propósito “suscitar y alimentar una más decidida toma de conciencia del don y de la responsabilidad que todos los fieles laicos –y cada uno de ellos en particular– tienen en la comunión y misión en la Iglesia”. Dos décadas después, ¿se ha notado el influjo en el laicado español de las propuestas de acción que en su escrito desgrana Karol Wojtyla?

“A pesar de la secularización interna de la Iglesia, bastantes bautizados manifiestan en sus obras y palabras una fe madura y viven con gozo su vocación a la santidad desde la comunión con Cristo y la corresponsabilidad con los restantes miembros del pueblo de Dios”, explica el obispo de Ciudad Rodrigo, Atilano Rodríguez Martínez. Sin embargo, como reconoce el también Consiliario de Acción Católica a la hora de evaluar la evolución del laicado de forma global, todavía persisten dos problemas detectados en el Concilio Vaticano II y en el Sínodo: “Se mantiene la disociación entre la fe y la vida de muchos bautizados y no existe una auténtica presencia evangelizadora, desde una clara identidad creyente, en los ámbitos de la política, de la cultura, de la familia, etc.”.

De igual manera, Víctor Cortizo Rodríguez, director del Departamento de Pastoral de Juventud de la Conferencia Episcopal Española (CEE), considera prioritario una toma de conciencia por parte de los creyentes. “El principal problema que tiene el laico es que debe ser consecuente con sus responsabilidades; desde el punto de vista doctrinal no hay ningún impedimento que frene su incorporación a la Iglesia y al mundo”, señala, por lo que no duda en invitar a que “reclame con su acción, con su vida y su propio testimonio ese protagonismo que tiene que tener”.

Cambio estructural

Esta asunción de las exigencias y responsabilidades que conlleva la misión del apostolado seglar se percibe, según apunta a Vida Nueva Izaskun Sáez de la Fuente, doctora en Ciencias Políticas y miembro del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral de Bilbao, en una creciente preocupación por formarse, un significativo cambio con respecto a la generación anterior y en la toma de conciencia de la necesidad de ser capaces de propiciar relaciones de equidad y corresponsabilidad en parroquias o unidades pastorales. “Mientras no haya un cambio estructural en el que se reconozca explícitamente que podemos tomar decisiones en pie de igualdad, siempre habrá un déficit de participación, lo que afecta a todas y cada una de las dimensiones de la vida de una organización, en este caso, la Iglesia”, apostilla.

Cuestiones ‘en mantillas’

Para Lourdes Azorín, militante de Acción Católica, muchos de los aspectos enunciados en la Christifideles Laici están todavía “en mantillas”. “Queda muchísimo por desarrollar de cara a la articulación de un laicado que sea sujeto evangelizador, que tenga la necesaria corresponsabilidad con el ministerio pastoral y la necesaria formación para surgir una identidad cristiana operativa y eficaz en todos los ámbitos de la vida cotidiana”, asegura.

La consolidación de una identidad cristiana integral no sólo es tarea del propio laico, también debe contar con el apoyo y comprensión de las instituciones eclesiales. “Durante los próximos años será preciso seguir favoreciendo la espiritualidad laical y acompañando la formación integral de todos los miembros del pueblo de Dios”, señala al respecto Atilano Rodríguez. Lourdes Azorín, al igual que Izaskun Sáez de la Fuente, va más allá y expone cómo, en ocasiones, “las cosas básicas, las líneas más fuertes, la urdimbre y la trama de lo que es ser cristiano no se cuida tanto porque urgen mucho más otras cuestiones coyunturales”.

Por su parte, Víctor Cortizo, con la mirada puesta en el futuro, hace hincapié en los esfuerzos que se deben dedicar a los jóvenes en el apostolado seglar pues, según prosigue, “se habla mucho de su formación y madurez, pero también hay que ayudarles a descubrir las exigencias y responsabilidades de ser cristiano”.

“Los laicos del futuro tendrán una adscripción consciente e integrada en la fe cristiana. Van a ser de forma más fácil sujetos evangelizadores que asuman plenamente sus responsabilidades, no como la mayoría de nosotros, que nos bautizaron y somos cristianos, pero que nunca vamos a confrontar fuertemente nuestra fe”, completa Lourdes Azorín.

EL ACOMPAÑAMIENTO, FUNDAMENTAL

(Victoria Lara) El acompañamiento del camino de fe a los laicos “les es necesario ante la cambiante vida social que interroga su fe cada día”. Ésta es una de las conclusiones del recientemente celebrado Encuentro General de Apostolado Seglar bajo el lema Sacerdocio y Acción Católica, organizado por la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar y el Consejo General de la Acción Católica, y en el que se hizo balance de la evolución del laicado y su apostolado, coincidiendo con el 20º aniversario de la exhortación pastoral Christifideles Laici.

Durante dos jornadas –el 25 y el 26 de marzo–, 90 participantes, entre sacerdotes y seminaristas de 25 diócesis y miembros de las comisiones permanentes de los movimientos de Acción Católica, analizaron en Madrid la situación del laicado en el contexto actual, los retos de futuro y distintas experiencias en el acompañamiento de los laicos. En la primera jornada, Salvador Pie i Ninot, profesor de Teología Fundamental y Eclesiología de la Facultad de Teología de Cataluña y de la Universidad Gregoriana, realizó un recorrido por la teología del laicado desde el Concilio Vaticano II hasta nuestros días. Definió la misión del laicado: ser “signo de la Iglesia en el mundo”, ejercer la “corresponsabilidad” eclesial, la “autonomía” de los laicos en la Iglesia y su “presencia pública”, entre otras cuestiones. Asimismo, marcó algunos retos para la Acción Católica. Le siguieron las experiencias de acompañamiento de laicos de dos consiliarios de Acción Católica: José Antonio Satué, que abordó el acompañamiento personal, y Juan Hevia, que comunicó su experiencia en el acompañamiento grupal.

El segundo día de este encuentro se desarrollaron una serie de talleres organizados por los Movimientos de Acción Católica para dar a conocer cómo realizan el acompañamiento a los laicos en distintos ámbitos: el de la salud (presentado por Frater); el del mundo rural (realizado por MJRC y MRC); el del mundo obrero (se ocuparon la JOC, MTC y la HOAC); el mundo estudiantil, de la cultura y profesional (a cargo de JEC y PX); y la pastoral general (presentado por MJAC y la ACGA).

 

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