Pablo Moreno: “El cine e Internet son los retablos actuales”

Director de ‘Talitá Kum’

MARIA GÓMEZ | Pablo tenía una inquietud que le reconcomía profundamente; ahora está relajado y feliz. Tenía “una idea, una historia, unos sentimientos y un mensaje que me gustaría transmitir”. Llevaba meses dando vueltas con un puñado de folios de un lado para otro, hasta que los guardó en un cajón. Le sobraban las ganas pero le faltaba un empujón; por suerte, su novia estaba allí, como suele estar, y su ánimo le impulsó a retomar el proyecto. Contaba también con un montón de amigos y compañeros de clase que “se apuntaron a esta aventura sin pensárselo dos veces”; hoy son compañeros de profesión y co-protagonistas de uno de los momentos más dulces de su vida: “Esta situación hubiese sido catastrófica –bromea– si no se hubiesen tejidos los lazos afectuosos que se trazaron el primer día”.

Hace dos años, Pablo Moreno estuvo en Madrid presentando la película Jesús, el peregrino de la luz, y, sosegado como es, relataba lo que le suponía interpretar a Jesús en la primera cinta de este tipo rodada íntegramente en España. Ahora vuelve a la capital, a uno de los foros culturales más reconocidos de la ciudad, para presentar Talitá Kum, su primera película como director. “Estamos muy contentos de poder estrenar en el Círculo de Bellas Artes [el próximo 18 de marzo]. Somos conscientes de que es muy complicado proyectar allí, y por ello nos sentimos muy agradecidos”.

A sus 24 años, Pablo Moreno ha conseguido cumplir un deseo durante mucho tiempo perseguido. Diplomado en Educación Infantil y Licenciado en Comunicación Audiovisual, desde jovencito ha estado vinculado al mundo de la interpretación y los medios de comunicación. Codirige el grupo de teatro “El manantial”, fundado en Ciudad Rodrigo a iniciativa, entre otros, del rector del Seminario diocesano, Juan Carlos Sánchez. Pablo formaba parte de ese grupo de chicos y chicas que representaban la Pasión en la Semana Santa mirobrigense. “Pero no me gusta cómo actúo”, dice a Vida Nueva. Y quizá esa percepción subjetiva también le llevó a ponerse detrás de las cámaras.

Interés renovado

Espera que el público acoja favorablemente su filme, que narra la lucha de Jairo, el jefe de la sinagoga, por salvar de una enfermedad mortal a su hija Thamar en el Cafarnaúm del siglo I. “Ya se han realizado tres preestrenos de evaluación, en Ciudad Rodrigo, Salamanca y Madrid. Unas mil personas la han visto y los comentarios han sido muy buenos. Es una película para todos, aceptable para creyentes y para no creyentes”.

Sostiene que hay demanda de cine religioso: “A mucha gente le gusta, y por experiencias curiosas en el sector, como, por ejemplo, el fenómeno que produjo la película El gran silencio, se puede intuir que comienza a surgir un interés renovado en un sector del público español”. En cambio, hay poca oferta, y lo atribuye a varias razones: “A simple vista, creo que hay dos inconvenientes importantes. Uno es que hay muy pocas productoras cristianas y no hacen cine porque resulta muy caro. Y el otro, que, económicamente, invertir en una producción religiosa puede ser peligroso, ya que la acogida por parte del público puede no ser la deseada, y por esa razón y otras es muy difícil encontrar financiación para estos proyectos”.

Socio de Contracorriente Producciones, que ha llevado a cabo el filme, Pablo no puede renunciar a su doble vocación de cristiano comprometido y de comunicador. Pablo tenía un sueño, y ahora tiene una película, y desde ahí reflexiona: “La Iglesia ha sido en todas las épocas impulsora de la cultura, financiando retablos, esculturas, catedrales, iglesias, etc. En cierta manera, los retablos actuales son el cine, la televisión, Internet… Es aquí donde creo que la Iglesia todavía no ha terminado de entrar y de adaptarse”.

En esencia

Una película: Forrest Gump, de Robert Zemeckis.

Un libro: Un mundo feliz, de Aldous Huxley.

Una canción: Esos ojos negros, de Duncan Dhu.

Un deporte: el frontenis, aunque juego muy mal.

Un rincón: las Arribes del Duero salmantinas.

Un deseo frustrado: ser actor.

Un recuerdo de infancia: mi hermano y yo, con 5 y 6 años, hicimos un avión de cartón para que volara con nosotros dos al mando.

Una aspiración: dirigir otra película.

Una persona: mi novia, mi musa.

La última alegría: la distribución del DVD de Talitá Kum a través de la editorial San Pablo, que la va a tratar bien, llegando a lugares a los que nosotros no llegaríamos. Aunque todos los días hay alegrías…

La mayor tristeza: no suelo estar triste.

Un sueño: poder crear una industria audiovisual y cinematográfica en Ciudad Rodrigo.

Un regalo: una película.

Un valor: la responsabilidad; si eres responsable, eres tolerante, respetuoso, honesto…

Que me recuerden por… atreverme a hacer posible un sueño.

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